«La historia oculta sobres los campos de concentración de la armada y la marina»
por Luis Jorquera Silva. Marinero Constitucionalista/Revista de Frente.
A continuación compartimos un artículo de innegable valor histórico, el cuál relata episodios fundamentales para reconstruir el ataque de la armada y la marina a los marinos constitucionalistas y anti golpistas que alertaron en 1973 al gobierno de la Unidad Popular sobre la preparación del golpe de Estado. El autor es un destacado marino constitucionalista y en el presente artículo, se refiere a los acontecimientos que en 1973 rodean a la Base Aeronaval El Belloto, el Sanatorio Naval Olmué y el Campo de Prisioneros Colliguay o Melinka (Nota de Revista De Frente).
La Base Aeronaval El Belloto fue una repartición de la Armada de Chile que antes de trasladar sus dependencias a Torquemada, Con Con, Viña del Mar, concentró sus unidades aéreas en el sitio que los lugareños llamaban el “Alto de Quilpué” a poca distancia de Valparaíso. Constaba de una pista de aterrizaje asfaltada, torre de control aéreo, Centro Meteorológico, radioestación, simulador de vuelos ( Link Trainer ), maestranza, talleres técnicos y dependencias para unos 300 hombres que constituían el personal de tropa y oficiales. Hoy, en ese lugar se encuentra el gran centro comercial del Belloto donde el único vestigio de la antigua base es la pista de aterrizaje reconvertida en la avenida V Centenario.
En Octubre de 1970 este aeródromo cobró relevancia política mediante una acción ligada a grupos de ultraderecha – hecho desconocido por la ciudadanía – cuando sacó del país a José Luis Bulnes, quien era requerido judicialmente por su participación en el asesinato del Comandante en Jefe del Ejército, General René Schneider. Para esa operación, la Armada, puso a disposición de los fugitivos un bimotor Piper Navajo pilotado por dos oficiales navales, avión que no registró su despegue ni su destino – Perú – bajo un riguroso secreto.
Conocida era la actitud hostil de los oficiales navales hacia el gobierno de Salvador Allende desde el mismo día de las elecciones al observar la ventaja de Allende sobre el candidato Alessandri, ex Presidente de Chile que representó a la derecha tradicional. La ventaja del representante de la izquierda la celebraban bulliciosamente los marineros reunidos frente a un televisor mirando los escrutinios en el casino comedor de la Base, donde de tanto en tanto, un oficial rondaba con rostro congestionado.
En el lapso constitucional que ordenaba la ratificación por el Senado para que Allende asumiera su alto cargo, la estrategia de la elite derechista fraguó el secuestro del Comandante en Jefe del Ejército para propiciar así un interregno social y político que – pensaron – habría que resolver con nuevas elecciones, desconociendo el triunfo allendista. El operativo donde la Armada y gente de Patria y Libertad actuaron coordinadamente terminó – como se relata en párrafos anteriores – con el asesinato del general y posterior asunción de Allende al poder. La CIA, bajo el nombre de «track two«, financió a estos grupos en su intento de evitar la llegada de Allende a la presidencia mediante un golpe de Estado. Luego de revisar los planes de Viaux, la CIA determinó que no tendría éxito, y que no lo apoyarían por ser muy prematuro el forzar un golpe de Estado. De igual manera, Viaux realizó el intento de secuestro «actuando de manera independiente de la CIA en ese momento». ( Wikipedia)
Para el denominado “Paro de Octubre”, octubre de 1972, el personal de la Base El Belloto fue designado para tomar el control de la zona interior: Quilpué, Villa Alemana, Limache y Olmué, durante el toque de queda decretado por el gobierno a raíz de la conmoción social provocada por el paro de camioneros y los sabotajes realizados en sitios estratégicos para la producción de alimentos y energía, terrorismo político detallado en las declaraciones del líder de Patria y Libertad, Roberto Thieme. ( Véase declaraciones de Roberto Thieme , https://piensachile.com/2006/02/13/al-sabotaje-muchachos/ ).
