Chile Partido: El desorden del PS.

«Arriba el Socialismo obrero» (Himno del PS de Chile).

por Arturo Alejandro Muñoz / Revista Electrónica Polítika.

¿Ha mutado el viejo partido que a partir de la década de 1980 permitió que fueran traicionadas las memorias de Allende, Ampuero y Carlos Lorca? ¿Recuerdan el “Frente Socialista” y a Moraga Duque?

Mi padre aseguraba que el partido socialista chileno siempre sufrió de una conocida enfermedad política: la falta de consistencia en la necesaria y vital unidad interna.

Lo que permite la atomización materializada en grupúsculos y colgajos que se desprenden del núcleo central cada vez que el PS realiza un Congreso u otra reunión nacional, o participa en el gobierno de turno.

Otra carencia del PS: el desorden vestido de «despreocupación» irresponsable y suicida, que permitió a los agentes de la dictadura –entre 1973 y 1977– acceder fácilmente a nombres y direcciones de miles de miembros del partido, lo que se tradujo en una masacre. Ninguna organización de izquierda tuvo mayor cantidad de asesinados y torturados que el viejo PS.

El mentado desorden se trasladó al exilio, en donde la atomización del PS hizo hablar del ‘archipiélago’ izquierdista. Los grupúsculos fueron numerosos, demostrando que la sangrienta historia reciente no había dejado ninguna lección. Los agentes de la dictadura continuaron infiltrando los intentos de recomposición del partido, especialmente en Italia y en México.

A tal grado llegó la infiltración cívico-militar, que el año 1983 apareció un referente bautizado como «Partido Socialista Chileno», costilla de otro esperpento conocido como «Frente Socialista». Una argamasa parida en el exilio europeo merced a los esfuerzos de la ‘inteligencia militar’ (naval, para ser exactos) encabezada por el inefable Juan Carlos Moraga Duque, quien –en el Chile de los 80– fue conocido con el nombre de Alejandro Velasco.

Velasco: esa era su ‘chapa’. Corría el año 1983. Recuerdo verle llegar al tercer piso del deslavado edificio santiaguino sito en calle Teatinos Nº 727, donde funcionaba la CEPCH (Confederación de Empleados Particulares de Chile). Fue a solicitar una entrevista con los ‘capos’ de la Confederación, en ese entonces Federico Mujica, Jorge Millán, Jorge Varela y Walter Antognini.

Su interés (eso afirmó en ese momento) era conseguir una ‘abuenamiento’ con la directiva de un sindicato afiliado a CEPCH, con el cual ‘Velasco’ mantenía un pleito judicial por asuntos de deslindes entre la colonia de veraneo de ese sindicato y una propiedad de su padre, en el puerto de San Antonio.

El proceso judicial favoreció al sindicato, pero eso no disuadió a Moraga porque el asunto de los deslindes era sólo una fórmula para ‘entrar’ al mundo sindical que había alcanzado gran notoriedad e importancia luego de las “Protestas Sociales” de ese mismo año 1983.

El objetivo era ganar la confianza de los máximos dirigentes de la CEPCH para, desde el interior de la Confederación, influir en el resto del conglomerado sindical nacional y arrastrar a muchas organizaciones de trabajadores hacia una postura abiertamente anti-demócrata.

Sin embargo, las dudas respecto de la autenticidad de Moraga superaban con creces a la voluntad de trabajar con él. Por ello, desde la CNI surgió un plan desesperado: un golpe a la cátedra…un ‘arresto’ a plena luz del día y frente a la sede misma de la CEPCH. El encarcelamiento de Moraga por parte de la CNI colocando la noticia en las portadas de diarios y noticieros de televisión.

Una tarde de viernes, al abandonar la sede sindical, fue “atrapado” por agentes de la CNI en plena calle Teatinos mediante un ostentoso operativo que detuvo el tránsito en esa vía mientras un helicóptero sobrevolaba el sector.

El gobierno de Pinochet solicitó cadena perpetua para el tal Velasco por haber ingresado clandestinamente al país. Y Velasco ya no era Velasco, pues a partir de esa mediática y peliculesca detención decidió utilizar su nombre verdadero (?): Juan Carlos Moraga Duque.

Fue defendido por un abogado ‘estrella’ de la época. El famoso ‘Tonguito’ Ovalle, un derechista liberal muy amigui del general Gustavo Leigh –en ese entonces autodeclarado (??) enemigo de Pinochet y de Manuel Contreras– le sacó de la cárcel luego de un cortísimo proceso judicial profusamente informado por la prensa oficial de aquellos años.

