Videos y testimonios revelan las espeluznantes torturas a sus víctimas.
por C. Olate, A. Mora y N. Sepúlveda/CIPER.
En febrero de 2022 un informe de la PDI indicaba que 26 miembros del Tren de Aragua operaban en Chile. Ahora, la Fiscalía ya ha identificado a 350. De ellos, 123 están en la cárcel. Cerca de 40, pertenecientes a la célula Los Gallegos, fueron formalizados en Arica y están en prisión preventiva. La grabación de un secuestrado con una granada pegada al cuerpo y al que le cercenan un dedo, además de otro registro audiovisual en que le descerrajan seis tiros en la cabeza a una víctima, son parte de las pruebas que el Ministerio Público ha obtenido al detener a integrantes de la banda y requisar sus celulares. Los despiadados métodos de la organización también han sido descritos en testimonios de numerosos denunciantes, a los que CIPER tuvo acceso.
El video con las espeluznantes imágenes está en poder de la Fiscalía de Tarapacá. Lo encontraron en el teléfono de uno de los miembros del grupo de secuestradores que fue detenido. Él y sus cómplices son integrantes del Tren de Aragua, la violenta organización criminal de origen venezolano. En manos de la fiscalía hay un segundo video con un asesinato a sangre fría y también numerosos testimonios de víctimas que revelan la extrema violencia con que actúa la banda. CIPER tuvo acceso a esos relatos.
El secuestrado fue el ciudadano colombiano Andrés Castaño Valencia (“Papi-papi”). La fiscalía identificó también a sus captores, entre los que estaban Zeus Velásquez Aquino y Carlos González Vaca (“Estrella”), hasta entonces el líder en Chile de la banda criminal. Desde marzo de 2022 que “Estrella” está en la cárcel de Valparaíso. Pero, eso no detuvo la expansión del Tren de Aragua en nuestro país.
Según le dijo a CIPER el Fiscal Regional de Tarapacá, Raúl Arancibia, el Ministerio Público ha identificado al menos a 350 miembros del Tren de Aragua que se han instalado en Chile. De ellos, 123 están en la cárcel. La Fiscalía de Tarapacá lidera las investigaciones sobre la banda criminal, en coordinación con otras siete fiscalías regionales. Y en las numerosas causas judiciales abiertas contra miembros de esa agrupación criminal se han detectado delitos como tráfico de migrantes, de drogas y de armas, además de secuestros, explotación sexual, extorsión y homicidio.
La ofensiva policial contra el Tren de Aragua no ha parado. Este lunes 22 de mayo la Policía de Investigaciones (PDI) detuvo a 11 personas e incautó 170 kilos de droga, acusando a los detenidos de formar parte de una célula de la organización criminal. El grupo había adquirido dos buses interprovinciales para trasladar a migrantes sin papeles desde la frontera norte hacia la zona central. Hace una semana la Fiscalía de Arica y la PDI detuvieron a otros siete miembros de la organización.
El Tren de Aragua es una banda criminal que nació en la cárcel de Tocorón, en el Estado de Aragua, en el centro norte de Venezuela. Su líder es Héctor Guerrero Flores (“Niño Guerrero”). Ronna Riquez, periodista venezolana que ha investigado al grupo, señala que surgió en 2014 y que se expandió a otros países debido al fenómeno migratorio (escuche aquí la entrevista que concedió al podcast El Hilo). En Chile algunos de sus miembros llegaron en 2017. Según la periodista, nuestro país ha sido la instalación internacional más importante de la banda.
LA MULTIPLICACIÓN DE LAS CÉLULAS
El Tren es un grupo criminal multipropósito que no esquiva oportunidades. En la frontera de Venezuela con Brasil, por ejemplo, han llegado a controlar negocios mineros. Su principal “rubro”, en todo caso, es la extorsión, principalmente a empresas y comerciantes. Ese “negocio” lo han replicado incluso al interior de las cárceles, donde le cobran a las familias de otros reclusos para no hacerles daño. En Chile sus miembros han sido procesados por delitos como explotación sexual de mujeres, trata de migrantes, secuestros, asesinatos y extorsiones.
