Chile, el pago: al Juez Sergio Muñoz, simplemente se la cobraron.

Era el año 2005 cuando un joven Sergio Muñoz Gajardo, de 48 años, arribó a la Corte Suprema, el máximo órgano del Poder Judicial. Por mano del entonces Presidente Ricardo Lagos, su nombre fue propuesto ante el Senado. Ese mismo órgano fue el que ayer miércoles decidió destituirlo de la Corte.

Tras dos votaciones reñidas, en ambas Muñoz resultó afectado, dado que se consiguieron los 25 votos requeridos para removerlo del Poder Judicial. Un capítulo de la acusación tuvo 27 votos a favor de su remoción, mientras que el segundo alcanzó los 25. En todo caso, la suerte ya estaba echada. Bastaba con que un capítulo fuese aprobado para que el juez tuviese como destino salir de la Corte Suprema.

Ello generó la molestia de sectores oficialistas, quienes reconocen en Muñoz un rol en las decisiones que dirimió en su trayectoria tanto como ministro de la Corte, como en otras instancias de su vida profesional.

Y es que el ascenso de Muñoz en 2005 se explicó, en parte, por el historial en connotadas causas que llevaba consigo a sus espaldas. Sin ir más lejos, antes de integrar el máximo tribunal, Muñoz llevó el Caso Riggs —que investigaba a Augusto Pinochet por malversación de recursos públicos— desde la Corte de Apelaciones.

Pero esa no era la única causa que había visto relacionada con el dictador. Anteriormente también fue parte del esclarecimiento del asesinato del dirigente sindical Tucapel Jiménez.

Tal investigación, quedada en sus manos en 1999, le valió de reconocimiento, luego de que tras un par de años pudiera dar con la confesión del autor del crimen, Carlos Herrera Jiménez, sentenciándolo a cadena perpetua. Antes de Muñoz, el juez que llevaba la causa no había conseguido avances en 17 años.

Esos antecedentes en el currículum de Muñoz generaban —y generan— cierta cercanía con la izquierda, promotora de la defensa de los Derechos Humanos. Por ende, la caída que sufrió en el Senado generó cuestionamientos —hasta internos— en el oficialismo.

El reproche

“El Senado ha destituido a Sergio Muñoz de su cargo como ministro de la Corte Suprema en un proceso que no respetó las garantías procesales”. Ese fue el descargo que hizo en sus redes sociales la presidenta del Frente Amplio (FA), Constanza Martínez.El comentario fue uno de los tantos que mostraron el descontento del sector, que se sumó a la sensación de derrota en la acusación.

Ello porque la misma se actuó en bloque. Si desde el lado de los que la aprobaron estaba la derecha y sectores no alineados, desde el otro el oficialismo actuó sin desmarques, desde el Partido Comunista (PC) hasta el PPD. Inclusive, la Democracia Cristiana (DC), fuera de la alianza de Gobierno, prestó sus votos al oficialismo.

No obstante, ello no fue suficiente.

A raíz del resultado, las quejas no tardaron en llegar. Y aunque la presidenta del FA hacía un reproche apuntando a los autores de la acusación —impulsada por Chile Vamos—, el senador socialista Fidel Espinoza apuntó a sus propios compañeros de partido.

“Los diputados(as) socialistas que votaron a favor de la acusación constitucional contra ministro Muñoz deberán responder por sus actos. No guarden silencio ahora. Ya permitieron que se cometiera una injusticia“, escribió el senador en la noche del miércoles. También increpó a su partido.

La situación se explica porque en la Cámara de Diputados, órgano en el que ingresó la acusación, esta vino de forma conjunta: el nombre de Muñoz era acompañado del de la exministra Ángela Vivanco.

Aunque algunos resaltaron que la acusación de cada uno respondía a casos distintos, de igual forma ingresó al Senado como una sola. Lo anterior aunque el oficialismo no contase con los votos suficientes para desestimarla.

“La mesa directiva de la Cámara no tuvo la capacidad para hacer una distinción respecto de una acusación sobre la otra”, dice a The Clinic el senador Gastón Saavedra (PS). En lo mismo destaca también que la trayectoria de Vivanco y de Muñoz también era distinta y, aunque esos antecedentes estaban a la vista, no se procedió a que se separasen en el origen de la acusación, pese a que, acusa, la mesa directiva de la Cámara, compuesta por Karol Cariola (PC), Gaspar Rivas y Eric Aedo (DC) pudo hacerlo en su momento.

“Es una falta que merece el reproche nuestro o de cualquiera que vea esto desde afuera”, añadió y, en lo mismo, dirigió sus comentarios a la presidenta de la Cámara de Diputados, Cariola (PC), quien subrayó que en ella recaía más responsabilidad que a la mesa directiva en su conjunto porque “por algo es presidenta”.

Boric cuestiona al Parlamento y habla de “efectos nocivos”

Antes de las 11 de la mañana de este jueves, el Boric fue hasta el Patio de los Naranjos para realizar un comunicado público. Allí el motivo era uno sólo: hablar sobre la destitución de “un juez”.

“Creo necesario, en mi rol de Jefe de Estado, reflexionar sobre esta decisión y advertir sobre los efectos complejos y nocivos que puede acarrear para la democracia el mal uso que se puede hacer de las instituciones“, fueron parte de las primeras palabras que dio el Mandatario.

En esa línea, calificó de “inexplicable” e “insólito” que fuesen acusados Vivanco y Muñoz “por hechos totalmente distintos en una sola votación”.

También manifestó que las “acusaciones constitucionales contra un juez como un medio oblicuo para enjuiciar sus sentencias del pasado, o la manera de comprender el derecho por parte de alguno de ellos, sienta un precedente que es muy peligroso”.