Víctimas de traumas oculares inician ofensiva judicial: Querella incluye a Piñera, Chadwick y Blumel.
Por Daniel Labbe.
Lo mismo hará un grupo de vecinos de Conchalí que han sido atacados con bombas lacrimógenas disparadas directamente al cuerpo.
Junto a las personas asesinadas y a las mujeres y hombres violados y vejados sexualmente por agentes del Estado, los ciudadanos mutilados en sus ojos son la representación más feroz e imperecedera de las sistemáticas violaciones a los Derechos Humanos cometidas por el gobierno del Presidente Sebastián Piñera a partir del 18 de octubre pasado.
En este contexto, los familiares de las víctimas con traumas oculares han decidido unirse y emprender acciones legales en contra de quienes resulten responsables del daño causado, principalmente por funcionarios de Carabineros, los que en el contexto de manifestaciones han disparado perdigones, balines y bombas lacrimógenas directamente a los rostros de personas. Esto ha tenido como resultados una ceguera total -como en los casos de Gustavo Gatica y Fabiola Campillay- o heridas oculares, las que hasta el momento suman al menos 352, de acuerdo a información proporcionada por el Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH).
Una de esas acciones legales será presentada el mediodía de este jueves por los familiares de estas víctimas en compañía del presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Senado, Alejandro Navarro. Específicamente, se trata de una querella en contra del Presidente Sebastián Piñera; el ex ministro del Interior, Andrés Chadwick; el actual titular de esa misma cartera, Gonzalo Blumel; y los generales Mario Rozas y Javier Iturriaga del Campo, de Carabineros y el Ejército, respectivamente. Esto, por delitos de lesa humanidad tipificados en el Artículo 5º de la ley 20.357.
Entre los querellantes están miembros de la agrupación Ideas para Conchalí, quienes durante la tarde de este miércoles, en conjunto con el Instituto de Ciencias Alejandro Lipschutz, reunieron a víctimas y familiares de personas que han sufrido la represión por parte de Carabineros, principalmente por el impacto de bombas lacrimógenas.
Los afectados son asesorados por Jeannette Jara, abogada y directora de Ideas para Conchalí, agrupación que los reúne y guía respecto al proceso legal y médico al que se deben enfrentar.
«>«Con esto debemos tomar una lección como sociedad para que nunca más ni Carabineros ni las Fuerzas Armadas vuelvan a ser parte de violaciones sistemáticas de Derechos Humanos en nuestro país», declaró en ese sentido Jara.
En el encuentro de este miércoles se informó de una querella que presentarán los familiares de las víctimas de la represión en los próximos días, la que será dirigida en contra de todos los responsables de los disparos realizados directamente al cuerpo de manifestantes.
>Quienes quieran tomar contacto con esta organización pueden hacerlo escribiendo al correo nomaslacrimogenas@gmail.com
Fuente: https://www.elciudadano.com/especiales/chiledesperto/victimas-de-traumas-oculares-inician-ofensiva-judicial-querella-incluye-a-pinera-chadwick-y-blumel/12/12/
Ana María Campillai: Todo sobre mi hermana Fabiola.
Por Gabriela García.
Desde que una bomba lacrimógena disparada por Carabineros el día 26 de noviembre dejó ciega a su hermana Fabiola -36 años, madre y trabajadora-, Ana María se ha transformado en sus oídos y sus ojos. Mientras Fabiola continúa internada en la UCI del Instituto de Seguridad del Trabajo, Ana María exige justicia, le da fuerzas y cuida a sus hijos. “No salgan, no se expongan, hay asesinos afuera”, les dijo Fabiola a las mayores cuando despertó del coma. A dos semanas de la tragedia que presenció impotente en San Bernardo, Ana María cuenta el duro camino que atraviesan como familia.