La rutina diaria dentro de la Base Aeronaval posterior al gigantesco paro nacional no retomó un cauce normal. Sucedían eventos – algunos muy sutiles – que denotaban un fuerte movimiento subterráneo: Las visitas del Capellán Naval de Las Salinas ( Rodríguez, Opus Dei ) se empezaron a efectuar semanalmente para aleccionar a la marinería sobre el comportamiento en la obediencia ciega. El capellán en su discurso, insistía acerca del sufrimiento de la población debido al desabastecimiento de mercadería de uso cotidiano, nos advertía con alarma el peligro para los jóvenes que significaba el sistema educacional que presentó el gobierno marxista y la temible y desastrosa economía socialista. El Oficial de Inteligencia Patricio Villalobos por su parte, en reuniones frecuentes con la dotación , emitía lapidarias opiniones sobre las JAP, la ENU, la Seguridad Nacional y otras políticas gubernamentales que exponían al país al borde del precipicio frente una supuesta guerrilla del “Enemigo Interno”, de donde derivó posteriormente el Plan “Z”. El capitán Patricio Villalobos intenta convencernos de la necesidad de efectuar el “Plan Yakarta”, que era voceado en las calles de Viña del Mar por adherentes a Fiducia, Patria y Libertad y partidos derechistas. «Denomino método Yakarta al asesinato masivo y consciente de izquierdistas —o personas acusadas de ser de izquierdas— no en un escenario de guerra, sino en el marco de programas de exterminio planificados, realizados durante la segunda mitad del siglo XX, con la finalidad de apoyar, crear o consolidar regímenes capitalistas autoritarios alineados con Occidente durante la Guerra Fría», explica Vincent Bevins (Santa Mónica, EEUU, 1984), que acaba de publicar El Método Yakarta
El mando organiza sendos pelotones armados con todo el personal, recibiendo estos, instrucciones precisas para enfrentar las guerrillas urbanas del Mir, P.C., Mapu y P.S. que supuestamente estaban dispuestos a convertir a Chile en una segunda Sierra Maestra.
El vicealmirante Comandante de Aviación Naval por su parte, llama de a uno en uno a ciertos marineros ante una junta de oficiales para avisarles – sin pruebas ni testigos – que han sido sorprendidos en sospechosos movimientos promarxistas o en la fabricación de explosivos, aunque decide finalmente, ignorar dichas acusaciones por infundadas, información que recibía – según el oficial – por “el teléfono verde” del Plan Albatros ( Comunicaciones internas ).
No es extraño que ante este inestable panorama se suscitara una resistencia interna dentro de la marinería en El Belloto. Sabiendo, además, de manifestarse cualquier opinión cuestionando este comportamiento de política contingente del alto mando sería catalogada como traición a los jefes e intento “subversivo”, donde el almirantazgo aplicaría drásticas medidas coercitivas, comportamiento que no trepidó en utilizar poco después con crueldad inusitada. Es así que de manera espontánea entre la gente de mar que compartía ciertas afinidades, se comenzaron a formar pequeños grupos de opinión que – al principio cuestionaron la situación y luego actuaron dentro de un marco confidencial – decidieron oponerse a la línea golpista trazada por la jefatura.
Se conformaron células de acción. Cada una contaba de tres a cinco miembros y estaba compartimentada para impedir la detección por parte del grupo A2 – los “sapos” – quienes tenían por misión delatar al personal ante la comandancia.
