Medio Oriente: Palestina y la izquierda ramera.

Foto de archivo: Niños palestinos ondean la bandera verde de Hamas y la de Palestina sobre los escombros de un edificio derribado mientras celebran el acuerdo de alto el fuego entre Israel y el grupo insurgente, en la Ciudad de Gaza, el 21 de mayo de 2021. (Adel Hana/AP)

«Hamás forma parte de la diversidad política del pueblo palestino autóctono. Hamás es un partido político palestino con una postura de lucha armada contra el colonialismo».

por Susana Khalil (*)/Al Mayadeen English (**).

Decir a estas alturas -ante el exterminio del pueblo semita palestino- que Hamás es un «grupo terrorista» puede ser una afirmación ingenua, por no decir ignorante, y si hay alguien de la izquierda que lo dice, se trata de  una actitud inmadura y demagógica, una postura criminal por cuanto beneficia al fascismo imperial y colonial.

Decir a estas alturas que Hamás es un grupo terrorista, que esos ataques no se justifican, que es grave lo que ha hecho, que no se debe usar la violencia, que la violencia no es la solución… no solo ignora la dolorosa realidad del pueblo nativo palestino sino también la lucha por su sobrevivencia como pueblo, y no comprende la amenaza fascista imperial que se cierne sobre la historia contemporánea mundial.

En general existe mucha demagogia intelectual y la izquierda no escapa a ella. Es muy cómodo condenar a Hamás pues hay miedo que se nos impone y que nos impide ser completamente honestos sobre el asunto.

Hay que ser más respetuoso en no imponer o dictar a los otros cómo deben luchar.

La Causa Palestina se encontraba camino al matadero, estábamos asistiendo a su entierro desde Oslo, cuando fueron burlados los acuerdos de paz, hasta la Normalización apoyada por algunas petro tiranías árabes abiertamente a favor del colonialismo israelí, dando la espalda al hermano pueblo palestino. Y además, el pueblo nativo semita palestino sufre la humillante traición de la Autoridad Palestina, de modo que el activismo pacífico es igualmente censurado.

En este contexto, Hamás irrumpe a través de una acción militar contra colonos ilegales, en territorio Palestino. Justamente este episodio de la Causa Palestina debería servir a una reflexión revolucionaria y no al confort intelectual del status quo.

El status quo es la guillotina y la muerte miserable e indigna. Si el pueblo nativo semita palestino se rindiera, se confinaría a su desaparición. Si el pueblo nativo semita palestino lucha tal vez sea exterminado. Pero hay que dejar claro que es mejor desaparecer en lucha y no desaparecer rindiéndose a través de impostores discursos  humanistas. 

El pueblo nativo palestino no solo está derramando su sangre por su propia liberación sino que lucha por toda la humanidad pues se enfrenta al movimiento fascista más poderoso de nuestro tiempo: el sionismo. Por eso la Causa Palestina es tan crucial y compleja; por eso también es que existe tanta cobardía disfrazada de una estrategia seudo pacífica que se nos intenta imponer.

Nos dicen que se trata de un conflicto difícil debido a que es milenario, religioso. No, todo eso es una mentira alienante. Es difícil porque se trata de un pueblo nativo que se enfrenta al fascismo más poderoso de nuestro tiempo histórico: el sionismo. Es una lucha que se enfrenta directamente al poder imperial. 

Lo difícil de la Causa Palestina, es nuestra inconfesada cobardía: una forma sofisticada y pulida de argumentación que oculta el miedo a la hora de abordar las cuestiones relacionadas con la causa palestina.

El espectro de la izquierda no va a la raíz de la Causa Palestina, aunque muchos palestinos y árabes en general tampoco lo hacen. La izquierda sigue el patrón colonial occidental: habla de esa tramposa propuesta de dos Estados (dos Estados es una modalidad colonial). No asume que es un régimen colonial, y mientras lo condena y maldice al mismo tiempo sostiene que «Israel» tiene el derecho a existir (ningún colonialismo tiene derecho a existir). Habla del “Pueblo Judío”, cuando en realidad son europeos conversos a la religión Judía y se disfrazan de “Pueblo Judío, de Semitas, de Hebreos” para colonizar Palestina. La izquierda forma parte de ese círculo que no combate integralmente al fascismo sionista eurocéntrico.

La lucha armada

Si bien es verdad que la lucha armada no es lo ideal, es también verdad que es inmoral  no hacer uso de ella ante el exterminio que ejerce ese colonialismo eurocéntrico israelí.

Hamás forma parte de la diversidad política del pueblo nativo palestino. Hamás es un partido político palestino con una postura en pro de la lucha armada contra el colonialismo.  Pero, en sus estatutos Hamás tiene absolutamente prohibido realizar cualquier acto armado fuera de Palestina. Este grupo político religioso, sostiene que es un pecado, un «acto de terror» realizar atentados fuera del suelo nacional que buscan liberar. Contrariamente a los grupos políticos seculares palestinos que sí cometían atentados fuera de Palestina, como los actos terroristas que cometidos en Europa. 

Por otra parte existe una represiva atmósfera dirigida a negar y deslegitimar cualquier acto de lucha armada. Esta represión, la ejecutan entre otros las fuerzas de dominación fascistas, mediante la tramposa instrumentalización de los valores humanos, como por ejemplo: no a la violencia, no a la guerra, la guerra no es la solución. Algo así como: no se puede ser demócrata o feminista y apoyar una lucha armada. …la lucha debe ser pacífica, el único combate razonable es de las ideas, la fuerza del dialogo, la dialéctica del debate. ¡Es cómo decir no a la lucha armada aunque tal negación sirva al exterminio del pueblo nativo palestino!

El derrumbe del anacronismo colonial de «Israel» implicaría la pérdida del control imperial estadounidense en todo el Levante, esto sería el declive crónico de la bestialidad imperial y un triunfo de la soberanía de los pueblos de la región. Sería una contribución a la consolidación de un mundo más multipolar. Un mundo que da paso a un orden internacional más democrático y equitativo. 

Lo digo sin tabú y sin miedo: sí, creo en la liberación del pueblo nativo, arabo-semita, palestino, levantino, cananeo de la Gran Siria. Sí, creo en el fin del colonialismo euro céntrico israelí. Ahora la población que lleva el gentilicio colonial israelí pasaría a llevar el gentilicio nativo palestino. Me opongo a que sean expulsados ya que esto sería moralmente un atentado a la propia Causa Palestina. 

El histórico y digno rol de los pueblos nativos ante la barbarie colonial es combatirlos. 

Si un elemento tan vital como lo es la lucha anti imperialista, antifascista y anticolonial no prevalece en la conciencia de la izquierda, no creo que ésta sea una izquierda comprometida con la justicia humana. 

Que la oportunista actriz estadounidense Angelina Jolie condene los atentados de Hámas, lo podemos comprender, pero no cuando se trata de figuras de la izquierda. Esto las convierte no solo en demagogos, desconocedores e insensibles sino sino que las posiciona como partidarias involuntarias de la decadencia imperial y la inhumanidad.

3 Enero 06:41 

Susana Khalil(*) Susana Khalil: Politóloga e investigadora. Fundadora de la Asociación Canaán. Conductora y productora del programa radial «Palestina 11 mil años de historia».

(**) El texto presentado aquí – que mantiene su título original «Palestina y la izquierda ramera»- modifica y mejora la traducción del inglés al español ofrecido por la misma web «Almayadeen» [Nota del Editor CT].

Fuente:https://english.almayadeen.net/articles/opinion/palestine-and-the-harlot-left-wing


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