Según la información de la Fiscalía, la identificación de miembros del Tren de Aragua en Chile ha tenido un crecimiento explosivo: el 21 de febrero de 2022 un informe de la Brigada Antinarcóticos (Brianco) de la PDI indicó que en Chile operaban, al menos, 17 integrantes de la organización que estaban identificados y otros nueve que permanecían en las sombras. Había otros 11 colaboradores o aliados conocidos. Ahora, sobrepasan con creces las tres centenas.
El fiscal Arancibia precisó que el grupo funciona a través de células: “A lo largo de la investigación se ha logrado comprobar la existencia de siete bandas que integran el Tren de Aragua, alguna de las cuales se extienden desde la zona norte hasta la Región Metropolitana y Valparaíso. Otras operan en las zonas fronterizas, ya sea con Perú o Bolivia”, dijo a CIPER.
Algunas de esas células, agregó el fiscal, tienen vínculos directos con la cúpula de la organización en Venezuela. Otras, explicó, se relacionan con grupos de la misma estructura que funcionan en Colombia.
El Fiscal Regional de Arica y Parinacota, Mario Carrera, agregó que en esa región -y vinculados con el Tren de Aragua-, hay “43 personas formalizadas y en prisión preventiva (…). Principalmente de la célula Los Gallegos, que son la única conexión directa con Venezuela a través de Lima”. Carrera agregó que los asesinatos atribuidos al Tren en su región podrían ser más de 20, solo el año pasado.
En el sur también aparecen sus huellas. El 25 de octubre de 2022 un grupo de hombres ingresó a un domicilio en la población Pedro de Valdivia, en Temuco. Exigieron el pago de US$7.000 que, según dijeron, les debían los dueños de casa. Al no lograr su objetivo, le descerrajaron un tiro en la cara a Guillermo Mosquera Chirinos y otro en la sien a William Ordoñes Devidez. Los dos murieron casi al instante.
Según dijo el fiscal Luis Arroyo, de Temuco, “al menos uno de estos sujetos dijo pertenecer a la autodenominada organización criminal el Tren de Aragua. Esto es materia de investigación”. Las víctimas y los victimarios -hasta ahora cuatro formalizados- son venezolanos.
Hasta ahora no existe un catastro de víctimas del Tren de Aragua en Chile. A la luz de la información alojada en los expedientes judiciales se trata principalmente de extranjeros: mujeres explotadas sexualmente, migrantes que ingresan al país a través de las redes que la banda ha tejido en las fronteras y personas que han participado en negocios ilícitos. Todos son considerados como “deudores” por parte de la banda.
Los testimonios de las víctimas, que abundan en los expedientes de la Fiscalía, narran violencia extrema y alto poder de fuego. Los relatos coinciden en que todo parte con un trato, voluntario o a la fuerza, ya sea para cruzar la frontera hacia Chile, para distribuir drogas que suministra la banda, para hacer negocios en un territorio controlado por la organización o para ejercer el comercio sexual pagando una cuota a representantes del grupo. La violencia aparece cuando no se obedecen las órdenes del Tren.
Uno de los líderes internacionales de la banda es Carlos González Vaca (“Estrella”), quien ingresó a Chile en 2017 con visa de turista y en 2019 obtuvo una visa temporaria, sin que saltaran alarmas. El 7 de abril de 2021 participó en el secuestro y tortura de “Papi-papi”, el colombiano a quien le cortaron un dedo por una deuda que habría mantenido con el grupo. En marzo de 2022, “Estrella” fue detenido por la PDI en Quilpué.
¿Cómo se explica que el grupo siga operando a pesar de que su líder está tras las rejas? No es extraño. El Tren de Aragua utiliza las cárceles como cultivo de cuadros operativos y, además, trabaja con células. Si una de ellas cae, llega otra a reemplazarla.
NEGOCIO LUCRATIVO: MUJERES EXPLOTADAS
La primera vez que ejerció el comercio sexual era menor de edad. Tenía 17 años y necesitaba juntar dinero para viajar desde Ecuador a Venezuela, su país de nacimiento. Pero una vez en Caracas su situación económica no mejoró, así que pidió ayuda. Su amigo José, a quien había conocido años atrás en Perú, le ofreció ayuda para que viajara a Chile a trabajar como prostituta. No lo había visto en años y la conversación se realizó vía Messenger, pero confió en él.
—Me dijo que él costeaba todo el viaje y que se encargaba de hacer los contactos para el cruce ilegal —cuenta la mujer—, que llegando a Chile yo le devolvía el dinero trabajando como prostituta, pero no me habló del costo total.
