La desaparición de los Hawker Hunter –incluso del Museo Nacional Aeronáutico–, es parte del mutismo fach.
por Carlos Saldivia/El Mostrador.
Tras el gesto de la Armada y del general (r) Martínez, en el mundo de la Defensa ha llamado la atención que el jefe de la Fach, general del aire Hugo Rodríguez –el primer comandante en Jefe elegido por Boric y la ministra de Defensa, Maya Fernández Allende–, haya optado por el silencio en tan emblemática efeméride, más cuando fueron pilotos en aviones de la Fuerza Aérea los autores materiales del bombardeo a La Moneda y la casa presidencial de Tomás Moro. Sin embargo, fuentes de la Fach aseguran –con discreción– que el general Rodríguez se adelantó a la fecha y, en junio de este año, instruyó remover los Hawker Hunter de los pedestales donde estaban en exhibición, desde los años 90, en las principales bases militares de dicha rama castrense.
El comandante en Jefe de la Armada, Juan Andrés De la Maza, participó activamente del viaje organizado por el Ministerio de Defensa al excampo de concentración de Isla Dawson con exprisioneros políticos que estuvieron detenidos en ese lugar. Por otra parte, el otrora comandante en Jefe del Ejército, general (r) Ricardo Martínez, lanzó un libro donde afirma que “los detenidos desaparecidos constituyen el mayor agravio al ethos militar”.
Ambas actividades –efectuadas en el marco de los actos conmemorativos por los 50 años del golpe de Estado– están inspiradas en gestos de “perdón” y “construcción de reencuentro, democracia e incondicionalidad con los derechos humanos”, y han sido valoradas transversalmente.
No obstante, en el mundo de la Defensa Nacional ha llamado la atención, sostienen en las filas castrenses, que el jefe de la Fach, general del aire Hugo Rodríguez –el primer comandante en Jefe elegido por el Presidente Gabriel Boric y la ministra de Defensa, Maya Fernández, nieta de Salvador Allende–, haya optado por el silencio en tan emblemática efeméride, más cuando fueron pilotos en aviones de la Fuerza Aérea los autores materiales del bombardeo a La Moneda.
Según explican fuentes del Estado Mayor de la Fach, fue el Alto Mando el que definió, a principios de año, que la institución no esté presente en la primera plana de los gestos simbólicos.
En la comisiones de Defensa del Senado y la Cámara, ello no ha pasado inadvertido. “Valoro mucho las palabras del excomandante Martínez, que hizo un reconocimiento derecho y sin indirectas de lo que significan las violaciones a los derechos humanos en Chile. Y lo que ha hecho la Armada en Dawson. Esperamos que la Fuerza Aérea no se reste de estos simbolismos que son muy necesarios para la reparación y para ir cerrando heridas que aún no se cierran”, señaló el senador Pedro Araya, miembro de la Comisión de Defensa de la Cámara Alta.
El legislador también deslizó una crítica al oficialismo y sostuvo que el desafío que tiene Boric es que los actos conmemorativos por los 50 años “no aparezcan como una disputa que pretenda volver a dividir a los chilenos”.
En tanto, su par de la Comisión de Defensa, el senador Luciano Cruz-Coke (Evópoli), dijo que se han hecho gestos desde las FF.AA. en varias oportunidades y subrayó que “todo lo que apunte a generar hoy elementos de reparación entre los chilenos es muy importante, son la base de la comprensión histórica de los procesos que vivimos”.
“Lo lamentable –agregó Cruz-Coke– es que a raíz del poco tacto político y de cierta torpeza del Gobierno en esta materia, si se mira los 40 años respecto de los 50 años, hoy día el país parece más dividido que antes. Hubo una oportunidad en estos 50 años que se perdió, debió haber una columna vertebral guiada por el Gobierno. No se produjo por la propia torpeza política”.
Sin embargo, algunos oficiales del Alto Mando de la Fach –con discreción– señalaron a El Mostrador que el general Rodríguez se adelantó a la controversia por la efeméride en junio pasado. Ese mes instruyó remover los aviones Hawker Hunter –los caza británicos que se usaron para bombardear La Moneda– y que estaban colocados en pedestales especiales para su exhibición, desde los años 90, en las principales bases militares de dicha rama castrense.
“Era un avión de formación muy querido en la Fuerza Aérea, porque formó a mucha gente, incluso al general Merino, y con su paso a retiro ya no quedan en servicio activo pilotos que hayan pasado por el Hunter. Había una inmensa cantidad de suboficiales de mantenimiento formados en ellos“, comentó un oficial a este medio.
La desaparición de los Hawker Hunter –incluso del Museo Nacional Aeronáutico–, sin embargo, pasó casi inadvertida, pese a la activa participación de 4 de esos aviones que despegaron del aeropuerto Carriel Sur de Concepción, y que bombardearon el Palacio de La Moneda, así como la residencia presidencial de Tomás Moro de Salvador Allende.
Los caza británicos –explican oficiales de la Fach– habían sido comprados en 1966, durante el Gobierno de Frei Montalva, y en Sudamérica solo había en Chile y Perú. En su ataque fueron inmortalizados por el camarógrafo Pedro Martínez, además de varios fotógrafos chilenos y extranjeros.
En 1978, los aviones que bombardearon el Palacio de La Moneda fueron protagonistas de una insólita protesta en Europa. Trabajadores de la única empresa que reparaba este tipo de aviones en Escocia se negaron a reparar los cazas en solidaridad con Chile por el golpe de Estado. Esta situación fue llevada al cine en el documental ¡Nae pasaran! (2018), dirigido por el director chileno-belga Felipe Bustos Sierra.
Debido a esta negativa, la Fuerza Aérea chilena en dictadura debió buscar repuestos en el mercado negro de Sudáfrica y la India, para reparar algunos daños ocasionados por tiradores del GAP en Tomás Moro.
En 1995, explican quienes conocieron el tema, el caza dejó de operar en Chile y fue reemplazado por aviones F-5. Desde su reemplazo, varios fueron colocados en exhibición. Esto, por ser considerado un avión histórico de la aviación militar; sin embargo, entre abril y junio de este año, fueron retirados con grúas de gran tamaño.
“Eran una reliquia. Cuando llegaron los F-5, nos permitió llegar a la barrera del sonido, porque los Hunter eran solamente transónicos. En Iquique pusieron un Caza A-36 para no tener pelado el pedestal. El A-36 es el avión que forma a los subtenientes recién egresados de la Escuela de Aviación, los forma en el área de combate, no tiene ninguna importancia”, añade una fuente.
El Mostrador solicitó al Departamento de Comunicaciones de la Fuerza Aérea una versión oficial, la cual, al cierre de esta edición, no llegó.
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