Los medios de comunicación enaltecen la figura de Isabel II, lo que no dicen es que ella y su familia son responsables de miles de muertos, de saqueos en el mundo y de la expoliación fundamentalmente al África.Durante siglos la monarquía inglesa se dedicó a robar la riqueza y territorios de otros pueblos, especialmente en África.
Recordatorio útil sobre la monarquía británica
La corona británica saqueó hasta el último gramo de oro y plata de Tasmania de Australia. Prácticamente eliminaron a la población y al resto los esclavizaron. Se estima que para la fecha de llegada de los británicos había más de 10 mil habitantes, sobrevivieron 76. El exterminio duró 27 años, de 1803 a 1830.
James Connolly, el obrero revolucionario ejecutado por la monarquía británica
«Inglaterra, el Imperio Británico, era y es la personificación de la burguesía, la bestia encarnada de la propiedad capitalista, y su corazón era tan tierno como el del tigre cuando siente a su víctima indefensa entre sus garras», señaló Connolly.Connolly era trabajador imprentero, luego fue soldado, se vinculó a organizaciones de izquierda, tras salirse del ejército fue conserje, sin embargo por su postura política quedó desempleado. Entró en la lista negra de varias empresas que le negaron trabajo.
Migró a Nueva York y ahí entró en contacto con otros revolucionarios.En 1905 fundó la Federación Socialista Irlandesa de Nueva York y participó en el sindicato Trabajadores Industriales del Mundo (IWW). Durante esos años, Connolly escribió ‘Canciones de libertad de autores irlandeses’, donde incluyó composiciones propias.Volvió a Irlanda en 1910 y formó el Sindicato de Transportistas. Ese año publicó ‘La clase obrera en la historia de Irlanda’, donde analiza la historia irlandesa desde una perspectiva de clase.
La monarquía británica condenó a muerte por hambre a un millón de irlandeses
A propósito de la consternación por la muerte de Isabel II y un enaltecimiento de la corona británica, valga recordar una de las más grandes atrocidades cometidas por la monarquía inglesa.
En el siglo XII, la corona británica consolidó la colonización de Irlanda. Fue ocupando territorios por la fuerza y llevó ingleses para que se establecieran como colonos. Más tarde el siglo XIV la monarquía impuso en Irlanda las llamadas Normas de Kilkenny, por las que se prohibía, entre otras cosas, los matrimonios mixtos así como el uso del su idioma y las costumbres del país.
El sádico militar británico Oliver Cromwell ordenó la confiscación de tierras y otros bienes de los irlandeses que pasaron a manos de colonos ingleses. Esto provocó rebeliones y sanguinarias represiones.
Los terratenientes ingleses eran los únicos que podían obtener beneficios de las tierras irlandesas, además se apropiaron de millones de cabezas de ganado. Todos los cereales, frutas, carne, verduras y granos estaban destinados únicamente para los colonos ingleses y para ser transportados a Londres.
Los irlandeses únicamente tenían permitido comer leche y papa.
De repente, en el año 1845, en las plantaciones de papas apareció una terrible plaga provocada por un hongo llamado tizón tardío (Phytophthora infestans), que se extendió rápidamente y afectó de manera fatídica a prácticamente todos los cultivos de este tubérculo, acabando con ellos.
La respuesta de la corona británica fue enviar a Irlanda 200.000 soldados para evitar el levantamiento de la población, prohibir a Escocia que entregue alimentos a Irlanda. Prohibió el ingreso de barcos de otras naciones con ayuda alimentaria y económica.
Esta política genocida de la monarquía inglesa condenó a 1,1 millones de irlandeses a la muerte por hambre. Obligó a más de 100 mil irlandeses a migrar a Estados Unidos y otras zonas de Europa, donde llegaban a ser mano de obra barata por sus extremas condiciones de pobreza, analfabetismo y desnutrición. Cuando no morían al ser transportados ilegalmente en barcos.
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