Mundo Capital: el obscuro negocio de las vacunas anti COVID.

Según dió a conocer esta misma semana el magazine estadounidense «Veterans», los resultados de un estudio realizado por un grupo de destacados patólogos alemanes, y publicados en la revista oficial de la sociedad alemana de cardiología «Clinical Research in Cardiology», ha encontrado que de acuerdo con los hallazgos obtenidos de las autopsias de personas que murieron de forma inesperada dentro de los 20 días posteriores a la inyección de la vacuna de ARNm Covid, mostraron indicaciones claras de que se había producido un proceso de destrucción de los miocardiocitos o células dañadas del músculo cardíaco.

Los investigadores alemanes concluyeron del estudio, realizado, que entre el 30% y el 40% esas muertes fueron causadas por las vacunas contra el COVID.

El análisis de los patólogos alemanes citados, acompañado   de diagramas específicos, deja muy pocas dudas de que realmente se trataba de casos de miocarditis inducida por la vacuna. La mayor parte del daño que se muestra está cerca de la superficie del corazón. Básicamente, las proteínas enriquecidas de la vacuna de ARNm ingresan al músculo cardíaco y provocan un paro cardíaco.

El hallazgo más notable y alarmante del estudio citado es que la selección de autopsias fue de personas que murieron dentro de un mes de haber sido vacunadas contra COVID (y algunas dentro de una semana), y la inflamación del tejido cardíaco y el músculo NO fue causada por una enfermedad cardiaca preexistente. Se estudiaron un total de 35 autopsias en la Universidad de Heidelberg. En otras palabras, los problemas cardíacos eran completamente nuevos y se desarrollaron muy rápidamente después de la vacunación.

Los investigadores en su estudio que:

«Ninguno de los casos analizados tenía una enfermedad coronaria significativa, manifestaciones agudas o crónicas de cardiopatía isquémica, manifestaciones de miocardiopatía u otros signos de enfermedad cardíaca clínicamente relevante preexistente».

Que se dieran estas circunstancias, según el estudio aludido,   vinculó aún más directamente la causa de la muerte con las inyecciones productoras de picos.  Las proteínas Spike son agentes infecciosos que dañan el tejido cardíaco y pueden provocar la muerte dentro de los 30 días posteriores a la «vacunación». Los priones de proteína de Pfizer y de la vacuna de ARNm de Moderna ingresan al corazón y provocan un paro cardíaco.

En términos simples, un linfocito es un tipo de glóbulo blanco en el sistema inmunológico de la mayoría de los vertebrados y puede incluir células asesinas naturales, células T y células B. Son el principal tipo de célula que se encuentra en la linfa y constituyen aproximadamente entre el 20 y el 40 por ciento de los glóbulos blancos circulantes. Un alto número de glóbulos blancos y sus subtipos están asociados con la enfermedad coronaria, la enfermedad arterial periférica y el accidente cerebrovascular.

Esto explica el SADS, o Síndrome de Muerte Súbita del Adulto, que la industria médica y todos los medios de comunicación -incluidas las redes sociales- han estado atribuyendo recientemente a las tensiones deportivas, las duchas frías, los videojuegos y otras excusas carentes sentido.

Ahora que los científicos y los cardiólogos han descubierto lo que realmente sucede con las proteínas de pico y que no permanecen en el lugar de la inyección, sino que se propagan a los órganos vitales. NADIE debería recibir estas inyecciones hasta que se cambien y se demuestre que son seguras.  

Fuente: https://canarias-semanal.org/art/33761/patologos-alemanes-asocian-la-muerte-subita-con-la-administracion-de-las-vacunas-de-arnm-de-pfizer-y-moderna