Congreso Lafkenche inclina la balanza hacia una nueva metodología para la consulta indígena
En una semana marcada por disputas entre los convencionales de escaños reservados para definir cómo se debe realizar la consulta indígena dentro del proceso constitucional en curso, la organización política mapuche más influyente ya se inclinó por uno de los dos sectores en pugna. Identidad Territorial Lafkenche se cuadró con la propuesta que busca aplicar una metodología más didáctica para consultar a los pueblos originarios y no con el sector que prefiere hacerlo de la forma habitual, a través de articulados o propuestas cerradas. Lo hizo en el reciente Octavo Congreso Lafkenche, donde se inclinó por una metodología que facilite la participación y permita a los consultados incluir temas de su interés.
Con una rogativa o nguillatun en la playa Ningue Chico, en la costa de la Región de la Araucanía, donde el río Toltén se junta con el mar, las piedras son redondas y la arena es negra, las comunidades pertenecientes a la Identidad Territorial Lafkenche (ITL) cerraron el octavo Congreso Mapuche Lafkenche, realizado en Toltén el fin de semana del 10 al 12 de diciembre. El encuentro, que se auto convoca cada dos años desde 2006, reúne a todas las comunidades, autoridades, académicos y representantes de los mapuche costeros -o lafkenche- para compartir, debatir y relevar temáticas políticas que se transforman en sus guías de ruta como movimiento.
Este año, el Congreso Lafkenche convocó a más de 350 dirigentes de Arauco, Lebu, Los Alamos, Tirúa, Cañete, Carahue, Budi, Huilio (Teodoro Schmidt), Toltén, San Juan de La Costa, Hualaihue, Calbuco, Chiloé y Punta Arenas, y se convirtió en la primera cucharada de lo que será la consulta indígena en el marco de la nueva Constitución.
Esta fue la primera bajada que realiza el pueblo lafkenche sobre temas constituyentes y se produjo en la misma semana en que los convencionales de escaños reservados no lograron resolver de manera unánime cómo debe aplicarse la consulta indígena. La propuesta de algunos constituyentes, como Tiare Aguilera, Luis Jiménez y Adolfo Millabur, planteaba elaborar una metodología más didáctica -basada en fichas explicativas de cada punto a consultar-, versus la propuesta de los convencionales Natividad Llanquileo, Erick Chinga e Isabel Godoy, que propone someter a consulta articulados de tipo jurídico, que es la forma en que hasta el momento el Estado chileno ha realizado las consultas indígenas.
El encuentro lafkenche organizó la deliberación de sus asistentes en ocho comisiones de trabajo que reflexionaron sobre qué normas de interés para el mundo indígena debiese considerar el nuevo texto constitucional. Cada comisión fue acompañada por un constituyente de los escaños reservados, entre ellos Luis Jiménez, Tiare Aguilera, Elisa Loncon, Adolfo Millabur, Rosa Catrileo y Lidia González. Además, contaron con la presencia de otros convencionales que no ocupan escaños reservados, como Ramona Reyes, Juan José Martin y Beatriz Sánchez. Y con el apoyo de los académicos Salvador Millaleo y Verónica Figueroa Huencho.
Adolfo Millabur, ex alcalde por cinco períodos de Tirúa, fue fundador y hoy sigue liderando Identidad Territorial Lafkenche desde su posición de constituyente. Desde 2006, la ITL se ha planteado intervenir en la política y ha logrado incorporar indicaciones a la Ley Lafkenche, la Ley General de Educación, la Ley de Pesca, la Ley de Modernización de Sernapesca y la ley sobre escaños reservados para la nueva constitución. Dice Millabur que la plurinacionalidad, tema que los convocó ahora en Toltén, es un concepto que apareció en el primer Congreso Lafkenche, en 2006, en Valdivia. Por eso, explica, este octavo congreso es clave.
-Este es un relato que estamos construyendo como organización bajo la elaboración de distintos conceptos. Hemos ido a buscar la agenda de la plurinacionalidad a Bolivia y Ecuador, siempre entendiendo que en ningún caso son replicables a Chile, porque acá llevamos la vida política de manera distinta, las correlaciones de fuerzas también son diversas. Desde el punto de vista de hacer respetar los derechos de los mapuche, en este caso lafkenche, este congreso va a ser clave para dejar en la Constitución los contenidos que venimos debatiendo hace algún tiempo. El congreso nos dará la fuerza para idealmente materializar aquel largo trabajo en la Constitución- dice Millabur.
El objetivo, explican los lafkenche, es sistematizar los contenidos discutidos en Toltén para presentar articulados a la Convención Constitucional. Un grupo de dirigentes viajará con el texto definitivo a Santiago este 29 de diciembre, para presentarlo antes de fin de año.
LOS NUDOS DE LA CONSULTA INDÍGENA
La mañana del sábado 11, el octavo Congreso Lafkenche se abrió con el registro de los asistentes, junto a café, mate, cofke (sopaipilla mapuche), hallullas, queso y jamón. Las comitivas incluyeron autoridades tradicionales como lonkos y machi, además de personas mayores, dirigentes de todas edades, jóvenes, niños y guaguas.
