Crisis política en Nicaragua: Atilio Borón responde Manuel Cabieses.

Reproducimos aquí un artículo de Atilio Borón en que reacciona frente a la nota de Manuel Cabieses, ex director de la Revista Punto Final, titulada «La lección de Nicaragua», publicada en este mismo medio el 16 de julio recién pasado. Borón comparte prácticamente todas las críticas que hace Cabieses, no obstante prefiere defender el gobierno de Ortega-Murillo. La razón: evitar el quiebre de un semi-equilibrio geopolítico cuya ruptura sería altamente costosa para el pueblo sandinista y para los otros procesos «progresistas». Borón se figura un escenario de destitución del gobierno de Ortega al amparo de una intervención yanqui. No concede posibilidad alguna a un bloque de fuerzas populares y sandinistas disidentes que se constituya e incida críticamente en una salida a la crisis política nicaragüense. En opinión de Borón el pueblo -ese que hizo una revolución- nada tiene que hacer y es el gobierno el único titular y sujeto de la política. De allí el título de su artículo. En su imaginario, el Pueblo, niña desamparada y frágil, sólo puede ser salvada por un robusto -aunque errático- timonel: el Gobierno de Ortega-Murillo. Se trata de la misma idea rancia profesada por una izquierda reformista – y a fin de cuentas reaccionaria- que rechaza las lecciones de la experiencia socialista cuya falla estructural fue sustituir el sujeto colectivo de la política por la dirección política, el pueblo organizado por el Estado y/o el partido. El siglo XX enseña: O el pueblo se libera a sí mismo o sólo se inaugurarán simulacros de emancipación cuyos fracasos nos harán retroceder nuevas décadas. [Nota del Editor CT].

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Nicaragua, la revolución y la niña en el bote.

Por Atilio A. Borón

La dolorosa coyuntura actual en Nicaragua ha precipitado un verdadero aluvión de críticas. La derecha imperial y sus epígonos en América Latina y el Caribe redoblaron su ofensiva con un único y excluyente objetivo: crear el clima de opinión que permita derrocar sin protestas internacionales al gobierno de Daniel Ortega, elegido hace menos de dos años (noviembre del 2016) con el 72 por ciento de los sufragios. Esto era previsible; lo que no lo era fue que en esa arremetida participaran con singular entusiasmo algunos políticos e intelectuales progresistas y de izquierda que unieron sus voces a la de los lenguaraces del imperio. Un notable revolucionario chileno, Manuel Cabieses Donoso, de cuya amistad me honro, escribió en su flamígera crítica al gobierno sandinista que “la reacción internacional, el ‘sicario’ general de la OEA, los medios de desinformación, el empresariado y la Iglesia Católica se han adueñado de la crisis social y política que gatillaron los errores del gobierno. Los reaccionarios se han montado en la ola de la protesta popular.”  Descripción correcta de Cabieses Donoso de la cual, sin embargo, se extraen conclusiones equivocadas.

Correcta porque es cierto que el gobierno de Daniel Ortega cometió un gravísimo error al sellar pactos “tácticos” con enemigos históricos del FSLN y, más recientemente, tratar de imponer una reforma previsional sin consulta alguna con las bases sandinistas o actuar con incomprensible desaprensión ante la crisis ecológica en la Reserva Biológica Indio-Maíz. Correcta también cuando dice que la derecha vernácula y sus amos extranjeros se adueñaron de la crisis social y política, dato éste de trascendental importancia que no puede ser soslayado o subestimado. Pero radicalmente incorrecta es su conclusión, como son las de Boaventura de Sousa Santos, la del entrañable y enorme poeta Ernesto Cardenal, y Carlos Mejía Godoy, amén de toda una plétora de luchadores sociales que en sus numerosas denuncias y escritos exigen –algunos abiertamente, otros de modo más sutil- la destitución del presidente nicaragüense sin siquiera esbozar una reflexión o arriesgar una conjetura acerca de lo que vendría después. Conocidos los baños de sangre que asolaron Honduras siguiendo la destitución de “Mel” Zelaya; los que hubo en Paraguay luego del derrocamiento “express” de Fernando Lugo en 2012, y antes lo que sucediera en Chile en 1973 y en Guatemala en 1954; o lo que hicieron los golpistas venezolanos después del golpe del 11 de Abril en el interludio de Carmona Estanga “el breve”, o lo que está ocurriendo ahora en Brasil y los centenares de miles de asesinatos que hizo la derecha durante las décadas del “cogobierno FMI-PRIAN” en México, o el genocidio de los pobres practicado por Macri en la Argentina. ¿Alguien en su sano juicio puede suponer que la destitución del gobierno de Daniel Ortega instauraría en Nicaragua una democracia escandinava?

