Chile plebiscito: No solo de progresismo vive el apruebo, también de la vieja y rancia política concertacionista.

Entre las figuras ex- concertación que están por el apruebo se encuentran: José Miguel Insulza, José Antonio Viera-Gallo, Camilo Escalona, Agustín Squella, Eugenio Tironi

De fumar opio al Apruebo. ¿Por qué un sector de la vieja concertación también va por el apruebo?

Por Antonio Paez/ Dirigente Sindicato Starbucks Coffe Chile.

Ninguna sorpresa causó la declaración de Rincón, Walker, Frei y otros democratacristiano sobre su posición de rechazo a la nueva constitución, pero el viraje de viejos estandartes de la ex concertación como Escalona y otros parecieran transitar de la defensa del modelo a querer cambiarlo, pero tras esta inédita “revelación” se esconde la verdad: La nueva constitución representa una nueva forma de mantener los pilares del modelo gracias a una relegitimación que diera la convención. Más allá de los elementos “progresivos” se esconden los reales intereses de los sectores que históricamente detentaron el poder y que ahora esperan volver al centro de la política con el “aprobar para reformar”.

Chile cambió, decía anoche en Tolerancia cero, Camilo Escalona, secretario general del PS, quien hace algunos años señalaba que cambiar la constitución a través de una Asamblea Constituyente sería fumar opio. Esta frase de la cual Escalona pareciera ahora renegar, era la más clara señal del acomodo que los principales dirigentes de la ex Concertacion tuvieron con el modelo económico, social y político que habían heredado de la dictadura.

Y es que el compromiso de la ex Concertación con el modelo fue profundo, muchos militantes pasaron de luchar en la clandestinidad o en el exterior contra la dictadura a integrar el Estado, en altos puestos públicos, con buenos sueldos y prebendas que les aseguraron un alto estandar de vida. Otros que fueron saliendo del Estado pasaron al sector privado, ingresando a directorios de grandes empresas, nacionales y transnacionales, unos tantos otros lograron instalarse en el exterior o en organizaciones multilaterales.

Ahora, que apartir del 2019 se puso en cuestión el modelo gracias a la revuelta, donde las masas salieron a la calle para tirar abajo la herencia de la dictadura, la posibilidad de que estos partidos, que administraron el Chile de los 30 años, desaparecieran o cobraran una relevancia igual a cero se volvió una posibilidad cierta, la pasokización (en referencia al PASOK griego) se llegó a poner sobre la mesa.

Esta lectura la hizo sobre todo el Partido Socialista que vió que la alianza que articularon por 20 años junto a la Democracia Cristiana, el PPD y el PR se caía a pedazos, desplazada por los “jóvenes” que venían de la “calle” en referencia al movimiento estudiantil, a través de organizaciones y movimientos eclécticos, sin inscribirse en proyectos políticos claros, el Frente Amplio y el PC daban la señal de estar listos para “gobernar” y los movimientos sociales (muchos antipartidos) sirvieron como base para permitir esa gobernabilidad.

La prueba de la constituyente sirvió para ver cómo sería una coalición FA-PC-PS, un ensayo del actual “gobierno de dos coaliciones” que resultó ser una carta de compromiso de seriedad y adultez para con los empresarios, nacionales y extranjeros.

El Partido Socialista, otrora crítico pero defensor del modelo neoliberal, ahora pareciera estar por los cambios profundos, pero su estrategia es otra. “Socialismo democrático” el espacio dirigido por este partido, lo que está buscando es hacer pesar su tradición sobre el gobierno para seguir cumpliendo su rol dentro del país: defender el modelo que ha beneficiado sobre todo a los grandes empresarios, entregando algunas concesiones para no ser tan obvios.

Ahora, que estos partidos asumen la tesis del “apruebo para reformar” lo que señalan es que están disponibles para volver a jugar el rol de “centro” en la política nacional, lejos de los “extremismos” y apostando a un nuevo compromiso entre la derecha, el centro y la izquierda. Es cosa de escuchar a la presidenta del PPD, Natalia Piergentili, quien constantemente dice: hablemos de aprobar, cuando se gane vemos las reformas.

No todos los empresarios van por el rechazo

Mientras en el Rechazo están claramente agrupadas las fuerzas políticas de derecha, en el apruebo no todo es de izquierda. En el apruebo hay entusiastas defensores del modelo que ven en esta opción la única forma de seguir haciendo negocios con “paz social”, los “derechos sociales” o la definición del “Estado social de derechos” son parte del pago a hacer para seguir explotando los recursos naturales del país, esto último incluso lo han señalado consultoras internacionales que hablan de una “constitución moderna” sin radicalismos y que las grandes críticas están en el modelo político más que económico (por lo tanto son fácilmente reformables), es lo que explicaba tanto Arrate como Toha hace solo una semana.

Y es justo a este sector el que la ex concertacion quiere dar representación, demostrarles que aquí están, para seguir sirviéndoles a sus intereses, dispuestos jugar nuevamente el papel de moderadores mientras esperan su retorno al poder tras el desgaste del Apruebo Dignidad que se desangra intentando jugar a ser el proyecto concertacionista del siglo XXI.

Como una mala copia de Aylwin, Boric intenta elevarse como “estadista”, se toma fotos con Lagos, cita a Frei Montalva, etc pero lo que hace no es elevarse a sí mismo a las figuras que tanto admira, sino que termina mostrándose como farsa, parafraseando a Marx, y por eso Marcel, Escalona, Toha y otros no tienen miedo de acercarse a su figura, ven en Boric una mala copia de ellos mismos, una especie de boya para capear la tormenta mientras esperan estos tres años de recomposición de la legitimidad del Estado y sus instituciones.

Por eso es tan peligroso comprar el relato de que es el “ahora o nunca”, “mejor esto que nada”, etc. La clase trabajadora y los sectores populares, esos que salieron a la calle para terminar con las AFP, con la privatización de los servicios de salud y educación, contra el modelo basado en el endeudamiento y los salarios precarios, no puede confiar en que serán los verdugos de ayer quienes esta vez soltaran un par de derechos para asegurar la “paz social” que tanto piden los grandes inversores.

Independientemente de si termine ganando el Apruebo o el Rechazo, ambas representan hoy dos formas de volver a la “amistad cívica”, de restaurar “la casa de todos”, que finalmente es el beneficio extremo para los Luksic, Matte, Von Appen entre otros. Por eso, en caso de ganar el Apruebo, garantizar los derechos no será fruto de su escrituración sino de la lucha de las organizaciones sociales, sindicales y políticas que llevan años en ello, en caso de ganar el rechazo, esa lucha continuará con el mismo odio que sentíamos previo al estallido de 2019.

Para preparar este camino, necesitamos luchar y discutir la necesidad de la construcción de una izquierda revolucionaria anclara en la clase trabajadora, que sea independiente de toda variante empresarial.

18 de julio, 2022.

Fuente: https://www.laizquierdadiario.cl/Por-que-un-sector-de-la-vieja-concertacion-tambien-va-por-el-apruebo

 


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