Adolfo Millabur dio la arenga inicial frente a quienes se ubicaban en los asientos del gimnasio municipal de Nueva Toltén, localidad que reemplazó a la antigua Toltén, arrasada por el terremoto y maremoto de 1960. Después de bromear por la cantidad de tiempo que ha transcurrido desde el primer congreso -“en la foto del 2006 estábamos más delgaditos y el pelo tieso, como hoy día, pero más negrito”-, Millabur destacó los avances políticos que han tenido como lafkenche:
-El primer acuerdo que tomamos en Valdivia fue: nosotros no queremos ser reconocidos en esta constitución, pero vamos a luchar de ahora en adelante por una nueva Constitución. ¿Y qué estamos haciendo ahora? Trabajando por una nueva Constitución plurinacional e intercultural. Y Chile, ¿cuándo comenzó a discutir esto? El 2019, nomás.
Le siguieron Salvador Millaleo, quien abordó lo que pueden significar para el mundo mapuche algunos principios constitucionales que están en debate en la Convención, y Verónica Figueroa Huencho, quien explicó cómo es posible aterrizar el concepto de plurinacionalidad en la Constitución. Ella abrió tres preguntas para el debate del Congreso: ¿Qué queremos que quede escrito respecto a nuestra participación en la vida de este Estado? ¿Cómo queremos que quede escrito lo que nos interesa que se reconozca en la nueva Constitución? y ¿Cómo nos aseguramos que aquello que quede escrito efectivamente se implemente?
La concurrencia fue subdividida aleatoriamente entre ocho comisiones, tal cual se sesiona en la Convención Constitucional. Así, los ocho grupos se dividieron entre “sistema político, gobierno, poder legislativo y sistema electoral”; “principios constitucionales, democracia, nacionalidad y ciudadanía”; “forma de Estado, ordenamiento, autonomía, descentralización, equidad y justicia territorial”; “derechos fundamentales”; “medio ambiente, derechos de la naturaleza, bienes naturales comunes y modelo económico”; “sistema de justicia, órganos autónomos de control y reforma constitucional”; “sistemas de conocimientos, culturas, ciencia, tecnología, artes y patrimonios” y “derechos de los pueblos indígenas y plurinacionalidad”.
Luego de un almuerzo comunitario donde los asistentes compartieron charquicán de cochayuyo, las comisiones se instalaron en las distintas aulas del liceo Martin Kleinknecht Palma, para deliberar las propuestas que después se pondrían en común en el plenario final del Congreso Lafkenche.
En una semana agitada para los constitucionales integrantes de la comisión de Derechos de los Pueblos Indígenas y Plurinacionalidad, donde se discutieron adecuaciones al documento base para el proceso de consulta y participación indígena que se debe realizar en el contexto de la Convención Constituyente, la realización de este octavo congreso y la información entregada a las comunidades lafkenche resulta una primera bajada oficial de este proceso a los integrantes del pueblo mapuche. De hecho, el congreso se adelantó un mes para entrar en los plazos de recepción de propuestas por parte de la Convención, fijados hasta el 6 de enero.
Si bien un grupo de constituyentes indígenas, como Isabel Godoy, Erick Chinga, la machi Francisca Linconao y Natividad Llanquileo, argumentan que el documento que debe ser sometido a consulta será reemplazado “sólo por fichas explicativas”, su postura fue rechazada durante la semana con 3 votos a favor, 9 en contra y 2 abstenciones.
Las propuestas se diferencian en la manera cómo se presenta la consulta a las comunidades: a través de articulados, en un texto dominado por el lenguaje jurídico, o en un set de fichas donde se explican de manera más didáctica los diversos derechos que deben consultarse.
La convencional rapanui Tiare Aguilera explica que la propuesta aprobada es una alternativa metodológica que busca flexibilizar el mecanismo de consulta a través de fichas. El trabajo consistió, dice Aguilera, en basarse en el documento base propuesto por la coordinación, “desmembrarlo, dejarlo nuclear y en formato de fichas para que fuesen las propias comunidades y pueblos quienes pudiesen inyectar, sumar, complementar, eliminar o adicionar algunos derechos que no estaban incorporados. Por eso el formato fichas”, dice.
Según Aguilera, los pueblos Rapanui, Aymara y Yagan, coinciden en que cuando les llega una consulta cerrada, se trata de preguntas “en las que uno no puede incidir mucho; preguntas de sí o no, con respuestas cerradas, con normas que además no estaban deliberadas con respecto a este documento base. Creo que es importante entender que nuestra propuesta era metodológica, una forma diferente de hacer la consulta en términos procedimentales, pero que el fondo es exactamente el mismo”.
Es importante considerar, asegura Aguilera, que en Chile existen diez pueblos originarios con distintas experiencias con consultas indígenas: “Creo que el pueblo rapanui es el que ha tenido mayor éxito en las consultas, que nos ha permitido grandes logros, como administrar nuestro propio patrimonio, declarar área marina costera protegida de múltiples usos y una ley que restringe la residencia en el territorio por la fragilidad ecosistémica. Y eso ha sido gracias a la consulta. Y está el pueblo mapuche, que ha tenido muy malas experiencias. Entonces, dentro de nuestras diferencias respecto a la institucionalidad y a las herramientas vigentes, tenemos que buscar la mejor manera de llevar a cabo esta consulta, considerando que no tenemos mucho tiempo, que los recursos son exiguos y que cada pueblo debe ser consultado con sus particularidades”.