Al regresar a la sede de la CEPCH, Moraga se presentó como un “socialista que había ingresado clandestinamente a Chile desde el exilio”. Dijo que su centro de operaciones políticas se encontraba en Alemania Oriental y en Italia donde, según afirmó, había trabajado asesorando a Bettino Craxi hasta poco tiempo antes de que este fuese elegido Primer Ministro del gobierno italiano. Manifestó que su interés principal era dar vida a un referente político que bautizó como “Frente Socialista”, prolegómeno de lo que –se suponía– debería ser el renacimiento del viejo Partido Socialista que, al menos en Europa, se encontraba escindido en mil fracciones.

Ya nadie le creía. Para los dirigentes sindicales de entonces todo lo que hacía Moraga olía a “planes de ‘inteligencia militar’ estructurados y acordados con la CNI”. De un día para otro, el maquinador “llegado del exilio” fue abandonado (y rechazado) por el mundo sindical y el mundo de la izquierda.

Con mayor razón cuando se le vio acompañado de extraños personajes que pronto fueron individualizados como “jóvenes oficiales de la marina en misiones civiles”, con los que Moraga arrendó e implementó un cuartucho en el segundo piso de un viejo inmueble ubicado en la avenida Ricardo Cumming, en el que instaló una suerte de mini-imprenta desde la cual fluían panfletos, librillos, volantes y similares.

Rápidamente comenzó a fraguar las estructuras de un grupo político que a poco andar se inclinó definitivamente hacia el sector encabezado entonces por Francisco Javier “Frafrá” Errázuriz, personaje relevante en materias comerciales y financieras, pero salido de las tiras cómicas en lo referido a la política en serio con su partido llamado UCC, Unión de Centro-Centro.

Conocedor de las (in)capacidades de Frafrá en asuntos públicos, Moraga se erigió rápidamente en una especie de “jefe de campaña” de la candidatura presidencial del millonario aristócrata, francamente vapuleado y ridiculizado por Patricio Aylwin y la Concertación en el año 1990. Errázuriz vivió una aventura presidencial loca y sin destino, pero rentable comercial y económicamente para Moraga Duque: ella le permitió encontrar puertas abiertas en cofradías de viejos militares y opulentos financistas pertenecientes al pinochetismo nostálgico, donde se le recordaba como “agente del gobierno militar en el mundo sindical”, como reconoció un viejo capitán de fragata que hoy se dedica a la comercialización de frutas.

Al año siguiente (1989) se descubrió cómo era en realidad esa murga política, cuando proclamó al líder del ultramontano y pronazi movimiento Patria y Libertad, Pablo Rodríguez Grez, como su precandidato a la Presidencia de la República. Años después fundó (o coadyuvó en su fundación) el Partido Regionalista, convirtiéndose en su primer presidente. De lado a lado, de una ribera a otra, el ‘agente’ Moraga se disfrazó con los perendengues de un fragmentado partido socialista, escindido en múltiples grupúsculos luego del golpe de estado.

El 29 de mayo de 2002, el diario electrónico Primera Línea (de La Nación) publicó –bajo el título «Detenido ex colaborador del régimen militar»– la siguiente nota:

“Funcionarios de la Brigada Investigadora de Delitos Económicos (Bridec) de la Policía de Investigaciones detuvo a quien fuera presidente del controvertido Partido Socialista Chileno, Juan Carlos Moraga. Fuentes policiales precisaron que la diligencia se concretó a raíz de tres órdenes de arresto pendientes por estafas, las cuales habría cometido el dirigente en diversas ocasiones. Juan Carlos Moraga creó el llamado Partido Socialista Chileno para defender al general (r) Augusto Pinochet y fue además ex militante de la Juventud Socialista de San Antonio hasta 1973, para luego huir a Francia. A su regreso de Europa se integró a los servicios secretos del régimen militar. La última vez que el nombre de Juan Carlos Moraga apareció en la prensa fue a raíz de la salida de Edgardo Lienlaf de la dirección de la Conadi, debido a una venta irregular de terrenos a comunidades indígenas”.

Mucha agua ha corrido bajo los puentes desde la década de 1980, sin embargo, lo que no cambia es la calidad de administradores del sistema neoliberal que caracteriza a los dirigentes del partido socialista en su versión “renovada”, tienda que reconvirtió su fe arrodillándose ante la nueva religión del ‘capitalismo salvaje’.

El tipo de banda que permite la aparición de ‘líderes’ y/o ‘compañeros de ruta’, como Moraga Duque, Fulvio Rossi, Marcelo Díaz, Marcelo Schilling, o Daniel Farcas. Esos que tienen por bandera la insignia que les ofrecieron los patrones del economicismo de Chicago, parados sobre la expoliación del país y la explotación de la sociedad toda.

