Brasil: el ejemplo de Marielle Franco está cada vez más vigente.

A cinco años de su asesinato.

por Silvio Schachter/Sonámbula.

Al cumplirse cinco años del asesinato de Marielle Franco, baleada por un sicario al servicio del hoy ex presidente Jair Bolsonaro, Silvio Schachter comparte con Sonámbula un emotivo recorrido político y biográfico de la inmensa dirigente negra, «hija de la favela» y feminista del brasileño Partido Socialismo e Liberdade (PSOL).

Este 14 de marzo se cumplen 5 años del asesinato de Marielle Franco y el chofer Anderson Gomes. Tengo presente el impacto que fue recibir desde Rio de Janeiro el mensaje desgarrador de mi hija Julieta, su amiga y compañera de militancia: “Papa mataron a Marielle”. Tenía 36 años

Tras su muerte, miles de personas, en Brasil y alrededor del mundo, han conocido y comenzado a amar y a valorar a Marielle Franco. Sólo después de su muerte. Quienes tuvieron la posibilidad de conocerla saben de la fuerza que transmitía con su mirada y su sonrisa franca y contagiosa, su tenacidad para enfrentar los más diversos desafíos.

Nació y vivió en la Mare, el complejo de favelas en la Zona Norte de Rio, próxima a la Bahía de Guanabara. En 1998, a los 19 años, tuvo a su hija Luyara Santos, que tenía esa misma edad cuando asesinaron a su madre. En sus redes se presentaba como “Marielle Franco, candidata a vereadora do Rio de Janeiro, e mãe da Luyara”.

La favela de la Maré comenzó a ser ocupada con mayor intensidad hacia mediados de la década de 1940. Y unos anos después, se creó la primera asociación de vecinos para conseguir mejoras del lugar. Así, la historia de la favela de la Maré y de sus habitantes es también una historia de lucha y organización colectiva. Y esto se reflejó directamente en la trayectoria de Marielle. Los propios pobladores fueron los que rellenaron buena parte del terreno donde se ubica la favela, actualmente un área de más de 400 hectáreas. Fue la organización colectiva de los habitantes la que construyó calles y puso electricidad en las casas, entre otras mejorías. Y fue también la organización colectiva de los habitantes de la Maré la que creó, en 1988, el Pre-Vestibular Comunitario de la Maré. El Vestibular es un examen anual que, en esa época, cada universidad hacía para seleccionar a sus futuros estudiantes. Alli se conocieron Marielle y Julieta.

Marielle se graduó como socióloga en la PUC-Río de Janeiro y magíster en Administración Pública por la Universidad Federal Fluminense (UFF). Alguna vez comentó: “Siempre he sido política, en el sentido más amplio que puede tener la palabra. Cuando entré a la PUC, en el 2002, mi lugar era reclamar derechos, en ese momento solo para mi comunidad. Llegué a la PUC muy retraída, todavía embargada por el sentimiento de pertenencia a la favela. Me distancié mucho de las chicas y chicos patricios, porque al fin y al cabo eran de otra clase. Pero allí también aprendí a lidiar con la diversidad”.

Se definía como “mujer feminista, madre soltera, negra e hija de la favela” Fue una consecuente defensora de los Derechos Humanos, particularmente de las mujeres negras que viven en las favelas.

Marielle era militante del PSOL, fue elegida vereadora (concejala) de la Cámara Municipal de la ciudad de Río de Janeiro con 46.000 votos. Estuvo entre las cinco más votadas en la que fue su primera presentación como candidata. Ella misma mostró su asombro por el respaldo recibido: “Esperaba como máximo 5 o 6.000 votos». Tomó su mandato para transformarlo en un generoso acto colectivo, que ofrecía una nueva forma de hacer política, donde se reflejó un universo militante que contenía una amplia diversidad de voces y temas. Consideraba que las personas deben participar en la política “desmitificando la idea de héroes y heroínas” . En la bancada del PSOL, de seis vereadores, era la única mujer. En la propia Cámara, a poco de iniciar su mandato, cuando un concejal de la derecha quiso interrumpirla, se impuso al grito de “Van a tener que soportar que las trans, lesbianas y negras ocupemos todos los espacios sin ser violentadas ni violadas”

Cuando asumió su cargo en 2016 señaló: “El estado de excepción se ha convertido en política regular de Estado”. En Río de Janeiro, de 2003 hasta fin de 2016, se registraron 12.623 muertes provocadas por acciones policiales, de las cuales menos del 5 % fueron investigadas y casi todas permanecen impunes. En ese año, hubo aproximadamente tres casos diarios de muerte por intervención policial. Esta dramática situación tenía Marielle en el centro de su actividad.

