Chile constitucional: los retortijones del progresismo y la izquierda confiada.

Oficialismo aprieta los dientes y decide seguir bregando por la nueva Constitución.

por Danilo Herrera/El Mostrador.

Frente a la disyuntiva de tratar de mejorar un texto que quizá terminen votando en contra o comenzar desde ya a abstenerse, consejeros y expertos decidieron seguir adelante, teniendo en cuenta que en muchos existe el temor de que la Nueva Constitución termine siendo aprobada.

En la tarde de ayer el Consejo Constitucional despachó su primer borrador que será entregado a la  comisión experta, órgano elegido por el congreso, que tiene una integración de 12 oficialistas y demócratacristianos y 12 opositores al gobierno. Con esto, los ojos se ponen en los comisionados expertos, que tendrán que proponerle mejoras, modificar, suprimir o incorporar normas al texto constitucional.

Los expertos oficialistas ya tienen listo un largo listado de enmiendas que propondrán como mejoras al texto, que terminarán de afinar en la jornada de hoy. La estrategia es construir un “amplio acuerdo y no una lista de supermercado con modificaciones al texto” dice una comisionada experta oficialista. Los nudos críticos, por cierto, están en salud, educación, pensiones, derecho a la vida, derecho a huelga, agua, derechos sexuales y reproductivos y el Tribunal Constitucional, el sistema político (incluyendo la rebaja de parlamentarios y la paridad), entre otros.

En el mismo sentido, en el oficialismo están casi todos contestes en que el acuerdo debe ser por la totalidad del texto y no por parcialidades. “Estamos todos en esa, o bueno, casi todos”, dicen en alusión a la comisionada experta Paz Anastasiadis (DC), que ha dicho públicamente que esta estrategia sería un error.

En otro aspecto, en una reunión con expertos, consejeros y representantes de los partidos políticos oficialistas, el vicepresidente del Consejo Constitucional, Aldo Valle (IND-PS), señaló que “queda un camino por recorrer y lo más sincero es decir que necesitamos el apoyo de los partidos, porque lo que tenemos por delante es un desafío nacional”, agregando que “con ustedes nos sentimos más apoyados”, en directa alusión a lo que se comenta en sordina en los pasillos del excongreso: que la participación de los partidos de  gobierno y la Democracia Cristiana ha sido mínima en el proceso. El directivo de uno de los partidos, de hecho, aseveró a El Mostrador que “después del acuerdo por Chile (enero) descansamos en los expertos y consejeros”, lo que contrastó en forma evidente con la actitud asumida por la directiva del Partido Republicano, que estaba en forma permanente en el lugar.

Se trató de una reunión informativa que, sin embargo, no movió mucho la aguja, pues la conclusión no distó mucho de los pronósticos previos, en orden a que es necesario efectuar todos los esfuerzos para conseguir un mejor texto constitucional y “no abandonar el barco hasta el último día”, como informó una asistente de la reunión.

Pese a ello, en el mundo de la oposición no pocos se preguntan qué sentido tiene seguir insistiendo si es un hecho que, dada la mayoría de la derecha, la posibilidad de llegar a acuerdos es muy escasa.

En dichos sentido, la discusión ha sido si es necesario buscar acuerdos y mejorar un texto que probablemente votarán “en contra”, o abstenerse de cualquier votación con el objetivo de un “acuerdo global” de todo el texto constitucional. Esas dos tácticas se han conversado entre expertos de izquierda y centroizquierda, pero saben que es difícil llegar a un acuerdo que abarque desde el Partido Republicano hasta el Partido Comunista y el temor de que termine ganando la opción “a favor” en diciembre es uno de los ejes movilizadores para llegar al mejor texto posible.

Frente a esta disyuntiva hay varias respuestas, pero hasta el momento la idea es seguir avanzando, en función de argumentos que van desde la “honra profesional”, como señalan algunos, a quienes indican que “es la responsabilidad con Chile”.

Los expertos de las derechas

Los expertos de derechas, en tanto, están divididos entre los “pro-acuerdo”, que buscan la mayor cantidad de acuerdos con los oficialistas, y los “identitarios” que quieren mejorar el texto, pero “no cambiar ninguna de las normas que quiere la ciudadanía y nuestro sector”. Uno de los expertos de centroizquierda, bromeando, habla que son acusados de “entreguistas”, mientras que del otro lado evalúan que pese a que hay que hacer modificaciones “es un buen texto constitucional”.

Durante la jornada de hoy ambos sectores dentro de las derechas debatirán acerca de cómo llegarán a la negociación con el oficialismo, aunque el trabajo ha sido continuo durante todo el proceso de votaciones del Pleno del Consejo Constitucional, aclaran.