¿Por qué la visión de Sankara sigue resonando en el corazón de África?.
Más de tres décadas han pasado desde el homicidio del dirigente burkinés, y todavía hay responsables de su crimen que evaden la justicia.
El líder marxista Thomas Isidore Noël Sankara alcanzó la presidencia de lo que entonces era el Alto Volta francés, ahora Burkina Faso, el 4 de agosto de 1983. Defensor acérrimo de la libertad y la justicia, repudió la dependencia neocolonial, impulsó la autonomía económica y las reformas sociales y democratizadoras en su país.
Durante su cuatrienio presidencial, Burkina Faso experimentó un notable desarrollo económico, desafiando a las antiguas potencias coloniales. Su vida terminó trágicamente en un golpe de estado orquestado con apoyo de militares franceses. Tras más de tres décadas, muchos implicados en su asesinato que aún viven, no han sido obligados a sentarse ante los tribunales de justicia.
La trayectoria de Sankara comenzó en 1949, como el décimo hijo de una familia católica. Su juventud estuvo marcada por la motivación hacia el sacerdocio, pero optó por la milicia. Su educación militar y su contacto con las ideas marxistas y revolucionarias en Madagascar marcaron el inicio de su ideario político.
Tras su regreso a Alto Volta, Sankara mostró liderazgo en conflictos militares y, junto a aliados como Blaise Compaoré, Henri Zongo y Jean-Baptiste Boukary Lingani, formó el Grupo de Oficiales Comunistas. Este grupo sería fundamental en su ascenso al poder y su posterior gestión como líder de Burkina Faso.
En 1981, Sankara ocupó brevemente el cargo de secretario de Estado de Información, renunciando en protesta por la represión ejercida por el gobierno. Regresó al gabinete como primer ministro en 1983, pero su mandato fue corto debido a sus ideales revolucionarios, que lo llevaron a ser detenido y posteriormente liberado ante el clamor popular.
El 4 de agosto de 1983, junto a sus compañeros del «Grupo de Oficiales Comunistas», Sankara tomó el poder, iniciando un período de profunda transformación para Burkina Faso. Cambió el nombre del país, simbolizando así el abandono de su pasado colonial y promovió un programa de reformas en educación, salud, derechos de las mujeres y economía, buscando la autosuficiencia y desafiando el imperialismo y la dependencia neocolonial.
En el ámbito internacional, Sankara se destacó por su participación en la Asamblea General de la ONU y su alianza con otros países en desarrollo, rechazando la ayuda del FMI y el Banco Mundial. Sin embargo, sus políticas empezaron a preocupar al gobierno francés y a las élites locales y regionales, lo que eventualmente llevó a su asesinato en 1987, un acto que aún provoca indignación y reclamos de justicia.
Aunque sus reformas fueron totalmente revertidas tras su muerte, Sankara sigue siendo una figura icónica en Burkina Faso y en toda África, simbolizando la lucha por la independencia y la justicia social. Su legado continúa inspirando a las generaciones actuales en su lucha contra la opresión y por un futuro más justo.
Fuente: https://canarias-semanal.org/art/35491/sankara.
Thomas Sankara
por Casa Africa.
Líder revolucionario y presidente de Burkina Faso (Alto Volta hasta su llegada) entre 1983 y 1987, cuando fue asesinado en un golpe de Estado
El capitán Thomas Isidore Noel Sankara (21 de diciembre de 1949 – 15 de octubre de 1987) fue presidente de Burkina Faso (conocida como Alto Volta hasta que él le cambió el nombre cuando llegó a la presidencia) de 1983 a 1987.
Con una potente combinación de carisma personal y una organización social con alguna participación democrática, su gobierno trajo iniciativas contra la corrupción y mejoró la educación, la agricultura, y el estatus de la mujer.
Su programa revolucionario provocó una fuerte oposición de los líderes tradicionales de la pequeña, pero poderosa clase media, así como el recelo de Francia. Además de la fricción con los miembros más conservadores de la junta de gobierno, estos factores provocaron su caída y asesinato en un sangriento golpe de estado el 15 de octubre de 1987.
Nació en una familia católica que quiso que se hiciera sacerdote, aunque al final optó por la carrera militar, sin perder nunca su fe a pesar de su tendencia marxista.
Después de un entrenamiento militar básico en la escuela secundaria en 1966, Sankara empezó su carrera militar a los 19 años. Un año más tarde fue enviado a Madagascar para entrenamiento de oficiales en Antsirabe, donde el presenció los levantamientos populares en 1971 y 1972. Volvió a Alto Volta en 1972 y en 1974 el luchó en una guerra fronteriza entre Alto Volta y Malí.
Empezó a ser una figura popular en la capital de Ouagadougou, donde era conocido como guitarrista (tocaba en una banda llamada “Tout-à-Coup Jazz”) y le gustaban las motocicletas. Todo esto unido a su gran carisma, contribuyó de manera importante en su popularidad.