Al llegar le dijeron que debía $3.600.000 y que solo una vez que terminara de pagar podría irse. Todas las víctimas que declararon mencionaron que fue José -también apodado “Ruka”-, quién realizó el primer contacto para ofrecerles llegar al país.
Ya en enero de este año, CIPER destapó el accionar de bandas dedicadas a la trata de personas para la prostitución en el casco histórico de Santiago, particularmente en el Portal Fernández Concha. Entre estas agrupaciones -fundamentalmente venezolanas-, se encuentra el Tren de Aragua.
A comienzos de 2022, la indagatoria a cargo de la fiscal Carolina Suazo, -especializada en delitos de tráfico de personas, de la Fiscalía de Alta Complejidad Centro Norte-, logró rescatar a una mujer venezolana, que se transformó en la primera víctima de trata de personas en ser reubicada en un país distinto al de origen y destino como medida de protección. La captaron en Venezuela y le ofrecieron viajar a Chile junto a su hijo de tres años para que trabajara cuidando a una embarazada. Pero, al llegar al país fue obligada a prostituirse por el Tren de Aragua. (lea ese reportaje: “Prostitución sin control en el Portal Fernández Concha destapa accionar de bandas dedicadas a la trata de personas”).
En el norte, el comercio sexual gestionado por este grupo criminal se localiza principalmente en Iquique. O al menos así dan cuenta los testimonios de tres mujeres venezolanas. Todas ellas también coinciden en que quien estaba a cargo de controlar el negocio es la joven venezolana Karialex González Marrero -pareja de Hernán Landaeta Garlotti, a quién todos llaman “Satanás”-, de apenas 20 años.
De acuerdo con el testimonio de las mujeres, cuando llegaron a Chile fue la joven quien las esperó en el terminal de buses de Iquique para trasladarlas al condominio Mar Egeo, ubicado frente al borde costero. Según los documentos que CIPER tuvo a la vista, ahí el Tren de Aragua arrendó el departamento 253 de la torre Rodas. Una de las mujeres declaró que solo se hospedaron ahí entre el 17 al 28 de febrero de 2022, porque después se cambiaron al edificio Monteblanco, de calle Filomena Valenzuela. Sin embargo, para quienes se alojaban en el condominio, lo que ocurría en el piso 25 de esa torre no era desconocido. Así lo deja entrever un mensaje que recibió una de las víctimas el 22 de febrero del año pasado:
—Hola mi niña, ¿cómo estás?… ¿cuéntame puedes venir un ratito al depa?… ¿o una amiguita tuya? (…) Soy tu vecino de abajo… del Rodas.
Pero, donde las mujeres trabajaban de manera más permanente era en Plaza Condell, a solo una cuadra de la Gobernación, a tres de la Prefectura de Carabineros y a cinco de la Municipalidad de Iquique. Allí, la mayoría eran venezolanas indocumentadas que buscaban clientes de lunes a sábado entre las 23:00 y las 05:00 para poder pagar la “vacuna”, como le llaman a la cuota que les cobra el Tren para saldar la supuesta deuda que mantienen con la organización.
No las ocultaban ni les pedían discreción. Cada noche se ubicaban en la esquina de Eleuterio Ramírez con Serrano para captar clientes. En sus declaraciones hay cifras que ayudan a calibrar las ganancias del Tren de Aragua: “La media hora se cobra $30.000, $50.000 la hora y el momento $25.000”, señaló una de ellas. Los testimonios indican que los precios podían ser superiores: “Yo no cobraba adicionales, pero otras sí”.
Las declaraciones sostienen que todos los días tenían que entregar $100 mil a Karialex González, quien las monitoreaba constantemente a través de aplicaciones de mensajería. Además de esa cifra, las mujeres debían pagar $20 mil por alimentación y $30 mil cada dos días por alojamiento. En ocasiones debían rogar para que les dejaran algo de dinero para enviar a sus familias.
A los clientes -cuentan ellas-, los llevaban al Motel Éxtasis, a la Residencial Turquesa y la Residencia J.J. Perez. Les dijeron que aquellos eran los lugares de “confianza”, sin especificar a qué se referían con eso.