Fuente: Revista Electronica Politika.  / diarioelect.politika@gmail.com

 


Antecedentes históricos.

(extractos de wikipedia, Nota del Editor CT). 

El pensamiento socialista en Chile se remonta a mediados del siglo XIX, cuando Francisco Bilbao y Santiago Arcos Arlegui levantaron el discurso de la igualdad en la sociedad chilena. Estas ideas tomaron fuerza en el mundo obrero a principios del siglo XX y los ideales mutualistas, socialistas, anarquistas y comunistas se difundieron a través de la escritura y líderes como Luis Emilio Recabarren. Por otra parte, el impacto de la revolución bolchevique en Rusia dio nuevos impulsos a los movimientos revolucionarios, que en la década del veinte se identificaron con el movimiento comunista mundial, surgiendo el Partido Comunista de Chile.

La Gran Depresión de 1930 sumergió a los sectores populares y medios del país en una grave crisis que los llevó a simpatizar con las ideas socialistas, expresándose en la instauración de la breve República Socialista, de 1932. La idea de fundar un partido político que uniera a los diferentes movimientos que se identificaban con el socialismo cristalizó en la fundación del Partido Socialista de Chile, el 19 de abril de 1933.

De esta forma, en la calle Serrano 150, concurrieron: 14 delegados del Partido Socialista Marxista conducidos por Eduardo Rodríguez Mazer y Jorge Astorga Santis; 18 de la Nueva Acción Pública, liderados por el abogado Eugenio Matte Hurtado; 12 delegados de la Orden Socialista, cuyo principal exponente era el arquitecto Arturo Bianchi Gundian; y 26 representantes de la Acción Revolucionaria Socialista de Óscar Schnake para protocolizar el Acta de Fundación, su Programa de Acción Inmediata y elegir a su Primer secretario General Ejecutivo, Óscar Schnake.

A lo largo de su historia, el PS, ha formado parte de diversas coaliciones, siendo las principales el Frente Popular, el Frente de Acción Popular, la Unidad Popular, la Concertación de Partidos por la Democracia y la Nueva Mayoría. Asimismo, tres de sus militantes han llegado a la presidencia de la República: Salvador Allende, entre 1970 y 1973; Ricardo Lagos, entre 2000 y 2006; y Michelle Bachelet, en dos períodos, entre 2006 y 2010 y entre 2014 y 2018.

Tras el golpe de estado de 1973, el PS fue proscrito por el Régimen militar junto con el resto de los partidos políticos de la Unidad Popular; y sus militantes y simpatizantes perseguidos, arrestados, torturados, exonerados, exiliados y asesinados. Durante la dictadura militar, el conglomerado se fraccionó en diversos grupos, que no volverían a unirse sino hasta el retorno de la democracia en 1990, los cuales en mayor o menor medida revisaron los planteamientos ideológicos históricos del PS, incorporando a su base ideológica marxista los aportes del pensamiento democrático radical, el cristianismo de izquierda, el racionalismo laico y la doctrina de los Derechos Humanos.

El partido participa en el gobierno de Chile desde el mismo momento de la transición (1990), y posteriormente, ha sido parte de los sucesivos gobiernos de la Concertación. Desde 2014, luego de la victoria de Michelle Bachelet en las elecciones presidenciales de 2013, ha confirmado el gobierno con la coalición «Nueva Mayoría». En las elecciones parlamentarias del mismo año, eligió 17 diputados y 6 senadores, mejorando los resultados de 2009 donde obtuvo 11 diputados y 5 senadores. La colectividad es liderada desde marzo de 2017 por Álvaro Elizalde.

Las corrientes internas.

1. Nueva Izquierda

Nace a partir del PS Almeyda, organizándose en torno a la figura de Camilo Escalona y algunos de los dirigentes de la Izquierda Cristiana, como Luis Maira y Jaime Naranjo. Pese a contar con un gran apoyo en las bases, durante varios años a este grupo le costó plasmarlo en cargos en el gobierno o en el Congreso, revirtiendo esta situación en los últimos años con integrantes de sus filas como Osvaldo Andrade como ministro del Trabajo, los parlamentarios Pedro Muñoz e Iván Paredes y la propia Presidenta de la República, Michelle Bachelet. Actualmente encabeza la oposición a la conducción de Isabel Allende.

