Nuevas informaciones sobre la cremación de cuerpos durante la dictadura.
El reportaje «Los padrinos alemanes de Pinochet», emitido por el periodista y cineasta alemán Wilfried Huismann en la radio WDR el pasado 3 de septiembre, ha sacudido a la nación chilena. En medio de las revelaciones sobre la participación del oficial nazi Walter Rauff en la represión durante la dictadura de Augusto Pinochet, el Colectivo Perrera Arte ha decidido compartir sus reflexiones y angustias, ya que este reporte arroja luz sobre un aspecto perturbador y hasta ahora desconocido de la historia de su espacio.
La ex Perrera Municipal, actualmente ocupada por el Colectivo Perrera Arte, se ha convertido en un símbolo de resistencia y creatividad en Santiago. Sin embargo, las revelaciones del reportaje de Huismann han arrojado sombras escalofriantes sobre su pasado. El edificio, inaugurado en 1927, funcionó inicialmente como el primer horno eléctrico crematorio de basura de Santiago. A lo largo de las décadas, pasó por varias etapas de uso, incluyendo el sacrificio de perros callejeros de la ciudad.
La historia de este lugar es, en sí misma, un testimonio de la evolución urbana de Santiago. A pesar de los desafíos y las discontinuidades en su funcionamiento, el edificio resistió y fue rescatado de la demolición en la década de 1990 gracias a la intervención de urbanistas españoles que asesoraron en el diseño del Parque de los Reyes. Fue en ese momento que el espacio de 1.250 metros cuadrados fue entregado a los artistas por el alcalde Jaime Ravinet en 1995, en un estado de ruina.
Desde entonces, el Colectivo Perrera Arte ha trabajado incansablemente para restaurar y revitalizar este espacio único. Han abordado el edificio con un enfoque colectivo y profesional, convirtiéndolo en un lugar propicio para el trabajo multimedial y experimental en las artes. Pero la historia que emerge ahora es mucho más oscura.
Durante muchos años, han circulado informaciones informales entre los vecinos de los barrios Balmaceda y Yungay, así como la población Juan Antonio Ríos, ubicada en la ribera norte del río Mapocho. Estos relatos hablaban del uso de la ex Perrera Municipal como un punto de control militar en los primeros días del golpe de Estado de 1973. Entre el 15 y el 19 de septiembre de ese año, funcionarios del hospital San Juan de Dios, incluido el sacerdote español Juan Alsina, y 14 jóvenes detenidos en Puente Alto fueron ejecutados en este lugar. En su memoria se levanta una plazoleta y un altar que lleva la frase: «quítame la venda, mátame de frente para darte el perdón», las últimas palabras pronunciadas por Alsina antes de ser asesinado.
A finales de la década de 1990, el fundador del Colectivo, Antonio Becerro, presentó informaciones similares a las oficinas continuadoras de la Comisión Rettig. Sin embargo, estas preocupaciones fueron desestimadas por falta de pruebas documentales. En 2003, en respuesta a esta falta de reconocimiento, el artista visual realizó la obra «De la cicatriz al dibujo», tatuando en la piel de familiares de detenidos desaparecidos los rostros de sus seres queridos no encontrados.
La historia de la ex Perrera Municipal se complica aún más con los testimonios recientes de Jorgelino Vergara Bravo, quien trabajó como «mocito» de Manuel Contreras, el jefe de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA). Vergara reveló detalles desconocidos sobre la muerte y tortura en Chile en 2007 y nuevamente en 2016, sus nuevos relatos fundamentan las afirmaciones de Wilfried Huismann de que al menos 300 personas fueron cremadas ilegalmente en este lugar como parte de la llamada «solución final» propuesta por Rauff.
Ante la gravedad de estos crímenes de lesa humanidad, el Colectivo Perrera Arte hace un llamado a las autoridades actuales y pasadas del país, así como a todas las personas públicas que tuvieron relación con este espacio en el pasado, a pronunciarse oficialmente. Es necesario iniciar una investigación de alto nivel que profundice en estas denuncias y arroje luz sobre esta pesadilla que ha persistido durante medio siglo.
El Colectivo Perrera Arte, como un espacio cultural independiente y autogestionado, ha cumplido con su misión de preservar la memoria y la identidad de este lugar. Han trabajado arduamente para sanar y revitalizar un edificio con una historia compleja. Pero ahora, se enfrentan a una nueva realidad, una realidad que exige respuestas y acciones.
Este 19 de septiembre se conmemoraron cincuenta años de la ejecución de Joan Alsina. El Colectivo celebra la declaración de sitio de memoria del Puente Bulnes, pero señala que, dependiendo de las investigaciones, este resguardo patrimonial debe extenderse a toda el área del Parque de los Reyes, incluyendo los abandonados tajamares del río Mapocho. Se trata de un entorno activo de recuerdo, un lugar donde las generaciones presentes y futuras pueden aprender sobre la historia de Chile y caminar hacia la luz en lugar de la oscuridad.
El arte, como un dispositivo de liberación, tiene el poder de regenerar el espíritu de un pueblo. El Colectivo Perrera Arte está preparado para enfrentar este nuevo desafío y seguir trabajando por la memoria y la cultura en este espacio único e histórico.
Fuente: https://www.elclarin.cl/2023/09/26/el-escalofriante-pasado-de-la-perrera-se-refuerza-tras-nuevas-informaciones-sobre-la-cremacion-de-cuerpos-durante-la-dictadura/
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