De acuerdo a una querella presentada por el Instituto Nacional de Derechos Humanos a la que CIPER tuvo acceso, otra mujer venezolana indocumentada, Luisa Moreno Rodríguez (“La Tía”), se encargaba directamente de cobrar a las mujeres dedicadas al comercio sexual, llevando la contabilidad estricta de los servicios que realizaban. Para ello, se comunicaba permanentemente con “Satanás” y solicitaba a “Estrella” apoyo cuando se negaban a pagar.
“Una vez ‘Satanás’ nos dijo que teníamos que cumplir con nuestro propósito y trabajar como prostitutas hasta pagar la deuda”, señaló una de las mujeres: “Nos lo dijo mientras mostraba su pistola negra. Karialex también decía tener un arma, pero nunca la vi”.
VÍCTIMAS DE “SATANÁS”
El cañón de la pistola Glock de “Satanás” fue prácticamente lo último que vio antes de ser asesinado. Eran las 00:15 del 23 de marzo de 2022 cuando Hernán Landaeta Garlotti disparó seis veces a la cabeza del colombiano de 26 años que más tarde sería identificado como Yohair Gutiérrez Biloria. Todo ocurrió detrás de la Primera Compañía de Bomberos de Alto Hospicio, en Unión Europea con Noruega.
Apenas 40 minutos antes, “Satanás” envió a uno de sus contactos telefónicos, el que tenía registrado como “Parker”, una fotografía de la víctima amordazada y amarrada con cinta transparente. A la imagen le siguió una nota de voz:
—Este es un mamagüevo. Se han alineado con unos pa’ pagarnos lo de los pasajeros, lo de las cinco lucas. Estos gallos dicen que no tienen na, ni por Venezuela ni por aquí, que andan fritos [sic].
En el registro se logra distinguir a otro sujeto cautivo, pero en los informes policiales de esa fecha se indica que se desconocía su identidad y paradero.
A las 00:17, dos minutos después de balear a Yohair Gutiérrez, “Satanás” envió a “Parker” el video del homicidio que había grabado con su celular. “Bello”, respondió el último.
—La Glock se me engatilló —le dijo “Satanás”, quien más tarde le comentaría a “Parker” que estaba “brillando” luego del asesinato.
No brilló mucho. Ese mismo día fue detenido por efectivos de la PDI. A eso de las 22:10, la Brianco (PDI) ingresó al departamento de Landaeta en un procedimiento que duró cinco minutos exactos. En el lugar se encontró una pistola automática marca Glock con su número de serie borrado manualmente. Según peritajes posteriores, era la misma pistola que dio muerte a Gutiérrez Biloria.
Landaeta acumula dos notificaciones rojas de la Interpol por homicidios en Venezuela y Perú. En febrero de este año, la Corte Suprema revocó en un fallo unánime la solicitud de extradición inmediata de “Satanás” a su país. Primero, deberá enfrentar el proceso abierto ante el Juzgado de Garantía de Pozo Almonte por los delitos de asociación ilícita, secuestro extorsivo, robo con intimidación, secuestro con homicidio, usurpación de identidad, tenencia ilegal de arma de fuego, tenencia ilegal de municiones y trata de personas con fines de explotación sexual.
Aunque este homicidio es investigado en la Fiscalía de Tarapacá, la presencia del Tren de Aragua en otras regiones también ha dejado una elevada cuota de muertes.
Mario Carrera, fiscal regional de Arica y Parinacota, asegura que a pesar de que en la acusación “son alrededor de cuatro o cinco (homicidios)” los que se mencionan, estos son solo aquellos “donde tenemos pruebas concretas respecto a la participación”. Pero, asegura que al menos en su región tienen “la sensación de que el año pasado deben haber sido más de 20” los asesinatos, la mayoría de ciudadanos extranjeros, ya que “tenían que ver más bien con lucha de territorios”.
Los asesinatos no eran los únicos encargos encomendados a “Satanás”. No era raro que el mismo sicario también realizara secuestros por orden de “Estrella”. CIPER constató que en 2022 una mujer venezolana fue secuestrada por “Satanás” y otro sujeto apodado el “Negro”. Al parecer, debía pagar al Tren para que la dejaran ejercer el transporte de pasajeros en una zona de Iquique controlada por la banda, pero estaba en deuda. “Satanás” dejó una huella que le permitió a la PDI tirar del hilo y rearmar el caso: realizó una videollamada a la pareja de la mujer. “Si la quieres con vida, tienes que pagar $7 millones”, se lee en el mensaje que estaba en el celular de “Satanás” que fue requisado cuando lo detuvieron.
