Chile condenado: ¿Qué son las zonas de sacrificio ambiental?

Zonas de sacrificio: una cultura de vulneración de los derechos ciudadanos.

por Diario Uchile.

A mediados de los años ochenta del siglo XX Franz Hinkelammert escribió sobre los «sacrificios humanos» como la otra cara de los ajustes stand by del FMI y ajustes estructurales del Banco Mundial a que fueron obligados los países dependientes para cancelar la gigantesca deuda externa. Tales sacrificos, la ofrenda del capital criollo al capital mundial, literalmente significaba la muerte por el desempleo crónico, por la sobre explotación y por la desestructuración social. Pero también por la política de «desposesión» de las condiciones naturales de la vida: la privatización y transnacionalización de la tierra, el agua, los bosques y demás recursos naturales. Era la contrarevolución neoliberal en su momento de expansión. Hoy dicha contrarevolución, ya mas que madura, nos arroja sus resultados en la cara una y otra vez: los nuevos sacrificios humanos que reclama el capital no por un ajuste sino por su pleno funcionamiento. Algunos son luctuosos y súbitos, otros matan lentamente y en silencio, y algunos incluso siquiera son percibidos por los afectados que caminan sin saberlo en dirección al patíbulo, intoxicados por el consumo, las deudas y el desorden mental. Una fotografía de este panorama: la agudización de la crisis ambiental de Puchuncavi y Quintero, otra jornada de nuevos sacrificios humanos, ahora en las «Zonas de Sacrificio»; si, «Zonas de Sacrificio», nada más y nada menos……… Ofrecemos a nuestro lectores una nota que publicó hace unos meses la Radio de la Universidad de Chile y que advierte sobre las implicancias que tales zonas tienen respecto de los derechos que el Estado debiera garantizar [Nota del Editor CT].

 

Son zonas sin derecho ambiental. Las justamente denominadas “Zonas de sacrificio” son lugares que padecen depredación, dejadas por el Estado a los estragos de la devastación industrial, con efectos perjudiciales graves al Medio Ambiente y a la Salud de las comunidades locales. Este abánico de prácticas van del bloqueo institucional a la no aplicación de la legislación vigente, lo que resulta ser nada más que un menoscabo del Estado de Derecho.

Se trata básicamente de un abandonoplantea con firmeza Lucio Cuenca, director del Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales, al caracterizar las denominadas “zonas de sacrificio ambiental”. Se aceptan comúnmente cuatro, catalogadas en el país en contextos portuarios, en los territorios de Tocopilla/Mejillones (Región de Antofagasta), Huasco (Región de Atacama), Puchuncaví-Quintero (Región de Valparaíso) y Coronel (Región del Bío Bío), estos espacios expuestos a grados extremos de contaminación y de degradación de la calidad de elementos imprescindibles a la vida humana tales como el agua o el aire, generados por el tema de una concentración industrial y de plantas termoeléctricas inédita. A esto se suma la localidad de Til Til (Región Metropolitana), con más de 30 puntos contaminantes. No faltan ni los ininterrumpidos escándalos, ni los estudios realizados por organizaciones internacionales y no gubernamentales, ni las protestas recurrentes de las comunidades afectadas, para evidenciar lo que sí puede ser considerado un crimen que se está perpetrando desde ya varias décadas en estas zonas… en el medio de la indiferencia generalizada del Estado, en su expresión local como central.

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