El trabajo asumido por las células antigolpistas consistía en reunir toda información posible acerca del accionar tanto de oficiales navales como el de sus contactos civiles o militares quienes frecuentaban el salón de conferencias de la comandancia. Se tomaba nota de las patentes de sus vehículos y de la identidad de esos personajes, horarios de sus reuniones, vuelos, misiones y cualquier otro dato de su quehacer. Esta información era entregada a un contacto que enviaba la Mesa Central del P.S. desde Santiago – a pedido de los marineros del Belloto – para que el Presidente tomara conocimiento de estos hechos que en el invierno de 1973 ya propiciaban abiertamente su destitución, sin ocultar – como he dicho – efectuar su propio Plan Yakarta.
Un día de Junio de 1973, uno de los radiotelegrafistas de la Base corre alterado desde la Radioestación. Me muestra un “claveteado” que lleva en su mano. Es un mensaje en clave “que ha sido enviado a todos los comandantes de unidades de la Armada, desde Arica a Puerto Williams. Todo indica que por la noche van a dar el golpe…”- dice angustiado mientras lleva el documento al Oficial Jefe de Guardia.
De alguna manera, se difundió esta “noticia” dentro de la base.
Se efectuó una reunión – supuestamente confidencial – convocada entre personal de tropa que estaba de guardia durante esa jornada y noche, cuidando que sólo uno de los antigolpistas acudiera a presenciarla.
De manera discreta se fue llamando la gente que habría de apostarse de guardia esa tarde. Dentro del dormitorio donde tuvo lugar la reunión, habría unos treinta marinos de tropa; dos suboficiales y varios cabos antiguos atestando la pieza. Un sargento tomó la palabra y expuso que el mencionado mensaje en clave ordenaba, probablemente, efectuar el golpe de estado esa misma noche. Era una suposición, ya que para descifrar el contenido del mensaje era necesario tener el código que sólo manejaba el comandante. Sin embargo, los indicios de la asonada no faltaban. Los oficiales habían parapetado las paredes del casino de oficiales con sacos de arena. Tenían en su poder ametralladoras ligeras guardadas en sus camarotes con abundante cajones de munición. Era probable – se manifestó – que los oficiales efectuaran un ataque armado contra la marinería: tomarlos por sorpresa en medio de la noche, sacarlos a la calle interna de la base y hacer prisioneros entre quienes se negaran a apoyarlos en su alzamiento contra el gobierno, ejecutando a los que fuesen considerados enemigos de su causa, iniciando así el Plan Yakarta.
El cabo de guardia de cero a cuatro ( 00:00 hrs hasta 04:00 hrs ), un antiguo artillero que además era encargado de la sala de armas, se comprometió a vigilar a los oficiales durante su horario de cabo de guardia. “ Si veo movimientos extraños, tocaré la campana de la guardia y tendré abierta la sala de armas para que vengan a armarse de fusiles y de munición. No les saldrá gratis…” Durante la noche, aunque expectantes, no sucedió el choque armado donde varios marineros habían propuesto terminar con el abuso de los oficiales y rechazar las intenciones homicidas en contra de la civilidad.
Se puede suponer, inclusive, que este inusual y sorprendente acontecimiento fuese una maniobra programada desde el alto mando para sopesar la sensibilidad de la tropa frente a la asonada, ya que al día siguiente y en adelante, nadie mencionó este suceso que era imposible no fuese advertido por el A2.
Cabe también suponer – además – que ante la resistencia del personal a participar de hechos sangrientos en contra de los compatriotas, el mando haya morigerado la intención primaria del Plan Yakarta, que posteriormente fue reemplazado por el Plan Cochayuyo, de Toribio Merino. https://ctxt.es/es/20201201/Politica/33480/yakarta-estados-unidos-asesinatos-washington-gavin-jacobson.htm
El día 15 de junio de 1973, la Armada – en primer lugar, la Base El Belloto – decide actuar contra el movimiento antigolpista que había llegado a conocimiento del mando. Pretendían cuantificar los adeptos a los grupos e individuos opuestos al golpe de estado, ya que Inteligencia contaba con indicios insuficientes. Se detuvo a cuatro marineros de la Aviación Naval, quienes fueron interrogados por el Fiscal Naval en Valparaíso, de ellos , tres fueron enviados al Cuartel Silva Palma y dados de baja.
