Chile franja electoral: «creativos» estrellas cambian de bando.

Diego Perry y Kiko Carcavilla son dos nombres que siempre han estado en el menú de los partidos de la ex Concertación para ser considerados en las campañas publicitarias electorales, por lo menos desde que en 2013 liderarán la que llevó a Michelle Bachelet a su segundo periodo presidencial.

En ese sentido, siempre fueron considerados profesionales ‘progres’, y unos de los preferidos de la ex Concertación, hasta el día de hoy…

En la industria empezó a circular que ambos -quienes son socios en la agencia Wolf BCPP- habían dado un vuelco, y habían sido reclutados por el Rechazo.

Es el caso de Perry, quien hoy trabaja codo a codo con los jefes políticos de la llamada Franja Ciudadana del Rechazo; Bernardo Fontaine (cercano a RN), Gonzalo Müller (UDI), Jorge Selume (ex director de la Secom de Sebastián Piñera y cercano a Evópoli) y Marco Antonio González (quien fue parte de la campaña del republicano José Antonio Kast y ex presidente de la Fundación Jaime Guzmán). 

Fuentes cercanas al publicista cuentan que la labor de Perry es servir de coordinador entre los cuatro jefes políticos -quienes proveen de los lineamientos, insumos y contenidos políticos- para transformar eso en ideas publicitarias, que luego son trabajadas con Freddy del Pino (ligado a la productora Cueca), quien por fuera está a cargo de la factura final de la franja televisiva. 

En tanto, dicen estas fuentes, Carcavilla no está con Perry en este proyecto. Sin embargo, donde sí está Carcavilla es en Amarillos por Chile, donde también cumple con funciones similares a las de Perry, pero ligadas a esa agrupación en particular, liderada por Cristián Warnken.

En tal sentido, Wolf, como agencia, dicen cercanos a los publicistas, no estaría involucrada en ninguna de las dos campañas, pero, el hecho de que dos de sus socios estén en dos de los principales espacios, genera ruido en la industria y les hace pensar que la ligazón es al menos informal.

“Pega es pega”, es la manera en que Perry y Carcavilla describen sus decisiones de incorporarse a las campañas del Rechazo, según fuentes de la industria que los conoce a ambos, pero esa visión pragmática no satisface a varios de sus colegas, quienes consideran que esto es una voltereta laboral inexplicable, que podría perjudicar a Wolf frente a los partidos progresistas que antes lo contrataba, y que por eso ha habido tanto secretismo.

Por el lado de Perry, explican fuentes que lo conocen, su decisión fue personal y basada en su propia consideración de apoyar el Rechazo, pese a que se sigue considerando una persona de centro-izquierda. Respecto a la posibilidad de haber trabajado con el PS, como se especulaba que podía suceder, ya que en el plebiscito de entrada ahí se desempeñó el profesional, estas fuentes aseguran que nunca lo llamaron, y que probablemente lo habría considerado.

“Es muy delirante que Kiko y Perry estén trabajando en una campaña con el presidente de la Fundación Jaime Guzmán y los Republicanos, dos íconos de todo lo que como amigos y compañeros siempre consideramos como inviable. Pero bueno, el mercado está difícil y en algún momento hay que seguir el dinero”, comenta un publicista cercano a los socios de Wolf.

Dentro de las críticas a Carcavilla y a Perry, está la de haber puesto sus fichas en una campaña que -en términos generales- ha usado la desinformación y las mentiras como caballo de batalla frente al Apruebo.