Cristían Valdivieso y cambio de gabinete: “No debiera quedar para marzo porque el desangramiento es muy grande”.
por Alfonso Peró/ Ex ante.
El director de Criteria, Cristián Valdivieso, sostiene que “hay una tensión entre lo que Camila Vallejo está empujando y lo que Carolina Tohá está empujando. Una tensión que al parecer no se ve, pero que en lo soterrado es evidente. Tengo la impresión de que la vocera de gobierno tenía claro que venían los indultos, mientras que la Ministra del Interior fue informada. Ahí hay un conflicto que no termina de sanar”.
-¿Tú crees que este es el momento de que el gobierno realice una reestructuración del gabinete?
-Mientras antes, mejor. Esto no debiera quedar para marzo porque el desangramiento es muy grande y el gobierno perdió totalmente la agenda y, por otro lado, mientras más se demore en recuperar la agenda el efecto electoral post marzo va a notarse con más fuerza. La posibilidad que tenga el gobierno de empujar una lista unitaria con el Socialismo Democrático también va a ser más complejo. El PPD está dando señales de corcoveo profundo y eso afecta al gobierno que queda a merced del viento, sin capacidad de controlar la agenda ni tampoco de empujar políticamente la unidad de apoyo de su coalición y eso es un fracaso también para la Ministra del Interior que es PPD. Ella vino a aglutinar a las dos coaliciones.
-¿Sobre qué base debería ser ese cambio de gabinete? Mencionaste a Vallejo
-La vocera quedó en una posición muy incómoda y cuando un vocero comete un traspié tan grande, tan evidente, se traslucen dos problemas. Uno, la vocera queda dañada y eso hace que esté permanentemente en una situación de riesgo de cometer nuevos errores. Por otro lado, es evidente que aquí hay problemas claros de comunicaciones y Vallejo es la encargada de la Secom y ambos están demostrando que no están haciendo bien la pega porque todo le llega al presidente.
-Además de Vallejo, ¿qué otras piezas, a tu juicio, se deberían mover?
-El gobierno tiene que moverse fuerte y tener ministras y ministros más políticos. Ya pasó rápidamente el primer tiempo donde se podían dar el gusto de tener ministros con un arraigambre más académico o universitario, pero con poca conducción política. Lo de Marcela Ríos es muy elocuente al respecto, una mujer con todos los pergaminos académicos, profesora, con un PhD, etcétera, pero sin competencias políticas. Lo mismo puede estar pasando en otros ministerios.
Es algo parecido a lo que sucedió en el gobierno de Piñera 1, que partió con un gabinete de gerentes, por decirlo de alguna manera, que claramente no tenían pulsión política. Aquí hay una tensión entre lo que Camila Vallejo está empujando y lo que la Ministra del Interior está empujando. Una tensión que al parecer no se ve, pero que en lo soterrado es evidente. Tengo la impresión de que Camila Vallejo tenía claro que venían los indultos, mientras que Tohá fue informada. Ahí hay un conflicto que creo no termina de sanar.
-¿En qué te basas para decir que Vallejo sí estaba informada y no Tohá?
-No me cabe duda de que Vallejo estaba de acuerdo con los indultos, lo dijo en varios twitter durante el 2020 y porque las señales que dio siempre estuvieron en esa línea, igual que el ministro Jackson. No tengo cómo saberlo ni por qué saberlo, pero creo que Vallejo estaba a favor de los indultos. Y no tengo pruebas, pero tampoco dudas de que Tohá no estuvo a favor de los indultos y tuvo que tragárselos. Ahí hay una tensión importante no bien resuelta. Por otra parte, es evidente que la estrella de Vallejo ha ido decayendo conforme ha ido aumentando la de Tohá. Y eso genera fricciones.
Vallejo está menos empoderada y eso hace que cometa errores a veces no forzados. Todavía hay una tensión entre quienes creen que efectivamente Chile cambió después del 18 de octubre en razón de un momento revolucionario donde el país decidió que quería avanzar en reformas profundas con poca gradualidad versus aquellos que no interpretan eso sino más bien ven un fenómeno episódico puntual que refleja bien la encuesta CEP. Es decir, un momento donde se requieren cambios, pero en un ciclo largo con mucha más gradualidad. Entonces ahí hay otra tensión que no está bien resuelta respecto de lo que pasó el 18-O y lo que significó en términos subjetivos y sociales para el país.
-Los ministros del Socialismo Democrático están mejor evaluados en las encuestas que los de Apruebo Dignidad. Hoy Jackson está en medio de una acusación constitucional, ¿qué significaría simbólicamente que ésta prosperara?