Con mi hermana Fabiola (36) siempre hemos sido muy unidas. Vivimos a un muro de distancia en la población Cinco Pinos de San Bernardo, hace 30 años. Somos orgullosas de nuestras raíces diaguitas, y nos gusta veranear juntas y tomar tecito.
Aunque a ella le gusta el Colo Colo, y yo soy de la U, nos juntábamos a ver los clásicos. A la Fabiola siempre le gustó el fútbol. Desde chica que jugaba a la pelota. Era buena en la defensa, y le gustaba acompañar a su hijo de ocho añitos a las canchas.
—Soy mujer e igual hago golcitos— decía.
En Carozzi, la empresa donde trabajaba manipulando las máquinas de pastas, también tenía sus pichangas.
A la población Cinco Pinos siempre la han estigmatizado, pero aquí los vecinos nos conocen desde chicas, y cuando hay un incendio, hasta el voladito aparece para prestarte ayuda.
Hoy toda la población está devastada y indignada con lo que le pasó a mi hermana. Carabineros le quitó los ojos a una mujer trabajadora que se ganaba el pan día a día para sus tres hijos de 19, 16 y 8 años, pero que además, compartía lo que tenía.
Fabiola ganaba el sueldo mínimo en Carozzi, pero si había alguien enfermo, ahí estaba. Incluso cuando fue el incendio en Santa Olga en 2017, nos organizó a todos para reunir ayuda, y allá partió con una bandera chilena a repartirla…
Como éramos parte de un comité de apoyo vecinal, organizábamos las navidades para los niños de la población.
—Ya hermana, vamos a conseguirnos juegos de agua con la muni—me decía. Y yo, que siempre he sido más quedadita, partía con ella.
De los hermanos, Fabiola siempre ha sido la más activa y la más alegre. Es raro que la pilles en la casa porque si no tiene actividades se las inventa. Ahora último estaba recibiendo instrucción para ser bombera. Le gustaba ir a los incendios.
En ese sentido, se parece mucho a nuestro hermano mayor. Él trabajaba en las canteras de Pelequén. Pero un día hubo un derrumbe e intentó sacar gente. Terminó aplastado. Tenía como 19 ó 20 años, cuando partió.
Fabiola es mi hermana menor pero no lo parece, porque tiene una fuerza enorme. Cuando me pasaba cualquier cosa me refugiaba en ella, era la que me levantaba, la que me decía que no importaba, que íbamos a salir adelante.
Mi hermana luchó con pancartas para conseguir que nos hicieran una estación de ferrocarril. Pero ahora estaba concentrada en sus hijos y en su trabajo, y no participaba de las manifestaciones. Sí estaba de acuerdo con las demandas. Decía que este pueblo tenía una venda los ojos, que había mucha injusticia con los enfermos, con los niños y con la tercera edad. Y que los colegios de Cinco Pinos estaban muy botados, que los chicos no tenían áreas verdes donde jugar.
Mientras la gente hablaba de criminales que andan haciendo desmanes, ella empatizaba con los jóvenes. De qué otra forma van a manifestarse, decía, si de manera pacífica nunca el gobierno los ha pescado. Yo le encontraba la razón. Gritai, gritai, y te cansai de gritar por tus derechos, pero igualmente ellos te cierran la puerta y se olvidan de la gente.
A Fabiola le preocupaban las demandas porque pensaba en el futuro de sus hijos, y también en mi salud: tengo diabetes, y como a veces no están mis remedios, tengo que costeármelos yo. No es fácil eso cuando aquí todos ganamos el sueldo mínimo. Mi mamá trabajó 30 años como asistente de educación, y su pensión es de apenas 120 mil pesos. Paga las cuentas y se queda mirando, con la guatita pegada al espinazo. ¿Qué más va a hacer con esa plata? Es una burla, decía Fabiola.