Millabur asegura que esta diferencia fue una cuestión de forma más que de fondo: “Que esos mismos contenidos se presenten no en forma de normas constitucionales, con articulados, sino que de manera descriptiva, de tal manera de que superemos esta costumbre que se ha instalado en el Estado chileno cada vez que hace una consulta (…) que va con los documentos redactados (…) solamente para preguntar si le gusta o no le gusta, pero no hemos tenido la posibilidad de decir nosotros, si es que no nos gusta, de qué manera podrían cambiar las cosas”.
El punto, dice Millabur, es no replicar lo que el Estado, por costumbre, venía realizando hasta el momento: “Esa es la idea, que nosotros, como escaños reservados, no les llevemos la tarea hecha a las comunidades, sino que orientaciones para que la comunidad proponga algún artículo que venga a destrabar esta convivencia que ha sido difícil con el Estado chileno”.
LAS PROPUESTAS
La mañana del domingo 12, en un repleto gimnasio municipal, Yohana Coñuecar, lafkenche de Hualaihue, leyó frente a los asistentes el documento con las conclusiones del encuentro. Coñuecar explicó que el objetivo de este octavo congreso fue trabajar propuestas de norma constitucional que se basaran en la historia colectiva, conceptos de vida y “nuestro rakizuam (pensamiento) lafkenche, teniendo como ejes rectores los principios de itrofill mongen (los derechos de todas las formas de vida), la plurinacionalidad e Interculturalidad”.
Los ejes que tendrán las propuestas de las normas son: Estado plurinacional y libre determinación de los pueblos; autonomía territorial de los pueblos originarios; forma de estado plurinacional, intercultural y descentralizado; nacionalidad y ciudadanía; sistema electoral y organizaciones políticas; distribución político-administrativa del Estado; derechos políticos, derechos individuales y derechos colectivos; tierra, territorio y espacio costero marino; restitución territorial; derechos de todas las formas de vida (itrofill mongen); pluralismo jurídico y sistemas propios de justicia (azmapu) y protección de saberes colectivos, territoriales y comunitarios.
Por estos días, los dirigentes lafkenche y sus comunidades trabajan compartiendo esta información y a través de una comisión redactora afinan el documento final que vendrán a dejar a la Mesa Directiva de la Convención en Santiago.
Para Adolfo Millabur, el encuentro lafkenche refleja cómo “hemos sido capaces de articularnos, de crear agenda e influir desde este espacio. Lo que queremos es que, así como venimos construyendo una serie de conceptos -como plurinacionalidad e interculturalidad-, se incorporen como una forma de entender el Estado de aquí en adelante, así como el itrofill mongen”.
Ramona Aguilera, constituyente PS por el distrito 24 y mapuche del territorio de Paillaco, participó en la comisión de Forma de Estado. Cuenta que lo que quedó claro en esa instancia fue el acuerdo de descentralizar Chile: “Ir avanzando en un modelo de desregionalización, pero no pensando en las regiones que tenemos hoy, que en los años de dictadura en que fueron creadas cumplían un objetivo más geopolítico o geomilitar, sino en repensar el territorio quizás desde las identidades y autonomía de los pueblos originarios, entre otros factores. Que la Identidad Lafkenche haya realizado este congreso multitudinario, considerando que estamos en pandemia, es de gran relevancia, pues van a ser insumos que nos van a aportar a mejorar los contenidos, a tener la mirada desde la interculturalidad y a tener la pertinencia y la mirada desde los pueblos originarios”.
Tiare Aguilera rescató del Congreso Lafkenche la posibilidad de mostrar el trabajo conjunto de los convencionales de escaños reservados: “Hay términos que son muy difíciles, son muy técnicos, como plurinacionalidad, autonomía, libre determinación. Es bueno que se genere esta participación, que entre todos podamos construir este concepto de plurinacionalidad a la chilena”. Agrega que con su comunidad rapanui ya está preparando la ejecución de la consulta indígena: “Estoy trabajando con mi comunidad, con todos los mecanismos posibles, a través de las autoridades tradicionales. Ellos ya están generando cabildos, discutiendo ciertos temas. Además, los estoy informando del documento base, los incorporé a la secretaría técnica. Entonces, es un trabajo constante, no solamente de las semanas territoriales, sino permanente”.
-De mí depende, como escaño reservado, que la consulta llegue a buen término. No puedo esperar que los recursos lleguen o que toda la institucionalidad funcione. Yo tengo que ver cómo acercarme a mi comunidad y a mi pueblo para que esto sea autoconvocado- finaliza la convencional del pueblo rapanui.
Fuente: https://www.ciperchile.cl/2021/12/24/proceso-constituyente-congreso-lafkenche-inclina-la-balanza-hacia-una-nueva-metodologia-para-la-consulta-indigena/
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