por Equipo de realización y producción LQPP50 años.
“Serie Miguel Enríquez 50 años”, así denomina la segunda edición del programa “Lo que el pueblo proclama” cuyo nombre se debe a Dante Campana, militante del MIR y fundador de los Colectivos de Trabajadores, CC.TT. en abril de 2009. Esta segunda edición está dedicada a conmemorar la muerte de Miguel Enríquez y en su nombre la de todas las mujeres y hombres participantes del proyecto rojinegro caídos en combate. Este Capítulo 5: “Lucha de clases en las FF.AA.”, nos contextualiza en aquellas coyunturas en que la lucha popular retumba al interior de las propias instituciones de las FF.AA. y policiales. Nuestros entrevistados, Patricio Aranda, Ricardo Frödden y José Carvajal, nos explicarán las razones y el sentido del llamado “Trabajo en F” y cómo soldados, marinos y carabineros enfrentaron esos momentos de resistencia y militancia.
Capítulo 5: Lucha de clases en las FF.AA.
Históricamente, las fuerzas armadas han sido uno de los medios de inserción laboral y ascenso social para los hijos de familias pobres y trabajadoras en Latinoamérica, sin embargo su incorporación a la tropa ha sido en condiciones de abuso y maltrato. En nuestras memorias están presentes tanto los 45 jóvenes conscriptos muertos en la cordillera de Antuco el año 2005, como la reciente muerte de Franco Vargas mientras realizaba una marcha ordenada por superiores a pesar de las condiciones climáticas extremas.
Así, tras la aparente cohesión y uniformidad de las instituciones armadas, estas han sido escenario de la lucha de clases y de la toma de conciencia de las desigualdades entre oficiales y suboficiales, clases y soldados. Las prácticas abusivas de los que ostentan poder sobre los subalternos no es cosa nueva, por tanto no es extraño que durante el siglo pasado existieran recurrentes conflictos en la flota como al interior de los cuarteles.
En la década del 60 y luego durante la Unidad Popular, surgieron facciones “constitucionalistas” que decidieron organizarse clandestinamente para defender la voluntad popular como el caso de los marinos antigolpistas. Incluso miembros de las fuerzas armadas y carabineros decidieron militar en organizaciones revolucionarias como el MIR. Ejemplos de esta toma de conciencia, fueron varios:
Carlos René Díaz apodado “Pecho e’ Buque”, cuyo nombre político fue Agustín. En el período de la UP trabajó en la captación y reclutamiento para la causa revolucionaria de miembros de la Armada, del Ejército y Carabineros. Ante la inminencia del golpe de Estado, organizó y coordinó diferentes planes para impedir la consumación del golpe, ya fuera mediante la sublevación de la escuadra o de levantamiento de regimientos. Otro ejemplo, fue el instructor de la Escuela de Paracaidismo Mario Melo, quien junto a otros boinas negras, como Ricardo Pardo y su superior, el capitán Florencio Fuentealba Aguayo, fueron expulsados del Ejército por su vínculo con el MIR y otras organizaciones.
Melo fue responsable de dirigir el primer Grupo de Amigos Personales del Presidente (GAP), configurado a partir de un acuerdo entre Allende y el MIR. Combatió el día del golpe siendo detenido y hecho desaparecer desde Peldehue. Pardo fue ejecutado en el Estadio Nacional en octubre de 1973.
Una de las primeras sublevaciones militares en Chile fue el «tacnazo» del 21 de octubre del año 1969. En esa ocasión un grupo de oficiales liderados por el General Roberto Viaux, se acuarteló en el Regimiento “Tacna” de Santiago para exigir mejoras salariales y profesionales para el Ejército de Chile. Un año después, el mismo General Viaux formó parte de la conjura, promovida por el gobierno estadounidense a través de la CIA y de la Oficina de Inteligencia Naval, para asesinar a René Schneider comandante en jefe del ejército a fin de evitar la llegada de Salvador Allende a la presidencia. Múltiples fueron los intentos de derrocar a Allende. El 29 de junio de 1973 se desarrolló El Tanquetazo o Tancazo, un intento de golpe que fue sofocado con éxito por los soldados leales al comandante en jefe del Ejército, Carlos Prats, aunque dejó como saldo 22 muertos —entre civiles y militares— y contribuiría a profundizar la crisis al interior del gobierno.
Dos meses después, el 30 de agosto de 1973, esta vez desde el campo popular, un grupo de suboficiales de los buques de la Escuadra, liderados por el sargento Juan Cárdenas elaboraron en un plan para obligar al gobierno de Allende a intervenir en el alto mando y evitar otro intento de golpe. Los líderes del movimiento decidieron contactar a dirigentes del MIR, el Mapu y el PS de Valparaíso y Talcahuano, «Querían llegar a Allende, avisarle que se estaba preparando un golpe en la Marina».
Sin embargo, el golpe patronal- militar se consumó en septiembre de 1973.
En Antofagasta en manos de los militares golpistas, y en la cuarta comisaría de Carabineros, un hombre grita de dolor mientras le arrancan las uñas. Es Guillermo Schmidt, carabinero, que creó -quizás- la única célula del MIR conocida en esta institución. Conocida su militancia, Schmidt recibió la orden de disparar contra tres trabajadores y a cambio se le perdonaría la vida. Sin embargó se negó:
– “Yo juré defender mi patria y respeto a la Constitución de Chile, soy un Carabinero y estoy por defender a la patria y para recibir órdenes del Presidente de la República, y no de un hueón que rompe el juramento, no te voy a hacer caso a voh conchetumadre”-
En la noche del 12 de septiembre, sin consejo de guerra fue fusilado. El gritó: “¡Disparen! ¡Que les quede el consuelo de que matan a un hijo del pueblo!“
Su figura y acción consecuente no fue olvidada; causó reacciones divididas en la policía uniformada, y algunos de sus camaradas se las arreglaron para rendirle un homenaje en pleno inicio de la dictadura.
Este y los otros casos, nos muestran que al interior de las FF.AA. existían sectores no solo constitucionalistas y antigolpista, sino también, potenciales aliados de un movimiento popular y de trabajadores que venían levantando un proyecto emancipador.
Fuente: Enviado por editora a cctt.cl el 26 de septiembre 2024,
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