Respecto de territorios controlados por el Tren, al parecer uno de ellos es la zona aledaña al terminal rodoviario de Iquique, donde el interés de la banda está puesto en las ganancias que deja el transporte de inmigrantes indocumentados hacia el sur. En otro expediente revisado por CIPER, se señala que un hombre dedicado a ese rubro fue amenazado por un miembro de la banda que le dijo que, si lo veían captando pasajeros extranjeros cerca del terminal, “lo iban a plomear y matar”. La investigación determinó que el transportista debía pagar a la banda $5.000 por pasajero, dinero que entregaba a un sujeto que en la investigación fue identificado como Harold Petare, quien habría actuado en nombre de “Estrella”.
Otra víctima relacionada con el transporte de pasajeros mencionó que lo amenazaron para obligarlo a vender pasajes a $140 mil, dinero que debía entregar al Tren y ellos le proporcionarían una comisión de entre $10 mil y $20 mil.
Pero, de acuerdo con los antecedentes acumulados por la PDI, desde Venezuela llegaron instrucciones del propio Héctor Guerrero Flores (“Niño Guerrero”), líder de todo el “pran” (como le dicen en las prisiones a la cúpula del Tren), y de otro miembro de la estructura, apodado “Reine”, que advirtieron que no se tocara a transportistas que siguieran facilitando vehículos para llevar migrantes indocumentados hacia el sur o para cualquier otro procedimiento que les solicitaran.
UN CELULAR CON PRUEBAS
Las investigaciones judiciales por secuestros y tráfico de drogas le han permitido al Ministerio Público identificar parte de la estructura del Tren de Aragua en Chile. El video donde se ve a secuestradores del grupo amputarle un dedo a “Papi-papi”, fue recuperado por la PDI desde el celular de Zeus Velásquez, detenido junto a Juan Trejo Varguilla (“Águila”), mientras transportaban 17,5 kilos de ketamina desde el norte hacia Santiago. La ketamina es un anestésico que también se utiliza en medicina veterinaria y es uno de los compuestos del tusi (polvo rosado), una droga que se inhala.
El celular de Zeus Velásquez fue un regalo para los investigadores. Allí también estaban los chats que evidenciaron las conexiones de los líderes en Chile con la cúpula en Venezuela. Fue la prueba que faltaba para precisar el organigrama de la banda.
Castaño Valencia, “Papi-papi”, estaba en peligro porque no le había pagado al grupo la droga que le suministraron para la venta. Mientras estuvo secuestrado, uno de sus aliados –el “Cubano”–, llamó a su celular intentando ubicarlo, pero le contestó un hombre con acento venezolano.
“Escucha Cuba, mira, lo que pasa es que le dimos merca a la esposa de él. Resulta que el man rescató todas las cosas que le mandamos y se fue tirao y dejó a la mujer del pana ahí y no le contesta el teléfono”, le dijo el captor. Y continuó: “Lo vamos a llevar pa’ Huara, pa’ dónde tenemos la base de nosotros (…). No hemos hecho nada, hablamos con él, porque nosotros sabemos cómo son las cosas. Entonces, eso que le pasó a él, le puede pasar a cualquiera. Porque somos excriminales y somos comprendedores, pero las cosas son como son, Cuba”.
TRÁFICO DE MIGRANTES
“Es así que logramos llegar nuevamente al hotel, donde estaban todos los sujetos a cargo, donde el primero que nos llevó estaba muy molesto, señalando que debíamos callar a los bebés, debíamos asfixiarlos para que se desmayaran y callaran”.
Ese testimonio es de un hombre ecuatoriano que declaró ante la PDI a fines de 2021. Dijo que le pagó US$1.270 a una supuesta agencia de viajes -a cargo de un hombre al que le dicen “Daufre”-, para que lo trasladaran junto a su familia -su esposa, un niño de 12 años y una guagua de cinco meses-, desde Ecuador a Chile. En la parte final del viaje, cuando los llevaron desde Desaguadero, Perú, hasta Pisiga, en la frontera de Bolivia con Chile, se enteró que estaba en manos del Tren de Aragua. La orden de asfixiar a las guaguas hasta provocarles desmayos, relató, se la dieron a su grupo cuando fracasaron en el primer intento para cruzar desde Pisiga hasta Colchane.