2. Renovación Socialista

Conocida también como Megatendencia, nace en 1995 cuando dos grupos liderados por Ricardo Núñez y Jorge Arrate se unieron para enfrentar la candidatura de Escalona, sumándose algunos dirigentes históricos del Movimiento de Acción Popular Unitaria (MAPU), como José Antonio Viera-Gallo, Jaime Gazmuri, José Miguel Insulza y Carlos Montes. Sin embargo, se le puede considerar sucesora del PS Núñez, surgido a mediados de la década de 1980. Actualmente la Renovación se encuentra dividida entre un sector afín a la conducción de Isabel Allende (Carlos Montes, Fernando Krauss) y otro sector opositor (José Antonio Viera-Gallo, José Miguel Insulza y Miguel Ángel Aguilera, entre otros).

3. Tercerismo

Desprendido del PS Almeyda, en sus inicios se estructuró como una tercera posición entre la Nueva Izquierda y la Megatendencia que básicamente actuó como factor de intermediación haciendo de fiel de la balanza en las complejas pugnas internas de los años 90. Dirigida por Germán Correa y, pese a que proviene del PS Almeyda, hoy es una de las corrientes más renovadas en todos los aspectos. Aunque no es un sector de gran tamaño, cuenta entre sus líderes a figuras de gran influencia interna, como el ex ministro Ricardo Solari, quien además jugó un importante rol en el comando de la campaña presidencial de Bachelet. Algunas de sus figuras emblemáticas han sido Jaime Pérez de Arce, Juan Pablo Letelier y Alejandro Navarro, quien a posteriori abandonó el sector para crear su propia corriente, el Movimiento Amplio Socialista (MAS), y actualmente el propio PS para crear su propio partido, el Movimiento Amplio Social. En 2006, Correa abandona este sector para concurrir a formar la corriente Grandes Alamedas, recayendo en Solari actualmente la dirección del Tercerismo.

4. Grandes Alamedas

Surgida en las elecciones de 2006, y encabezada por la senadora Isabel Allende, esta corriente constituye una heterogénea combinación de fuerzas: ex renovados contrarios a Escalona, como la senadora Isabel Allende y los senadores Jaime Gazmuri , Carlos Ominami, Fulvio Rossi; militantes destacados como Alfonso Guerra; ex miembros de Nueva Izquierda, como Fanny Pollarolo, y ex Terceristas como Germán Correa. Actualmente encabezan la dirección del PS, bajo la lista “Nueva Mayoría Socialista”, junto al tercerismo, el Colectivo y sectores de la Renovación. Actualmente Grandes Alamedas es conducida por Andrés Santander Secretario general PS y Monica Sanchez vicepresidenta nacional de formación política, tiene destacados militantes en su corriente de opinión como Arturo Barrios ex secretario general PS y actual comité central nacional, Angelica Cid ex candidata a alcaldesa de Estación Central actual CC, Cindy Solis ex vicepresidenta nacional de JS policticas publicas y actual CC entre otras personalidades.

5. Colectivo de Identidad Socialista

Emerge de un grupo de la Nueva Izquierda denominado “Generacional”, dada su adscripción identitaria a los movimientos juveniles de los años ochenta. En 1997, a partir del Congreso de Concepción, este grupo difiere de la conducción partidista de Camilo Escalona y funda el «Colectivo», cuyo discurso se orienta a la recuperación de la identidad de izquierda transformadora en el partido a partir del trabajo local y la relación con los movimientos sociales. Entre sus principales figuras han destacado los alcaldes Sadi Melo y Nelson Venegas, los diputados Daniel Melo, Leonardo Soto y Luis Lemus, el ex-Presidente de la IUSY Felipe Jeldres y el actual Presidente de la Juventud Socialista Francisco Melo Contreras.

6. Izquierda Socialista

Corriente nacida el año 2015 y surgida al alero de las movilizaciones sociales de 2011, que postula una mirada crítica respecto del devenir de la colectividad desde el proceso de «renovación» surgido en los años 80. Plantea como objetivo la reconstrucción del Partido Socialista como fuerza crítica y transformadora. Michelle Peutat y Jaime Fuentealba los representan en el Comité Central y entre sus principales figuras destacan Fernando Atria, Ernesto Águila y Vivienne Bachelet.

7. Frente Allendista

Corriente de opinión que tiene como eje la recuperación del Partido Socialista hacia el trabajo de militancia, promueve las ideas del expresidente Salvador Allende y se declaran marxistas, democráticos, revolucionarios, internacionalistas y latinoamericanistas. Carece de representación en el Comité Central del Partido.

Fuente (extractos) : https://es.wikipedia.org/wiki/Partido_Socialista_de_Chile

 


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