-La derecha puede darse un gustito empujando la acusación contra Jackson y eso lo va a terminar de victimizar porque sería la derecha la que lo votaría. Desde esa perspectiva puede ser un error que le permitiría al ministro salir como víctima por una acción de la derecha y no como víctima de sus malos análisis o malos resultados. Quedar como víctima de una acusación no lo pone en una posición de un personaje que se equivocó profundamente en la interpretación que hizo respecto del 18-O y las consecuencias sociales que eso tenía. No lo pone en la posición de alguien que aconsejó mal al presidente abrazándolo al resultado del plebiscito y empujándolo a involucrarse en la campaña con los efectos que eso tuvo. No lo pone en la posición de alguien que instigó desde el día uno que indultara a los presos de la revuelta.
Al final del día, la acusación puede ser una salida para Giorgio Jackson que le permita aglutinar a su mundo más de izquierda. Sería un alivio para él, muy duro, pero un alivio porque sería la derecha la que lo sacó, no el Presidente.
-¿Tu tesis es que el comité político requiere más homogeneidad?
-Efectivamente el comité político no puede ser la suma aritmética de las distintas voces dentro de la coalición que finalmente no tocan bien la sinfonía. Tiene que estar cuadrado en torno a los objetivos que se proponen y también que esté afiatado políticamente respecto de cuál es el propósito que tiene el gobierno. La suma de distintas voces no hace necesariamente que esto suene de manera armónica. Lo que hay ahí es una tensión por las distintas tesis respecto de por dónde conducir al país.
Esa tensión es la que tiene el presidente: empujar un giro hacia la moderación, hacia la conducción de un país en un sentido amplio versus un presidente con una suerte de lealtad con su coalición de origen y con los símbolos y retórica de ese mundo. Esa tensión que tiene el presidente y que no resuelve la lleva al interior de su gabinete, pensando que poniendo a las distintas voces el promedio va a andar bien y los promedios no andan bien porque aquí lo que tiene que haber es la conjunción de intereses, visiones y propósitos compartidos. Eso es lo que no hay.
-Por lo que han sido estos diez meses de gobierno, ¿crees que el Presidente va a dar el paso de hacer un cambio de gabinete profundo, dando un paso definitivo hacia el centro?
-Uno pensaría que sí, pero el Presidente tiene hoy menos poder.
-¿Sería creíble un giro al centro, comprometería al socialismo democrático, sin la suspicacia de que les quite el piso?
-El acuerdo de seguridad encabezado por Tohá se quedó sin piso porque el presidente se lo sacó por el caso indultos. Creo que a estas alturas es más bien una noticia en desarrollo. Cada vez que el Presidente comete errores, como lo fue involucrarse en el plebiscito. Después logró salir jugando desprendiéndose de poder y dándole más al socialismo democrático. Cada vez que comete errores, como ahora el de los indultos, tiene que hacer giros hacia el centro para recuperar credibilidad en la ciudadanía. Creo que se va a producir el giro, la pregunta es si se va a comprometer con ese giro y cuánto le va a durar ese compromiso.
-¿Qué características del Presidente Boric quedaron reflejadas en este indulto, que para muchos es el peor error que ha cometido desde que asumió?
-Queda reflejado, fundamentalmente, las características de un político que está buscando su identidad y no logra encontrarla del todo. Se confrontan la identidad del Boric de primera vuelta con la de la segunda vuelta. La identidad del político, que de alguna manera, buscaba hacer la revolución versus el estadista que tiene que ser hoy. Esa tensión no resuelta es la que lo tiene más complicado. Es muy reflexivo, pero al mismo tiempo duda mucho respecto de los pasos que da. Eso refleja una cierta inseguridad en su giro.
-Siempre se discute sobre la pertinencia de hacer un cambio de gabinete en enero (fin del año legislativo) o de realizarlo en marzo buscando instalar la idea de una nueva etapa. ¿Crees que un cambio es urgente o crees que debería esperar hasta marzo?
-Lo principal es que lo haga bien y que se tome el tiempo que sea necesario. Dicho eso, esto es urgente porque el desangramiento se sigue produciendo día a día y el gobierno no logra recuperar la agenda. Si se atrasa y se posterga para marzo puede tener efectos electorales, por una parte, y por otra, ya los está teniendo por lo coletazos que se ven entre sus propias coaliciones.
Es clave que tenga la capacidad de liderar el encuentro entre ambas coaliciones. Eso es lo más urgente. Porque el desangre que se está produciendo no tiene solo que ver con lo que ya está sucediendo con la ciudadanía y la desconfianza hacia la capacidad del gobierno de gestionar, sino que también se puede empezar a producir en una suerte de diáspora con grupos de sus propias coaliciones que terminen desempoderando aún más al gobierno.
Fuente: https://www.ex-ante.cl/cristian-valdivieso-y-cambio-de-gabinete-no-debiera-quedar-para-marzo-porque-el-desangramiento-es-muy-grande/
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