“En horas de la mañana pedimos al primer venezolano que nos había ingresado al hotel permiso para salir a comprar para comer, sin embargo este se molestó y dijo a viva voz: ‘Yo soy Águila y acá están con el Tren de Aragua, no pueden salir porque migración ya sabe que ustedes están acá y si los atrapan no es responsabilidad de nosotros’”, señala la declaración del inmigrante.
La instrucción para asfixiar niños durante los pasos por la frontera -para evitar ruidos y no llamar la atención de policías-, es un relato que se repite entre los testimonios de víctimas de la organización.
“Ellos nos decían que le calláramos la boca a los niños, que los desmayáramos”, contó una de las víctimas a los policías. “Les molestaba el ruido porque podían descubrirnos, señaló que debíamos asfixiarlos para que se desmayaran y callaran, y que ya después se levantaban sin problemas”, señaló otra.
Uno de los negocios al margen de la ley que opera el Tren de Aragua en Chile es el tráfico de migrantes. Decenas de testimonios en las carpetas judiciales relatan esas historias: los captan en terminales de Venezuela, Colombia, Ecuador o Perú y les cobran una tarifa por transportarlos a Chile. Se supone que la oferta incluye hospedaje, comidas y algunas comodidades, pero en el camino chocan con la realidad. Son trasladados de país en país a través de trochas -pasos ilegales-, que incluyen atravesar ríos arriba de colchones y exponer a sus hijos a climas hostiles y bandas armadas.
Según publicó Cooperativa en octubre de 2022, informes de la Fiscalía Regional de Tarapacá indican que la organización trasladaba cerca de 200 migrantes a la semana.
Una pareja declaró ante la PDI que pagaron USD $1.200 para viajar desde Venezuela a Chile con sus dos hijos. Cuando se enteraron de que estaban en poder del Tren de Aragua, apareció el miedo, porque la mayoría de los migrantes sabe de qué son capaces. “Nos hicieron salir a todos de las piezas y se presentaron como el Tren de Aragua”, relató una víctima en su declaración policial: “Yo sabía la connotación que tenía ese nombre”.
Los testimonios recogidos por la policía en 2021 refrendaban que el negocio del tráfico de migrantes era masivo. Una de las víctimas -que realizó el viaje desde la localidad venezolana de Valeria a Colchane-, dijo que ingresó al país con sus dos hermanas, pero que con ellos viajaban al menos 80 personas de distintas nacionalidades, algunas con un destino distinto al de Chile.
En los relatos también aparece la corrupción de las policías.
Según uno de los testimonios, en su camino a la frontera de Bolivia y Perú fueron controlados por la policía boliviana: “Uno habló con nosotros y nos dijo que nos iba a devolver. Fue muy grosero, de pronto nos comenzaron a llamar de otra oficina y nos entregaron los documentos. Después de un momento, los policías nos piden US$20 por adulto para dejarnos ir y nos trasladan a una estación de servicio”. En ese lugar, según relató una mujer, los esperaban los miembros del Tren de Aragua que habían guiado su recorrido.
Otro patrón que se repite: los contactos del Tren de Aragua en las distintas fronteras les cobran tarifas adicionales para continuar el viaje.
Varios de los testimonios coinciden en que en un hotel ubicado en Pisiga, en la frontera de Bolivia con Chile, la banda se saca la careta. Allí, les impiden salir del hostal donde los hospedan y les prohíben el uso de celulares: “En un momento una mujer del grupo se le ocurrió prender su teléfono y enviar su ubicación, entonces los hombres que estaban a cargo la amarraron, le pegaron y le pedían instrucciones a otras personas por teléfono para saber qué hacer con ella”, relata una de las declarantes. Por estos hechos, se han abierto causas por secuestro.
El 24 de marzo de 2022, a las 21:55, funcionarios de la Brico de la PDI irrumpieron en el restaurante “Doña Yoli”, en Iquique. La Fiscalía había detectado que ese inmueble, que también funcionaba como hostal, era una de las tantas paradas de los inmigrantes que el Tren de Aragua trasladaba. En el lugar, la PDI constató que en una de las piezas había varios envoltorios rectangulares que contenían clorhidrato de cocaína, así como 10 cápsulas de ovoides y 32 envoltorios que dieron positivo a cocaína de base. Meses antes, el Ministerio Público ya había identificado al restaurante “El Mollo”, en Huara, y al Hotel “La Fontana”, en Iquique, como lugares que la banda tomó como centro de operaciones.