Una debilidad común a todos los críticos es que en ningún momento hacen alusión al marco geopolítico en el que se desenvuelve la crisis. ¿Cómo olvidar que México y Centroamérica es una región de principalísima importancia estratégica para la doctrina de seguridad nacional de Estados Unidos? Toda la historia del siglo veinte está marcada por esta obsesiva preocupación de Washington para someter al rebelde pueblo nicaragüense. A cualquier precio. Si para ello fue necesario instaurar la sangrienta dictadura de Anastasio Somoza a la Casa Blanca no le tembló el pulso y actuó en consecuencia. Criticado por algunos representantes Demócratas en el Congreso de Estados Unidos por el respaldo que Franklin D. Roosevelt le otorgaba al dictador, éste se limitó a responder que “sí, es un hijo de puta pero es NUESTRO hijo de puta.” Y las cosas no cambiaron desde entonces. Cuando el 19 de Julio de 1979 el Frente Sandinista derrotó al régimen somocista, el presidente Ronald Reagan no titubeó un minuto en organizar una operación mafiosa de tráfico ilegal de drogas y armas a los efectos de poder financiar, más allá de lo que autorizaba el Congreso de Estados Unidos, a la “contra” nicaragüense. Se conoció todo esto bajo el nombre de “Operación Irán-Contras”. ¿Podemos ser hoy tan ingenuos para obviar estos antecedentes, o para pensar que esas políticas intervencionistas y criminales son cosas del pasado? Un país, además, que en tiempos recientes ha planeado la construcción de un canal interoceánico –financiado por enigmáticos capitales chinos-que competiría con el de Panamá, controlado de hecho, si no de derecho, por Estados Unidos. Estos no son datos anecdóticos sino de fondo, indispensables para calibrar con precisión el marco geopolítico en que se desenvuelven los trágicos acontecimientos de Nicaragua.

Todo lo anterior no significa obviar los graves errores del gobierno de Daniel Ortega y el enorme precio pagado por un pragmatismo que si estabilizó la situación económica del país y mejoró las condiciones de vida de la población hipotecó la tradición revolucionaria del sandinismo. Pero el pacto con los enemigos siempre es volátil y transitorio. Y ante la menor muestra de debilidad del gobierno, y ante un grosero error basado en el desprecio por la opinión de la base sandinista, aquellos se lanzaron con todo su arsenal a la calle para voltear a Ortega. Trasladaron buena parte de los mercenarios que protagonizaron las “guarimbas” en Venezuela a Nicaragua y están aplicando ahora en Nicaragua la misma receta de violencia y muerte que se enseña en los manuales de la CIA. Conclusión: la caída del sandinismo debilitaría el entorno geopolítico de la brutalmente agredida Venezuela, y aumentaría las chances para la generalización de la violencia en toda la región.

Estando en el Foro de Sao Paulo que tiene lugar en La Habana pude deleitarme en la contemplación del Caribe. Allí divisé, a lo lejos un frágil botecito. Lo manejaba un robusto marinero y, en el otro extremo se encontraba una joven muchachita. El timonel parecía confundido y se esforzaba para mantener el rumbo en medio de una amenazante marejada. Y se me ocurrió pensar que esa imagen podía representar con elocuencia al proceso revolucionario, y no sólo en Nicaragua sino también en Venezuela, Bolivia, donde sea. La revolución es como aquella niña, y el timonel es el gobierno revolucionario. Este se puede equivocar, porque no hay obra humana a salvo del error; y cometer errores que lo dejen a merced del oleaje y pongan en peligro la vida de la niña. Para colmo, no muy lejos se dibujaba la ominosa silueta de una nave de guerra de Estados Unidos, cargada de armas letales, escuadrones de la muerte y soldados mercenarios. ¿Cómo salvar a la niña? ¿Botando el timonel al mar y dejando que se hunda el bote, y con él la niña? ¿Entregándola a la turba de criminales que se agolpan, sedientos de sangre y prestos para saquear el país, robarle sus recursos y violar y luego matar a la jovencita? No veo que eso sea la solución. Más productivo sería que algunos de los otros botes que se encuentren en la zona se acerquen al que está en peligro y hagan que el desastrado timonel enderece el rumbo. Hundir al que lleva a la niña de la revolución, o entregarla al navío norteamericano difícilmente podrían ser consideradas soluciones revolucionarias.

