América Latina: fascismo y progresismo millennials contra los pueblos.

¿Por qué está avanzando el neofascismo?

por Carlos Figueroa Ibarra / Para Con Nuestra América, desde Puebla, México.

El neofascismo tiene  evidentes diferencias con el fascismo clásico de la época de entreguerras en Europa. Pero comparte con éste la vocación autoritaria,  el anticomunismo, el racismo, el chauvinismo, la xenofobia, la demofobia, la aporofobia, la homofobia y la misoginia.

En Polonia gobierna  en coalición el PIS (Ley y Justicia) partido de carácter neofascista que es acompañado por una ultraderecha  movimientista más abiertamente fascista como son Acampada Nacional Radical y Juventud Pan-Polaca. En Hungría el partido Fidesz (Unión Cívica Húngara) con Víktor Orban a la cabeza ha sido hegemónico en el país desde 2010. En Alemania, el  neofascista partido AfD (Alternativa por Alemania) se ve acompañado de su grupo de choque Pegida y de un pequeño partido francamente neonazi, el Partido Nacionaldemócrata. AfD  tiene un 10% de voto en elecciones nacionales, pero en regiones como Brandenburgo, Sajonia, Sajonia-Anhalt y Turingia tiene entre 21 y 28%  de los votos. 

En Italia,  Fratelli d’Italia (Hermanos de Italia) encabezando una coalición de derecha  con la neofascista Giorgia Meloni ganó la Presidencia del Consejo de Ministros. Con su coalición (Liga del Norte y Forza Italia), Fratelli dÍtalia (que obtuvo 26% de los votos) tendrá una aplastante mayoría en las cámaras. En España, Vox, una escisión neofascista del Partido Popular, ha tenido un crecimiento notable desde 2013 cuando se fundó, pues habiendo obtenido 0.23% de los votos en 2015,  en 2019 llegó a 15%.

En América Latina, el neofascista Jair Bolsonaro con su coalición Por el Bien de Brasil obtuvo 43% de los votos en la primera vuelta y 49% en la segunda, un resultado espectacular teniendo en cuenta el desastroso gobierno que ha encabezado. En Bolivia, Luis Fernando Camacho encabezando el Comité Cívico de Santa Cruz ha hecho del departamento de Santa Cruz de la Sierra (del cual es gobernador) un bastión neofascista y fue protagonista de primer orden en el golpe que derrocó a Evo Morales en 2019. En Chile  un neofascista de estirpe pinochetista, José Antonio Kast, obtuvo en la segunda vuelta 44% de los votos con su coalición Frente Social Cristiano. En Colombia, también en segunda vuelta, el neofascista Rodolfo Hernández apoyado por Uribe, obtuvo el 47.3%

En otros países de América Latina, el neofascismo todavía no ha obtenido resultados notables.  Pero  en México además del Frente Anti-AMLO (FRENA), empieza a tener manifestaciones  preocupantes: el concierto neonazi de música punk y hard-core celebrado el 29 de octubre y la reunión internacional  de la Conferencia Política de Acción Conservadora  que reunirá el 18 y 19 de noviembre  a la ultraderecha de diversos países de América y Europa.

El neofascismo tiene  evidentes diferencias con el fascismo clásico de la época de entreguerras en Europa. Pero comparte con éste la vocación autoritaria,  el anticomunismo (acentuado en América Latina por el avance del progresismo), el racismo (acentuado en Europa y Estados Unidos por las oleadas migratorias), el chauvinismo (matizado en América Latina por su subordinación al imperio estadounidense), la xenofobia, la demofobia, la aporofobia, la homofobia y la misoginia.

¿Por qué está avanzando el neofascismo? La respuesta es compleja y acaso digna de otro artículo. Cada país tiene motivos distintos derivados de su historia. Una causa general puede ser el autoritarismo violador de derechos humanos y ambientales que necesita la profundización neoliberal. Además, la ideología del éxito individual que ha propiciado el neoliberalismo; el racismo creciente que está provocando la migración desde el sur global; el anticomunismo que genera el avance de la izquierda, particularmente evidente en América Latina; la crisis neoliberal  con su cauda de desmantelamiento de establecimientos industriales y comerciales y desempleo en los países centrales; los efectos negativos que ha tenido la Unión Europea; el fundamentalismo religioso del catolicismo ultraconservador y el neopentecostalismo; la credibilidad en disparates sustentada en la ignorancia. 