Esta población siempre se ha manifestado y ha sido reprimida. Pero desde el 18 de octubre y hasta ahora, Carabineros nos tiene bombardeados. Basta que 20 jóvenes se pongan en Portales o enciendan una barricada, para que lleguen a gasearlo todo. El pasaje queda todo blanco, y aunque estemos en la casa encerrados, ellos tiran las bombas a los techos. Todos, entre ellos niños y abuelos, quedamos ahogados.
El martes 26 de noviembre, no fue la excepción. Pero en la noche la manifestación en Portales con Fermín Vivaceta había terminado. Cuando fui a la casa de Fabiola y tomamos tecito, los jóvenes ya habían sido dispersados, se había apagado la barricada, y tampoco olía a lacrimógenas.
El marido siempre la encamina al bus de acercamiento cuando ella tiene turno de noche. Pero ese día tuvo que trabajar como conductor de camiones, y no pudo acompañarla, así que me ofrecí yo. Como en el paso peatonal siempre se roban la luz, y no conviene que las mujeres andemos solas por ahí, cuando eran las 20:45 horas aproximadamente, pescó su bolsito y salimos juntas hacia el paradero.
El marido siempre la encamina al bus de acercamiento cuando ella tiene turno de noche. Pero ese día tuvo que trabajar como conductor de camiones, y no pudo acompañarla, así que me ofrecí yo. Como en el paso peatonal siempre se roban la luz, y no conviene que las mujeres andemos solas por ahí, cuando eran las 20:45 horas aproximadamente, pescó su bolsito y salimos juntas hacia el paradero.
Son unos 10 o 15 minutos caminando hasta allá. Nosotras íbamos conversando sobre su hija, la de 19, que se graduará de contadora del Liceo Comercial de San Bernardo. Teníamos casi todo organizado para su fiesta. Estábamos juntando las luquitas.
—Hermana, me faltan los manteles— me dijo —Estoy tan orgullosa de mi hija—.
Fabiola estaba orgullosa porque sacar la educación para nosotras no fue fácil: ella acababa de sacar su cuarto medio gracias a las facilidades que le dio Carozzi para terminar su escolaridad. Yo, en cambio, llegué hasta tercero medio.
Fuente: https://www.theclinic.cl/2019/12/10/ana-maria-campillai-todo-sobre-mi-hermana-fabiola/
Hermano de Gustavo Gatica pide identificar a autores de disparos: “Puede que todavía estén en ejercicio”.
Por CNN Chile.
En entrevista con CNN Chile, el profesor de Historia destacó la fortaleza que ha demostrado su hermano, quien hace un mes fue impactado en sus dos ojos por perdigones de Carabineros. Gatica pidió que el general director dé un paso al costado y aseguró que nadie de la institución ni del Gobierno se ha contactado con la familia.
El domingo 8 de diciembre se cumplió un mes desde que Gustavo Gatica resultó herido por el disparo de perdigones. El joven de 22 años se encontraba tomando fotografías de la manifestación que se realizó el 8 de noviembre en el sector de Plaza Italia. Fue en las inmediaciones de ese lugar donde, y tras la acción de carabineros, recibió el impacto de balines en su rostro, perdiendo de inmediato la visión del ojo izquierdo. Gustavo se mantuvo internado en la Clínica Santa María durante casi dos semanas, en las que los médicos intentaron salvar algo de la visión de su ojo derecho. El 26 de noviembre recibió el alta y el parte médico informaba que había perdido la visión totalmente.
A un mes de los disparos, su hermano, Enrique Gatica, asegura que su familia no ha sido contactada ni por Carabineros, ni por el Gobierno.
En entrevista con Marca Registrada en CNN Chile, el profesor de Historia expresó que “un mínimo de dignidad y de respeto sería acompañar a la persona que uno afectó, preocuparse de su estado, acompañarla”, algo que niegan haber recibido tanto ellos como la familia de Fabiola Campillay, la mujer que perdió la visión de sus dos ojos tras ser impactada por una lacrimógena en el rostro. “Nosotros no hemos recibido ningún llamado de Carabineros que nos dé algunas explicación. Ni del Gobierno, ni de Carabineros“, sostuvo.