Fuente: http://www.elsiglo.cl/2018/07/19/nicaragua-el-debate-de-boron-con-cabieses/

 

Artículo de Manuel Cabieses: pinche aquí.


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2 Comments

  1. Reflexión pragmática la de Atilio Borón, pero justamente el pragmatismo lleva a dejar de lado las aspiraciones, necesidades y derechos de los sectores populares, a dejar de lado las opciones cambio real y profundo, para no decir renegar de los valores revolucionarios. El gobierno de Ortega-Murillo no ha cometido «errores» ha dejado de lado la herencia y valores sandinsitas históricos.

    • Muy atinado Atilio Borón, muy desatinado Cabieses, son dos actitudes y lenguajes muy diferentes frente a la misma crisis.

      Borón no trata de traicioneros a los principios revolucionarios a Ortega, tampoco de enriquecerse traicioneramente. Se preocupa de una salida a la crisis ya que si cae Ortega es el imperialsimo que vuelve con fuerza, cosa que no toma realmente en cuenta Cabieses.

      Cabieses los patea en el suelo y les quiebra las costillas y después se ofrece para una salida pacífica y pretende que es el pueblo el que se levanta contra ellos y no mercenarios, torturadores y criminales, el lumpen y marras, pagados por la burguesía y el imperialismo., titiretados mediaticamente por lo que que controlan redes de internet y medios de comunicación masivos, esencialmente los conversos del Movimiento de Renovación Sandista, (MRS) que no representan más allá de un 2% del electorado, dirigidos por el 1er converso Sergio Ramírez, cuando hay tantos conversos en Chile,no arse cuentas de esas manipulaciones es el colmo para un gran periodista…

      No hay que olvidar que los opositores todos, incluyendo los conversos, tratan de criminal dictadura al gobierno Ortega-Murillo, algunos van incluso a comparalo con Somoza. Obviar todo eso es lamentable políticamente.

      No hay que olvidar tampoco que Nicaragua es el unico país de la región sin grandes mafias de las drogas y los crimenes que vienen con ellas, la criminalida es bajísima comparada con sus vecinos, todo eso debido a las politicas sociales del gobierno, éla relación de proximidad de su policía con la población, pues si han habido avances en lo social y económico para los más humildes, aparte de haber avanzado mucho en muchos campos, como la generación ecológica de la energia, la repartición de la tierra y la subención o apoyo a los proyetos y emprendimientos locales, sobre todo de pequeños campesinos, además está la historia del canal que tanto molesta al imperio…

      Por mi parte, creo que los nicas y el FSLN, son bastante inteligentes y fuertes como para salir airiosos de la crisis criminal y ya se tomarán el tiempo para las recitificaciones, recriminaciones al gobierno y al frente y cambie nlo que puedan o lo que quieran, sin ingerencia exterior de ningun tipo, menos armada, como desde abril. cosa que tb obvia Cabieses.

      De hecho ya han limpiado, al menos por ahora, buena parte de todos los focos insurreccionales, arrestado a muchos criminales, demostrado que hasta la iglesia católica esta destrás de la violencia armada,ya que se han encontrro arsenales en las iglesias, demantelado casi todas las barricadas… incluso con la ayuda activa de la población civil.

      Hemos podido ver actos grandiosos de la celebración del 39 aniversario del triunfo e la revolución en como 155 municipios del país, con gran participación de la gente. Pero todavía le quedan cartas al imperio,la burguesía y los conversos del MSR….no hay que cantar victoria, por eso actitudes como las del compañero Cabieses, dejan mucho que desear.

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