Eje de la Resistencia: un ataque calculado y simultáneo contra Israel.

Asia occidental se encuentra al filo de la navaja mientras el Eje de Resistencia de la región se prepara para tomar represalias contra una serie de recientes asesinatos y agresiones israelíes. 

Irán, Hezbollah y las fuerzas armadas de Yemen alineadas con Ansarallah han prometido hacer que el estado ocupante pague un alto precio tras el asesinato selectivo del jefe del buró político de Hamás,  Ismail Haniyeh,  en Teherán, y del alto comandante de Hezbollah,  Fuad Shukr,  en el sur de Beirut. 

Además, Israel bombardeó el puerto de Hodeidah en Yemen tras la exitosa  operación con drones ‘Yafa’ de Saná en Tel Aviv  el 19 de julio.

Un funcionario de la resistencia libanesa informó  a The Cradle  que “la respuesta vendrá inmediatamente de Irán, Hezbollah y Yemen”, y agregó que el objetivo era “infligir un doloroso golpe a Israel que tal vez no se logre si se toman represalias por separado”. .”

Ejecutando la ‘Unidad de Frentes’ 

Las represalias son casi seguras y podrían ocurrir en cuestión de horas, según altos funcionarios estadounidenses. Un informe de ayer de  Axios  afirma que el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, informó a sus homólogos del G7 que la respuesta podría comenzar en las próximas 24 horas.

Precisamente ayer, Ali al-Qahoum, miembro del buró político de Ansarallah,  enfatizó  que la respuesta a Israel no vendrá sólo de Teherán: 

Afirmamos nuestro compromiso con la batalla, la firmeza, la conciencia, el honor y el orgullo de estar junto a Palestina, la causa de la nación.

La cuestión crítica ahora es el alcance y la gravedad de las represalias. El secretario general de Hezbollah, Hassan Nasrallah, ha  prometido  un golpe doloroso pero calculado a Tel Aviv. Durante el cortejo fúnebre de Shukr, Nasrallah advirtió que Israel había cruzado la línea, prometiendo “una respuesta real y bien calculada”, distinta de las operaciones transfronterizas que Hezbollah ha llevado a cabo contra Israel desde el 8 de octubre.

Aplanando la cúpula de hierro 

Otras fuentes bien informadas coinciden en que la respuesta podría coordinarse, lo que sugiere que es probable que se tomen represalias desde múltiples frentes simultáneamente. Le dicen  a The Cradle  que tal enfoque podría dejar fuera de servicio el principal sistema de defensa aérea de Israel, la Cúpula de Hierro, al evitar que se rearme rápidamente. Creen que esto es posible dada la capacidad de Hezbolá de lanzar una importante andanada de misiles y dada la proximidad geográfica del Líbano a posibles objetivos israelíes.

Estas evaluaciones parecen ser consistentes con las realizadas por funcionarios estadounidenses que han  advertido  que la Cúpula de Hierro podría verse abrumada por el arsenal de misiles y drones de Hezbolá en caso de que estallara una guerra a gran escala.

Mientras tanto, altos funcionarios militares estadounidenses han dejado constancia  de  que Washington probablemente no podría proporcionar a Tel Aviv protección suficiente  ni siquiera en una guerra a gran escala con Hezbolá en un solo frente . El Jefe del Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos, Charles Brown, lo dijo en sus declaraciones a la prensa a finales de junio.

Desde nuestra perspectiva, según dónde están nuestras fuerzas, el corto alcance entre el Líbano e Israel, es más difícil para nosotros poder apoyarlos [a Israel] de la misma manera que lo hicimos en abril [con  la Operación Promesa Verdadera ].

Apoyo involuntario de Estados Unidos a Tel Aviv 

Aunque mucho se ha dicho acerca de que Estados Unidos y sus aliados lograron frustrar la respuesta de Irán al ataque israelí a su consulado en abril pasado, es digno de mención que todas  las bases militares israelíes objetivo fueron alcanzadas  durante los ataques de represalia iraníes. La Operación Promesa Verdadera pretendía más bien ser un  mensaje , indicando que Teherán ya no toleraría la agresión israelí contra sus intereses.

Los refuerzos militares estadounidenses   en la región pueden ayudar a interceptar misiles y drones provenientes del Líbano, mientras que el estado vasallo de  Jordania  también podría desempeñar un papel , como lo hizo durante los ataques de represalia de Irán. Sin embargo, esto también convierte a los activos militares estadounidenses y los de sus socios en objetivos legítimos para el Eje de la Resistencia.

Como explica el ex analista del Pentágono Michael Maloof a  The Cradle:

Hezbollah probablemente atacaría a los buques de guerra estadounidenses en la región que participarían en la interceptación de misiles dirigidos a objetivos israelíes.

«Al igual que en 2006, imagino que la participación de Estados Unidos se centrará más en evacuar a muchos de los 86.000 estadounidenses que ahora se encuentran en el Líbano y que querrían irse», añade Maloof.

Los altos funcionarios militares de Washington también parecen firmemente opuestos a verse arrastrados a un papel ofensivo activo en caso de que estalle una guerra más amplia con Hezbollah, y mucho menos una temida  guerra en múltiples frentes . Esta postura está respaldada por declaraciones del Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos, Charles Brown, que indican la limitada voluntad del Pentágono de proteger al Estado ocupante.

Tenga en cuenta que las promesas de Washington de defender a Israel no han mencionado ninguna posible  acción ofensiva , lo que refleja el deseo estadounidense  de evitar una guerra más amplia . Los expertos dudan que Estados Unidos se involucre mucho en una guerra a gran escala, respaldados por declaraciones públicas que subrayan la importancia de evitar una escalada regional y, expresado de manera más privada, el deseo de mantener los objetivos militares estadounidenses a salvo de ataques de represalia.

Riesgo militar y cálculos políticos. 

Como dijo Brown en ese momento, el mensaje principal de Washington es: 

Pensar en el segundo orden de efecto de cualquier tipo de operación en el Líbano, y cómo podría desarrollarse y cómo impacta no sólo a la región, sino también a nuestras fuerzas en las regiones.

El general –el oficial militar estadounidense de más alto rango y el principal asesor militar de la Casa Blanca– estaba entregando un mensaje que tiene un significado especial en medio de los recientes acontecimientos.

Al afirmar que una guerra iniciada por Israel contra el Líbano ponía en riesgo a las tropas estadounidenses, Brown esencialmente estaba diciendo que los altos mandos del Pentágono no consideraban que una guerra regional más amplia ayudara a los intereses estadounidenses. 

Dadas estas declaraciones, sigue siendo posible –aunque lejos de estar garantizado– que la administración saliente de Biden pueda controlar a Israel independientemente de cuán doloroso sea el golpe que le asesta el Eje de Resistencia. 

Las próximas elecciones estadounidenses de noviembre son otro factor que puede impedir una conflagración regional. “Si Estados Unidos se involucrara más militarmente con Israel”, advierte Maloof, “provocaría disturbios en las calles de Chicago en la Convención Demócrata a finales de este mes”. 

Estas realidades sugieren un escenario en el que Washington podría obligar a Tel Aviv a absorber las represalias del Eje de la Resistencia, por severas que sean.

5 DE AGOSTO DE 2024