No es casual que tanto en Europa como en Brasil el eslogan “Dios, Patria, Familia” haya sido la divisa del neofascismo. El mismo resume rasgos actuales del neofascismo: fanatismo religioso, nacionalismo reaccionario, racismo,  aversión a la creciente multiplicidad de identidades sexuales, defensa conservadora de las instituciones existentes.  Vivimos una crisis civilizatoria, el avance del neofascismo es uno de sus síntomas.

Fuente: https://connuestraamerica.blogspot.com/2022/11/por-que-esta-avanzando-el-neofascismo.html#more


Un mapa circula por las redes

por Rafael Cuevas Molina / Presidente AUNA-Costa Rica.

Un mapa coloreado circula por las redes sociales después de la elección de Lula en Brasil. Da cuenta de los países “de derecha, de izquierda y de centro” en América Latina. El continente aparece teñido de rojo, que sería el color que representa a los países gobernador por gobiernos considerados de izquierda.

Es difícil saber si el mapa responde a una visión triunfalista, atemorizante o, simplemente, a una idea que pretende ser asépticamente descriptiva. He visto comentarios diversos en función de las inclinaciones ideológicas o las intenciones y posibilidades analíticas de quienes comentan.

Desde España, Arantxa Tirado considera que detrás de esos rojos hay diversas intensidades. En todo caso, que es un escenario geopolítico contrahegemónico a EEUU.

Tiene razón Arantxa, ese es uno de los rasgos que en América Latina sirven para calibrar la orientación ideológica de un gobierno: su posición frente a los Estados Unidos, y la actitud de este frente al gobierno respectivo.

El contexto en el cual se da (nuevamente) este alineamiento es distinto al que se conoce como la primera ola progresista. En nuestra opinión, hay dos elementos que son muy importantes en esta nueva situación: la guerra en Ucrania y la profundización del enfrentamiento Estados Unidos-China.

El primer elemento coloca a los Estados Unidos en una posición relativamente conciliatoria debido al tema del petróleo. Este aspecto se expresa de forma concentrada en su política hacia Venezuela, en donde ya se están sintiendo los efectos del aflojamiento de algunas de las “sanciones” estadounidenses. 

El segundo ya estaba presente hace diez años, cuando China paso a constituirse en socio comercial prioritario de varios países latinoamericanos. Ecuador es un ejemplo relevante en este sentido. Pero la guerra abierta de los Estados Unidos con ella no era aún tan evidente como lo es ahora. 

En este nuevo contexto, es especialmente relevante no solo la victoria de Lula sino también la de Petro en Colombia. Este país ocupa, junto a Venezuela, un lugar geoestratégico central en la región, y por primera vez tenemos ahí un gobierno que no teme ni se enfrenta con su vecino, como ha sido la tónica y que, por el contrario, se aproxima cordialmente. Son dos países bolivarianos que coordinados pueden tener un peso importantísimo.

El nuevo panorama ha ido soltando los amarres que mantenían a Venezuela en un lugar de asedio. Seguramente la participación de Nicolás Maduro en la Cop 27 en Egipto lo pone especialmente de manifiesto. Los contactos formales e informales de Maduro y la actitud, por lo menos no abiertamente hostil de políticos de las grandes potencias, son casi como una “presentación en sociedad” que cambia el último escenario que había montado Washington con Juan Guaidó. Si antes fueron las guarimbas, y luego la fantochada de este ”presidente provisional”, ahora son los migrantes, pero la presencia y gravitación del presidente venezolano en este cónclave muestra un giro cualitativo importante.

Tiene razón Tirado cuando dice que las intensidades de los rojos del mapa son desiguales, porque en ese conjunto están desde quienes están ocupados tratando de construir la nueva agenda progresista de la región, hasta quienes no logran comprender la importancia de construir un frente común regional, como es el caso de Gabriel Boric, quien, con sus declaraciones descalificadoras de las elecciones municipales en Nicaragua, le hace un flaco favor a esta causa.

Se trata, pues, de un mapa apenas orientativo que debe matizarse, que da cuenta de una dinámica que seguramente se irá aclarando más el año entrante luego que asuma la presidencia Lula, el gobierno de Petro se afiance y la carrera por la presidencia en los Estados Unidos defina la política exterior norteamericana en la nueva coyuntura. Pero, en términos generales, el panorama muestra un giro favorable para procesos que apuntan a posiciones latinoamericanistas que refuercen intereses progresistas.

Fuente: https://connuestraamerica.blogspot.com/2022/11/un-mapa-circula-por-las-redes.html

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