[El 15 de Junio de 1973, estando en la Base Aeronaval El Belloto, por primera vez en mi carrera militar soy arrestado y puesto a disposición de la Fiscalía Naval de Valparaíso, para ser sometido a proceso por infracción al artículo 276 del Código de Justicia Militar, acusado de sedición o motín, lo que es extraño como único acusado o condenado. Entre esa ocasión y el fin del proceso, estuve en detención en el cuartel Silva Palma, prisión de la Armada en Valparaíso, Cárcel Publica de Valparaíso, a partir del 16 de Agosto de 1973, al momento de ser exonerado de la Armada,…] ( Julio Gajardo N. )
Los días 4 al 6 de agosto la Armada efectúa una redada general en sus reparticiones de tierra y unidades a flote: las escuelas de la armada, escuadra, maestranzas de Asmar, desde donde arrestan marineros y operarios navales quienes son sometidos a intensas torturas, lejos de la visión ciudadana.
“El martes 7 de agosto, la Armada “destapó la olla” [… ] dio a conocer que “había detectado la gestación de un movimiento subversivo en dos unidades de la escuadra apoyado por elementos extremistas ajenos a la institución”. ( Documento Punto Final Ed.191)
El referente de las noticias en esos días fue el sargento Juan Cárdenas, de dotación del destructor Blanco Encalada, y el centenar de marineros y operarios que eran sometidos a crueles torturas por el Servicio de Inteligencia de la Armada: en el cuartel Silva Palma, los de Valparaíso, mientras otra cantidad semejante de detenidos en Talcahuano, eran internados en el cuartel Borgoño para recibir tratamiento similar.
Sin que los marineros y operarios detenidos contaran con la defensa debida, la Armada puso múltiples escollos a los abogados que ofrecieron ver y defender a los acusados (Pedro Henríquez, Hernán Mege, Marcelo Burgos, Emilio Contardo, Eliana Ceriani, Olga Morris, entre otros.) Los marineros y operarios de Asmar prisioneros en el Cuartel Silva Palma, son procesados por “sedición y motín” en la Fiscalía Naval de Valparaíso a instancias del vicealmirante Toribio Merino. Debido a que la acusación de sedición – según la Constitución entonces vigente – sólo podía ser efectuada por la autoridad gubernamental o intendente provincial, esta fue caratulada como “Falta grave a la Disciplina”, acusación refrendada por autoridades políticas, medios de comunicación inclusive por personeros del gobierno.
[En el fondo, el único argumento de la acusación son los proyectos de los marinos de desobedecer y arrestar a sus superiores. […..] El gran argumento de la defensa es que los marinos buscan mantener el Imperio de la Ley contra la insubordinación de gran parte de sus jefes. ] Jorge Magasich “Los que dijeron NO” Vol. 2 pag.194.-
Interventores regionales nombrados por autoridades del gobierno derrocado, dirigentes de sindicatos, obreros, empleados de la fábrica la CCU Limache, Conservera Parma, Complejo KPD, regidores de izquierda y otros connotados personajes públicos llegaron a aterrizar a la pista aérea, donde permanecían día y noche entre sesión y sesión de interrogatorios a la intemperie, sin camisa, sobre un suelo que habían tapizado con gravilla abrasiva.
Dirigiendo este campo de prisioneros el capitán de fragata Patricio Villalobos L., quien se ufanaba de ser llamado “Mickey”, apremiaba a los detenidos con un puntero de madera junto a otro oficial, a quien los prisioneros denominaron “Jimmy”.