COCAÍNA, MARIHUANA Y KETAMINA
En sus versiones, las víctimas suelen referirse a los mismos personajes: todos reconocen a Zeus, “Águila”, “El Gato” y “Estrella”. Pero, de acuerdo con los informes de la Fiscalía de Tarapacá, la red encargada de traficar personas para el Tren es mucho más extensa. Juan Carlos Blanco Berroterán, fue identificado como el encargado del traslado de los migrantes, de coordinar los viajes y cobrar “vacunas” a transportistas. Mientras que Joel Henrique Castillo se ocupaba de la logística y arreglaba la falsificación de los test PCR, necesarios para moverse por Chile durante la pandemia.
Joblimer Vásquez Santana (“Titi”) y Carlos Mendoza Gómez (“Bam Bam”) se preocupaban de recibir a los migrantes y de obtener boletos a Santiago. Ya en el país, Erika Villca contactaba a choferes y buses para los traslados desde la frontera hasta Pozo Almonte.
Hasta 2021, el papel de Kevin Oved Betancur parece central en los informes. A él le llegaban los pagos de quienes contactaban al Tren de Aragua para cruzar la frontera. En uno de los documentos revisados por CIPER quedó registrado que solo entre el 2 de febrero y el 15 de marzo de 2021 recibió $2.938.000 en 40 depósitos bancarios, en montos que fluctuaban desde $2.000 a $450.000. La mayoría del dinero provenía de extranjeros. En el mismo período, Betancur también recibió $1.008.500 en otras transferencias. En poco más de un mes sumó $3.946.500. Kevin -al igual que Zeus y “Estrella”-, había declarado actividades en Chile como repartidor en una aplicación de delivery.
El 30 de marzo de 2022 la Interpol informó a la Fiscalía de Tarapacá que Oved Betancur falleció el 18 de abril del año anterior en Huachacalla (Bolivia) por Covid-19.
Abundan los testimonios que apuntan a que uno de los principales negocios del Tren de Aragua en Chile es el tráfico de droga. Además de cocaína y marihuana, se han especializado en ketamina.
El 27 de marzo de 2021, a eso de la 01:30 de la madrugada, un funcionario de Aduanas realizó una fiscalización rutinaria a un bus de la empresa Andesmar que viajaba desde el norte hacia el centro de Chile. El funcionario notó que tres pasajeros de nacionalidad peruana estaban nerviosos. Cada uno portaba dos botellas con dos litros de ketamina por recipiente.
Los tres afirmaron a la PDI que habían sido extorsionados por el Tren de Aragua para transportar la droga. Pero, cuando sus celulares fueron revisados, aparecieron conversaciones amistosas entre ellos y los hombres del Tren. Incluso, pruebas de que el viaje siempre tuvo el propósito de transportar droga. No es extraño que quienes son descubiertos en una operación narco se descarguen apuntando al Tren de Aragua.
Fiscales que han participado en investigaciones sobre organizaciones criminales extranjeras, dijeron a CIPER que el nombre del Tren de Aragua también es utilizado por otras organizaciones para enmascarar su participación en ilícitos. El precio de la fama.
Pero, diversas actuaciones policiales han logrado acreditar que los imputados pertenecen a la banda venezolana.
La semana pasada, el matinal de CHV, Contigo en la Mañana, reveló que una banda criminal venezolana que la fiscalía desarticuló en Santiago -y que estaba tras secuestros y asesinatos- también tenía vínculos con el Tren de Aragua. Un fiscal que ha participado en esas pesquisas dijo que es habitual que los distintos grupos criminales tengan relación entre ellos. Lo resume así: “Son como empresas y, tal cual las empresas, compiten con otras bandas, pero también negocian y llegan a acuerdos. En algunos delitos pueden estar asociados, aunque a veces hay quiebres. Hemos detectado que en algunas ciudades se reparten el territorio. No se trata solo del Tren de Aragua. Hay organizaciones que son, incluso, más violentas”.
Fuente: https://www.ciperchile.cl/2023/05/24/identifican-a-350-miembros-del-tren-de-aragua-en-chile-videos-y-testimonios-revelan-las-espeluznantes-torturas-a-sus-victimas/
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