Pocos días antes de su asesinato, el día 10 de marzo de 2018, había denunciado a policías del 41º Batallón de Policía Militar por abusos de autoridad contra los habitantes de la favela de Acari: “La Policía Militar aterroriza a los vecinos. Esta semana dos jóvenes fueron asesinados y tirados a una fosa. La policía recorre las calles y amenaza. Esto pasa desde siempre, pero tras la intervención militar todo está peor». El 13 de marzo se preguntaba en la red social Twitter a propósito de la muerte del joven Matheus Melo: «¿Cuántos más deben morir para que acabe esta guerra?». Ella, al igual que su pareja, también activista, Mónica Tereza Benicio, fueron objeto recurrente de múltiples amenazas.

Su actividad, tanto en la legislatura como en las favelas, fue incesante. En agosto de 2018, cinco meses después de su asesinato, la Cámara Municipal de la ciudad de Río de Janeiro aprobó cinco proyectos de ley que fueron impulsados por Franco. Los temas a los que se refieren son: programa nocturno de acogida infantil de criaturas cuyas personas responsables trabajan o estudian, instauración del Día de la Mujer Negra, campaña para sensibilización sobre el acoso y la violencia sexual en espacios públicos y transporte colectivo, dossier Mujer Carioca (políticas públicas en las áreas de salud, asistencia social y derechos humanos) y cumplimiento de medidas judiciales para adolescentes en régimen abierto de libertad asistida o prestación de servicios a la comunidad.

Su pensamiento puede leerse en sus textos: Laboratorio favela, violencia y politica en Rio de Janeiro y Una reducción de la Favela a tres letras, un análisis de las políticas de seguridad publica en Rio de Janeiro, donde Marielle muestra con mucho rigor teórico y abundante información la política de exterminio practicada por el Estado brasileño en contra de comunidades vulnerables, antes y después de la instalación de las UPPs en 38 favelas del estado de Rio. “En el campo de la seguridad pública, se presenta la necesidad de alterar el modelo sustentado en la policía por uno sustentado en otra práctica, con relación al espacio público, con una nueva visión de la ciudad basada en los derechos y en las personas”, explica.

A cinco años de su muerte, la pregunta que aún quieren callar es: ¿Quién mando matar a Marielle y a Anderson? ¿Cuál fue el motivo del crimen?. Fue un crimen político, una ejecución que quiso dar un mensaje para todas las que luchan, para las mujeres negras, para los LGTB, para quienes rechazan este sistema de opresión de clase, racial, patriarcal y machista. Un acto feroz que no debe quedar impune.

La investigación lenta y manipulada, solo apunta a los sicarios que esa noche dispararon contra Marielle y Anderson. Dos miembros de la Policía Militar del Estado de Río de Janeiro, que operaban una organización criminal de milicianos con sede en Rio das Pedras conocida como “Escritorio del crimen”. Los dos matadores, Ronnie Lessa y Élcio Vieira de Queiroz, siguen presos a la espera del juicio que será realizado con la participación de un jurado popular. Son los unicos dos procesados. A pesar de que está demostrado el fuerte vínculo que existe entre estos dos ejecutores con la familia del ex presidente Jair Bolsonaro, hasta ahora la Policía Federal y la Justicia no han recogido las pruebas necesarias y suficientes que permitan condenar a los mandantes del crimen ni establecer fehacientemente la participación del Clan Bolsonaro en la planificación y financiamiento del asesinato. El presidente Lula ha prometido intervenir para dar un giro en la investigación.

Desde ese 14 de marzo, Marielle se convirtió en un símbolo en la lucha contra la violencia institucional y el abuso policial, por los derechos de las mujeres y los LGTB. Su ejemplo vigente sigue trascendiendo las fronteras de Brasil.

Fuente: https://sonambula.com.ar/a-cinco-anos-de-su-asesinato-el-ejemplo-de-marielle-franco-sigue-cada-vez-mas-vigente/


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