¿Las consecuencias de una escuela que no enseña historia?

Berlin: funeral por los muertos durante la revolución de 1848.

El olvido de la historia o la sociedad amnésica.

por J. Santacana Mestre/ Universitat de Barcelona.

Creo que…

La introducción  de la enseñanza de la Historia en los sistemas educativos fue motivada por razones muy diversas, algunas legítimas y otras espurias. Por ello, la Historia que se enseña ha servido para casi todo: ha legitimado dinastías, ha sacralizado golpes de estado, ha estado al servicio del racismo mas indigno, ha sido usado para atizar a la gente, unos contra otros por motivos fútiles y ha sido utilizada para defender patrias invendibles. También ha tenido la función de adormecer a la gente mediante relatos inútiles, inocuos sobre el pasado.

 Sin embargo, cuando los pueblos se han levantado contra tiranías aparentemente invencibles (las tiranías siempre suelen aparentar que son invencibles), los humanos han recurrido a la Historia para sacar fuerzas. La Historia en estos casos ha servido para comprender la naturaleza de los cambios, para prevenir a los pueblos de los peligros de las involuciones, para mantener la autoestima de la gente y para salvaguardar la memoria colectiva.

Hoy, en este doloroso amanecer del siglo XXI, contemplamos como la democracia más antigua del Planeta sucumbe a manos de un extraño personaje que miente descaradamente, que actúa sin ningún escrúpulo contra la ética más elemental, y emprende agresivas aventuras contra amigos y enemigos; nunca como hoy la América de la Estatua de la Libertad había presentado un rostro tan terrible.

Mientras esto ocurre en la patria de George Washington, en el culto continente europeo, el buque de la Unión está escorando hacia babor, hacia la derecha, hasta conseguir que esté a punto de naufragar; países como Italia ven como unos demagogos racistas consiguen el apoyo popular atizando el fuego de la xenofobia; igual vemos que ocurre en la patria de Wolfgang Amadeus Mozart, en donde vuelven a sonar viejos himnos a la raza germánica; Polonia, Hungría enloquecen  ya en una euforia irracional por sus herméticos cierres de fronteras; al mismo tiempo, vemos como Francia, la patria de la revolución,  está escindida en dos y  España, se ha transformado en un reino corrupto, con una potente derecha, en algún caso, casi fascista, incapaz de ofrecer ningún aliciente de futuro a sus ciudadanos.

Aislada por el canal de la Mancha  y por el voto de sus ciudadanos hay una Gran Bretaña que parece navegar sin brújula, con riesgo grave de quebrar la Unión que ha mantenido durante algunos siglos.

Ante este mundo en crisis, se yergue altivo el gigante asiático, cuyo crecimiento no se detiene y que como una máquina implacable va consiguiendo sus objetivos, al margen de la ciudadanía, sin ningún sesgo de democracia; la mas grande y poderosa autocracia del Planeta tierra está a punto de de nacer;  a su vera hay Rusia, otro gigante maltrecho, que se recupera orgullosos de sus heridas estimulando el nacionalismo mas insensato.

Si, esta es la cara del mundo rico, de las grandes potencias y de las potencias medianas. Pero el panorama no seria completo sin referirnos a las vicisitudes que se están viviendo en África, un continente revuelto, en donde cada día hay mas estados en quiebra:  El continente africano cuenta con más de la mitad de estados fallidos, incluidos los cinco estados prácticamente inexistentes como Somalia, Zimbabue, Sudán, Chad, la República Democrática del Congo, Libia, Mauritania… En ellos no hay estado; impera la ley del más fuerte.

¿Sorprende a alguien que de este continente sus habitantes  huyan a millares buscando nuevos horizontes? ¿Por qué se sorprenden de que la gente quiera marchar de Libia?; ¿Quién fue el que ayudo a la descomposición de Libia para salvar tan solo su petróleo y dejar a sus gentes en manos de bandas de rufianes?; ¿Por qué no  se aceptan las pobres gentes que huyen del Próximo Oriente cuando sus respectivos países han sido saqueados por ejércitos sin escrúpulos?; ¿Quiénes fueron los que se lanzaron como lobos hambrientos contra Irak?; ¿quiénes fueron los que alimentaron el fuego que devoró Siria?

No, no ha de sorprender nada de todo esto; pero tampoco puede sorprender la actitud adormecida y criminal de una buena parte de nuestras sociedades del bienestar; llevamos décadas durante las cuales la enseñanza de la Historia ha sido banalizada y transformada en una especie de macramé para entretenimiento de ociosos; hemos forzado la desaparición de las Humanidades en nuestros sistemas educativos, hasta el punto que ya no se enseñan; hemos preferido apoyar una instrucción utilitaria, en la que sabemos que el agua sirve para beber, pero – emulando a Antonio Machado- no sabemos para que sirve la sed. Si, la Historia no es como la psicología, ni tiene la utilidad de la economía; es una materia que no sirve para saber como he de invertir mis ahorros ni me dice como he de comportarme; no sirve para nada, excepto para comprender como funcionamos los seres humanos; solo sirve para ayudarnos a comprender. El abandono de la Historia y de las Humanidades en las enseñanzas de los países llamados Occidentales tiene un alto coste que ahora empezamos a pagar.¡ Y así nos va.

24 de Junio 2018

Fuente: https://didcticadelpatrimonicultural.blogspot.com/2018/06/las-consecuencias-de-una-escuela-que-no.html


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