Virginia Woolf: Una escritora feminista de todos los tiempos.

¿Por qué Virginia Woolf sigue siendo moderna a los 140 años de su nacimiento?

Por Begoña Alonso. 

«No hay barrera, cerradura ni cerrojo que puedan imponer a la libertad de mi mente»: la escritora Virginia Woolf, de la que se cumplen 140 años de su nacimiento, está más vigente que nunca. Su defensa del feminismo, de la necesidad de un espacio propio para ser libres o la revolución que supuso su literatura hacen que nunca pase de moda.

Pero pronto empezaron los problemas, pues sufrió abusos sexuales por parte de sus hermanastros, su madre murió cuando ella era adolescente (lo que le provocó sus primeros problemas mentales) y, dos años después, otra hermanastra. Estudió en el King’s College, donde entró en contacto con un grupo de feministas que estaban intentando emprender reformas educativas. La muerte de su padre le provocó otra crisis mental que le llevó a ser ingresada por primera vez.

Los tres hermanos Woolf se mudaron a Bloomsbury, donde Virginia conoció a varios intelectuales del Grupo de Bloomsbury: el crítico de arte Clive Bell, el novelista E.M. Forster, el pintor Duncan Grant, el biógrafo Lytton Strachey, el economista John Maynard Keynes y el ensayista Leonard Woolf, con quien se casó en 1912. Tres años después publicó su primera novela, ‘Fin de viaje’, en el que ya experimentó con herramientas literarias. En 1917, los Woolf crearon su propia editorial, Hogarth Press, en la que publicaron algunas de sus obras, así como las de Sigmund Freud, Katharine Mansfield y T.S. Eliot.

Tras mudarse al campo, a Rodmell, en 1919, Woolf publicó ‘Noche y día’, ambientada en la Inglaterra eduardiana, y en 1922 llegaría ‘La habitación de Jacob’. Fue un año muy importante para ella, pues conoció a la escritora, poeta y paisajista Vita Sackville-West, musa de su novela ‘Orlando’ que primero se convertiría en su mejor amiga y después en su amante. Su relación terminó pero fueron amigas hasta la muerte de Virginia. Su siguiente obra fue ‘La señora Dalloway‘, por la que recibió excelentes críticas, y en 1928 publicó ‘Al faro’ y ‘Orlando’, en 1928.

‘Una habitación propia‘ (1929) sería el ensayo que marcó su nombre, en el que reflexiona sobre la independencia económica y personal que las mujeres necesitan para poder escribir tranquilamente. En 1931 publicaría una mezcla de obra de teatro y poesía, ‘Las olas’, mientras que en 1937 llegaría su última novela publicada en vida, ‘Los años’, sobre la historia de una familia a lo largo de una generación.

Su trabajo como intelectual le llevó no solo a escribir novelas y ensayos, sino también a dar conferencias en colegios y universidades y a redactar numerosos relatos. Fue reconocida por su capacidad para equilibrar escenas oníricas con tramas de gran tensión, pero su enorme éxito no impidió que siguiera padeciendo problemas de salud mental. Se suicidó en 1941 y, aunque pasó unos años en el olvido, su nombre fue recuperado en la ola feminista de los años 70 y ya desde entonces no ha pasado de moda.

 

virginia woolf en un retrato de 1928
CULTURE CLUBGETTY IMAGES

¿Por qué Virginia Woolf sigue siendo moderna?: Por ser pionera del feminismo

En sus libros, Virginia Woolf se interesó por la vida interior de las mujeres, por sus emociones. Y lo hizo no solo expresándolas, sino escribiendo frases que surgían del pensamiento de ellas. La autora británica, además, supo ser progresista dentro del feminismo y hablar, en ‘Una habitación propia’, de algo de lo que se hablaría muchos años después: la diferencia de salario entre hombres y mujeres que no permitía a ellas ser independientes.

En ‘Tres Guineas’ (1938), una carta en la que responde una duda sobre cómo evitar la guerra, asegura que no se trata solo de pacifismo, sino de valorar sus ideas políticas que, solo por ser mujer no se tienen en cuenta. Escribió: «Detrás de nosotras se encuentra el sistema patriarcal; la casa privada, con su nulidad, su inmoralidad, su hipocresía, su servilismo. Ante nosotras está el mundo público, el sistema profesional, con su posesividad, sus celos, su pugnacidad, su codicia».

Por su estilo de vida

En la época en la que vivió Virginia Woolf, las mujeres tenían pocos derechos, pero ella supo convertir esa dificultad en una fortaleza. No pudo participar en la Primera Guerra Mundial, un acontecimiento bélico del que escribieron todos sus contemporáneos, pero ella le dio la vuelta al contratiempo en ‘La habitación de Jacob’, donde habló de cómo la guerra había afectado a la vida doméstica. Aunque fue criticada por no hablar del conflicto de forma más directa, siguió haciendo lo que consideraba.

Además de reconocer abiertamente su relación con su amiga Vita Sackville-West, tuvo un punto de vista realmente moderno sobre la identidad de género -algo que definía como fluido-. En una carta explica que los deseos de género son a menudo una fuente de violencia, como desarrolló en ‘Fin de viaje’. Por otro lado, defendió el poder del individuo para tener sus propios criterios sobre cualquier cosa, por encima de lo establecido, algo de lo que ella misma fue ejemplo pues mantuvo siempre sus puntos de vista a pesar de que la criticaran por no tener formación universitaria.