El Comandante Sergio Mendoza R. Asumió de Jefe de Zona contando con la colaboración del “Colorín” Pedro Pablo Arancibia Soler cuya crueldad atribuía a su valentía ( aunque ahora niega conocer sus proezas, entre ellas, el asesinato a sangre fría del prisionero atado de pies y manos dentro de un saco (Farías, de Fábrica Parma, Limache ). El Sanatorio Naval de la Armada, del paradero cinco camino a Olmué fue su guarida, lugar donde además acopió y destruyó los libros y textos educacionales que requisó en toda escuela básica y el Liceo del sector.
El destacamento de helicópteros de la Base El Belloto, comandado por Víctor Tapia C, cumplió con la siniestra labor de colgar prisioneros de las aeronaves para ser arrastradas entre los matorrales y luego arrojar cadáveres al mar. ( Tte. Luis González Risopatrón, por declaración de testigo Mario Luengo Vera).
Hasta allí, el capitán Germán Valdivia Keller y una patrulla a su mando llevó prisionero al regidor limachino Jaime Aldoney Vargas, del P.S., quien a causa de las lesiones por tortura en la “piscina” ( Hoyo con barro, Vietnam chico ) resulta muerto para ser arrojado al mar en el helicóptero Bell Ranger Naval 14.
[….decían “se nos fue el asmático”….eran metidos en una especie de laguna con espinos en el fondo. ] (Agustín Cabezas )
[ ….y el helicóptero se elevó y no se supo más de J. Aldoney] (Roberto Sdo. Rodríguez )
Campo de Prisioneros de Colliguay
Para complementar la política represiva, donde actuaban los Servicios de Inteligencia, Infantería de Marina y el mando naval, sumado a la Base Aeronaval, la Academia de Guerra Naval, el Cuartel Silva Palma, el Sanatorio Naval de Olmué, la Armada instaló un campo de Concentración de Prisioneros en el Llano de Lliu Lliu.
El predio, perteneciente a la familia Matte Alessandri, es un lugar de difícil acceso entre los cerros y quebradas que existen en el nudo de la cordillera de la costa, al interior donde se junta Limache y Colliguay, sitio que en Octubre de 1970 ya se le había ofrecido a los oficiales golpistas como un lugar secreto donde mantener secuestrado al Gral. Schneider según el plan original, lo que no se realizó al resultar muerto el Comandante en Jefe del Ejército en el intento de rapto de los conjurados.
Este Campo de Prisoneros, además recibió de la Armada los nombres de “Isla Riesco”, “Cuartel X” o “Melinka” con la intención de mantenerlo en secreto y generar confusión en quienes pretendieran su búsqueda.
De más está contar los múltiples atropellos, torturas y castigos infligidos a los prisioneros que entre ellos contaba a los marineros antigolpistas.
[La jueza Corti posee actualmente antecedentes que prueban que desde octubre de 1973 y hasta abril de 1974 este campo de concentración funcionó bajo la dirección de agentes del SIN, los mismos que ordenaban las torturas y asesinatos en la base aeronaval de El Belloto y en el Sanatorio Naval. Además, los testimonios de un ex integrante de la Armada y de un civil que estuvieron en este sitio, cuyas identidades permanecen en reserva por razones de seguridad, han permitido establecer que en ese período estuvieron recluidas ahí 600 personas en una primera etapa, para luego descender rápidamente a 200.] (Sergio Ramírez S. )
A ese Campo de Prisioneros Políticos fueron destinados un par de años la mayoría de los marineros antigolpistas quienes continuaron en calidad de prisioneros subversivos hasta su traslado al Campo de Prisioneros de Puchuncaví en la localidad costera del mismo nombre, desde donde pasaron nuevamente a la cárcel de Valparaíso y al exilio.
14 agosto, 2023
Fuente: https://www.revistadefrente.cl/la-historia-oculta-sobres-los-campos-de-concentracion-de-la-armada-y-la-marina-por-luis-jorquera-silva-marinero-constitucionalista/
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La indignación y repugnancia aumenta, sabiendo que todos estos golpistas contaron y cuentan con la protección de la Derecha política y los grandes empresarios agrícolas e industriales.