En 1976 el llegó a ser comandante del Centro de entrenamiento de Comandos en Pô. En este mismo año conoció a Blaise Compaore en Marruecos. Durante la presidencia del coronel Saye Zerbo un grupo de oficiales jóvenes formaron la organización secreta “Agrupación de los Oficiales Comunistas” (Regroupement des officiers communistes, o ROC), los miembros más conocidos empezaron siendo Henri Zongo, Jean-Baptiste Boukary Lingani, Compaorè y Sankara.
Sankara fue nombrado Secretario de Estado para la información en el gobierno militar en septiembre de 1981, pero renunció el 21 de abril de 1982 por diferencias irreconciliables con el gobierno, que acababa de prohibir el derecho a huelga y desmantelar el principal sindicato.
Después un nuevo golpe (el 7 de noviembre de 1982) llevó al poder a Jean-Baptiste Ouédraogo. Sankara llegó a ser primer ministro en enero de 1983, pero dimitió el 17 de mayo y estuvo bajo arresto en su casa después de la visita al país de Jean-Christophe Mitterrand, hijo del presidente francés. Henri Zongo y Jean-Baptiste Boukary Lingani también fueron puestos bajo arresto y esto causó un levantamiento popular.
Un golpe de estado organizado por Blaise Compaore hizo a Sankara presidente el 4 de agosto de 1983, a la edad de 33 años. El golpe de estado fue apoyado por Libia, que al mismo tiempo estaba presente en la guerra con Francia en Chad.
Sankara se definía como un revolucionario inspirado por los ejemplos de Cuba (de hecho en algunos escritos se le conoce como ‘El Che africano’) y el líder militar de Ghana, Jerry Rawlings. Como presidente promovió la “Revolución democrática y popular” (Révolution démocratique et populaire, or RDP).
Su política estuvo orientada alrededor de la lucha contra la corrupción, el hambre, promoviendo la reforestación, la educación, la salud y los derechos de las mujeres.
En 1984, en el primer aniversario de su ascenso al poder, renombró el país como Burkina Faso, que significa “La tierra de la gente íntegra” en Mossi y Djula, las dos lenguas mayores del país. También dio paso a una nueva bandera y a un nuevo himno nacional (Une Seule Nuit).
El gobierno de Sankara incluyó un gran número de mujeres. Mejorar el estatus de las mujeres fue uno de los logros explícitos de Sankara, una política sin precedentes en África Occidental. Su gobierno suprimió la ablación de los genitales femeninos y condenó la poligamia. El gobierno de Burkina Faso también fue el primer gobierno africano en reconocer el SIDA como una gran amenaza para África.
Las iniciativas de Sankara contribuyeron a aumentar su popularidad y a atraer alguna atención de la prensa internacional hacia la revolución de Burkina Faso:
- Vendió la flota de autos Mercedes del gobierno e hizo que el Renault 5 (el coche más económico de Burkina Faso) fuera el coche oficial de los ministros.
- Formó una guardia personal de mujeres motociclistas.
- En Ouagadougou, convirtió el depósito de provisiones del ejército en un supermercado del estado para todos (el primer supermercado en el país).
El 15 de octubre de 1987 Sankara fue asesinado con doce oficiales en un golpe de estado que muchos atribuyen a su sucesor y otrora amigo Blaise Compaorè, pero lo cierto es que más de 20 años después, sigue sin celebrarse un juicio que depure responsabilidades.
Algunas de sus frases:
«Una juventud movilizada es peligrosa y representa un poder que asusta igual que las bombas atómicas»
«Acabar con la supervivencia, aflojar las presiones, liberar nuestros campos de un inmovilismo medieval, democratizar nuestra sociedad, despertar los espíritus sobre un universo de responsabilidad colectiva, para atreverse a inventar el futuro, ese es mi programa»
«Sólo la lucha libera. Hacemos un llamamiento a todas nuestras hermanas de todas las razas para que se lancen al asalto de la conquista de sus derechos»
«La revolución y la liberación de la mujer van unidas. No hablamos de la emancipación de la mujer como un acto de caridad o por una oleada de compasión humana, es una necesidad básica para el triunfo de la revolución. Las mujeres ocupan la otra mitad del cielo»
«La escuela debe enseñar a leer, a escribir, pero sobre todo a contar. No a contar con los dedos, sino a contar con sus propias fuerzas»
«No podemos pagar la deuda. Primero porque, si no la pagamos, los prestamistas no morirán, eso es seguro. Pero si pagamos, nosotros sí moriremos, eso también es seguro»
Fuente: https://www.casafrica.es/es/persona/thomas-sankara
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Los franceses solamente
nos han proyectado su imagen de » bonachones buenos cocineros…»
La Historia nos ha demostrado su feroz colonialismo como el peor…