 
 

Por la revolución literaria de sus obras

Muchas de sus novelas y ensayos fueron muy renovadoras de la prosa de su tiempo. Por ejemplo, en ‘Fin de viaje’ (1915) experimentó con perspectivas narrativas de lo más inusuales, estados oníricos y prosa de asociación libre. Mientras que ‘La habitación de Jacob’ (1922) fue alabada por sus toques modernistas, ‘La señora Dalloway’ planteó temas como la situación de la mujer en su época, la salud mental y la homosexualidad en la Inglaterra posterior a la Gran Guerra.

Por su relación con la salud mental

Sus problemas mentales fueron muy relevantes para trazar las conciencias de sus personajes y poder escribir desde la mente de ellos. Ella misma los expuso en un ensayo titulado ‘La enfermedad’ (1925) y los expertos han descrito varios de sus episodios: intentos de suicidio, depresión, agitación violenta, visiones de su madre muerta, delirios, etc. Algunos han diagnosticado que Virginia Woolf padecía psicosis maníaco-depresiva y otros que trastorno bipolar, pero en aquella época no había tratamiento alguno más que el reposo.

Leonard y Virginia Woolf, preocupados por el desarrollo de la Segunda Guerra Mundial (su casa de Londres había sido destrozada en un bombardeo) decidieron que se suicidarían juntos si Alemania invadía Inglaterra, porque Leonard podía correr peligro al ser judío. Virginia se desesperó cada vez más por los acontecimientos bélicos y, en marzo de 1941, ya no los pudo superar. Se puso el abrigo, se llenó los bolsillos de piedras y se metió en el río Ouse. Encontraron su cuerpo a las tres semanas.

Tres libros para descubrirla

‘La señora Dalloway’

 

 

‘La señora Dalloway’, publicada en 1925, fue la cuarta novela de Virginia Woolf pero la primera en impactar fuertemente en los lectores y en la crítica literaria por la revolución narrativa que aparecía en ella. Transcurre en un día de 1923 y nos narra la vida de Clarissa, una mujer de la alta sociedad, casada con un diputado conservador y madre de una adolescente, que va a montar una fiesta esa noche. En paralelo se nos narra otra historia, la de un joven con problemas de salud mental que acaba de volver de la guerra y que tendrá un final trágico.

No se trata de una obra fácil de leer; hay que estar muy relajado y atento porque la historia se narra desde la mente de los personajes. El lenguaje empleado por Woolf expresa muy bien cómo la mente no tiene un pensamiento lineal, lo que en ocasiones la hace complicada, pero sin duda alguna es un libro interesantísimo.

 
 

 

 

 

Orlando es, en realidad, Vita Sackwille-West, una de las mejores amigas de Woolf y también su amante. Esta novela transcurre durante tres siglos y comienza cuando Orlando, un joven noble de la Inglaterra de Isabel I, espera la visita de la Reina. Luego, cuando ya es embajador en Constantinopla, un día se despierta y descubre que es una mujer, y la obra se centra en narrar con ironía el papel de la mujer en los siglo XVIII y XIX.

La parte final de la novela transcurre en 1928, con Orlando ya convertido en esposa y madre, en un año en el que se aprueba el pleno sufragio femenino y que parece dar comienzo a una etapa llena de esperanzas para las mujeres. Una obra de arte llena de sensibilidad femenina que ofrece una nueva perspectiva sobre el rol de las mujeres en los últimos siglos y aborda con un interesante punto de vista el tema del cambio y la identidad de género.

 

 

 

 

 

‘Una habitación propia’

Su intención es reivindicar el acceso de las mujeres a una cultura hasta entonces propia solo de los hombres, en una sociedad patriarcal como la inglesa. Fascinante y actual como pocas, ‘Una habitación propia’ resulta imprescindible para entender el eje del pensamiento feminista de Woolf y de muchas mujeres de su época.

 

 

 

 

 

Y una película: ‘Las horas’

 

las horas pelicula nicole kidman
IMDB

 

 

 

Stephen Daldry llevó al cine con habilidad la novela homónima de Michael Cunningham, ganadora de un premio Pulitzer, en la que se narra cómo ‘Mrs. Dalloway’ ha influido a tres mujeres distintas en tres épocas históricas diferentes, mujeres que han tenido que lidiar con el suicidio. Una de ellas es la propia Virginia Wool (Nicole Kidman, que ganó el Oscar a la mejor actriz por este papel), que en la película aparece en los días en los que escribe esa misma obra. Laura Brown (Julianne Moore) vive en 1949 y tras su fachada de feliz esposa se esconde una mujer tremendamente aburrida. Finalmente Clarissa Vaughan (Meryl Streep) vive con una mujer tras divorciarse de su marido, un poeta bisexual enfermo de SIDA.

 

 

25 de enero, 2022. 

Fuente: https://www.elle.com/es/living/ocio-cultura/a38837514/virginia-woolf-libros-feminismo/

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