Responsabilidades
En entrevista con Marca Registrada el 10 de noviembre, el general director de Carabineros, Mario Rozas, aseguró que “quienes dispararon, sabemos quiénes son, están identificados”. Sin embargo, el 19 de noviembre en el mismo programa, el abogado de Gustavo Gatica, el ex fiscal Carlos Gajardo, respondió que dicha información no se encuentra en el expediente.
Al respecto, el hermano de Gustavo emplazó a Rozas a explicar sus declaraciones, “porque hasta este minuto como familia no tenemos esa información que él menciona. Hasta donde sabemos, puede que esos uniformados estén todavía en ejercicio“.
Enrique sostuvo que a su juicio la responsabilidad es compartida: “Partiendo por el uniformado que aprieta el gatillo, que ojalá él tenga una condena penal, pero también hay un mando directo y una institución que ha estado ejerciendo… puede ser una política sistemática, habría que investigarlo, pero si es que no es una política sistemática de represión contra el pueblo que se está movilizando, sí hay al menos omisión que ha permitido eso“.
Sobre el general director de la institución, dijo que “sería prudente” que diera un paso al costado.
El hermano de Gustavo agregó que “este escenario de violencia también ha sido una gran responsabilidad del propio gobierno, desde el ministro del Interior, que es el encargado de la seguridad del Estado, pero también del mismo presidente”. En la misma línea, recordó las palabras del papá de José Uribe (25), el joven de Curicó que murió tras recibir el disparo de una patrulla militar, quien dijo que “esto pasó porque a alguien se le ocurrió decir que estamos en guerra”.
El presente de Gustavo
“Mi hermano ha mostrado una fortaleza que ha sido increíble y eso nos ha transmitido tranquilidad y energía para continuar”. Así explicó Enrique la reacción de su hermano a la situación. Aunque el diagnóstico ya fue entregado y saben que es difícil poder cambiarlo, la familia espera buscar algún tipo de tratamiento “para encontrar nuevas esperanzas”.
“Mi hermano es un joven muy alegre, muy preocupado de su familia, de su polola, de sus amigos. Es un gran amigo”, relató Enrique. “Es una persona muy querida, es activista por los derechos de los animales, es vegano, hace harto deporte, también le gusta la música, toca el bajo, está aprendiendo a tocar la batería. Es un chiquillo muy fuerte, estoy tremendamente orgulloso de él. En este escenario nos ha mostrado una fortaleza que yo como hermano mayor me siento interpelado a estar a la altura de cómo ha sido él“, agregó.
Enrique explicó que su familia siempre ha tenido sensibilidad social, por lo que la contingencia era algo que se hablaba diariamente en la mesa. Siempre participaron en las marchas estudiantiles y del movimiento No + AFP. “Lo que queremos es que efectivamente haya cambios. Sería muy doloroso volver a las pensiones miserables, a la salud precaria. Lo que mi hermano ha transmitido mucho es esta idea de que esto genere algún cambio y nos sintamos felices de vivir acá“, comentó.
Finalmente, indicó que, como profesor de Historia, “hablar de las vulneraciones a los derechos humanos, hablar de cómo fueron las violaciones de derechos humanos en sitios de memoria, y ahora estar hablando del caso de mi familia, es muy fuerte“.
Fuente: https://www.cnnchile.com/lodijeronencnn/entrevista-hermano-gustavo-gatica-marca-registrada_20191209/
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¿Reprimen, disparan, gasean y torturan al pueblo que deberían defender?
No pueden representar ni formar parte de ese mismo pueblo.
Ni siquiera las urnas pueden legitimarlos.
Son criminales y como tales han de ser depuestos de sus cargos, juzgados y condenados por alta traición.
¡ El pueblo unido y decidido jamás será vencido !