Lo atractivo del período global en curso radica en lo imprevisible del corto plazo.
Las aventuras (y mensajes) del Papa Francisco: Rusia, China y la Argentina. Los objetivos de Bharat (India). El G20, nueva etapa. Italia percibe la realidad, pero está atrapada. El viento silba entre los edificios.
¿Qué rastro dejará cada protagonista de estos tiempos ajetreados en los distintos tramos que hoy llamamos futuro? ¿Cuál será el balance que la humanidad realizará sobre las acciones que ahora se despliegan? Ya se sabe que la historia no siempre la escriben los que ganan; en ocasiones, los desplazados ponen énfasis en la elaboración de narrativas que los perfilen vigentes. Así ocurrió tras la guerra de Secesión. Por estas horas, se van acumulando hectolitros de palabras destinados a mostrar la fortaleza y la razón de Occidente. Tal vez valga la pena recorrer el presente para atisbar la verdad.
EL MODO DEL PAPA. El Papa Francisco atravesó, a lo largo de las semanas recientes, uno de los períodos más activos de su gobierno. La visita a Mongolia, nación inserta en medio de la República Popular China y la Federación de Rusia, le permitió emitir mensajes (muy) amistosos hacia los dos gigantes. Ello no le impidió adentrarse en asuntos espinosos ligados a su lugar de origen. Y lanzar guías sobre la interpretación del curso de los acontecimientos mundiales.
De vuelta, entre las nubes, gestó un feraz diálogo con algunos medios. Vale conocerlo.
Entre otras cosas apuntó que “La idea de visitar Mongolia se me ocurrió pensando en su pequeña comunidad católica. Hago estos viajes para visitar comunidad católica y también para entrar en diálogo con la historia y la cultura del pueblo, con la mística propia de un pueblo. Es importante que la evangelización no se conciba como proselitismo. El proselitismo siempre restringe. El Papa Benedicto dijo que la fe no crece por proselitismo sino por atracción. El anuncio del Evangelio entra en diálogo con la cultura. Hay una evangelización de la cultura y también una inculturación del Evangelio”.
Y algunos gastando fortunas en asesores de campaña. Lea ese párrafo de nuevo, lector, y sigamos juntos: “Porque los cristianos también expresan sus valores cristianos con la cultura de su propio pueblo. Esto es lo contrario de lo que sería una colonización religiosa. Para mí, el viaje era conocer a este pueblo, entrar en diálogo con este pueblo, recibir la cultura de este pueblo y acompañar a la Iglesia en su camino con mucho respeto por la cultura de este pueblo. Y estoy satisfecho del resultado”.
Luego, vale destacar la pregunta de Cristina Cabrejas, de EFE, que generó una réplica que es noticia.
-Envió usted un mensaje al pueblo chino y pidió a los católicos que sean buenos ciudadanos después de que las autoridades del país no permitieran a los obispos venir a Mongolia. ¿Cómo son las relaciones con China en estos momentos? Y ¿Hay noticias sobre el viaje del cardenal Matteo Zuppi a Pekín y la misión a Ucrania?
Papa Francisco. -La misión del cardenal Zuppi es una misión de paz que yo le he asignado. Y ha hecho un plan para visitar Moscú, Kiev, Estados Unidos y también Pekín. El cardenal Zuppi es un hombre de gran diálogo y visión universal, tiene en su historia la experiencia del trabajo realizado en Mozambique en la búsqueda de la paz y por eso le he enviado. Las relaciones con China son muy respetuosas, muy respetuosas. Personalmente tengo una gran admiración por el pueblo chino, los canales son muy abiertos, para el nombramiento de obispos hay una comisión que trabaja desde hace tiempo con el gobierno chino y el Vaticano, luego hay muchos o mejor dicho hay algunos sacerdotes católicos o intelectuales católicos que son invitados a menudo a las universidades chinas a dar cursos. Creo que debemos avanzar en el aspecto religioso para entendernos mejor y que los ciudadanos chinos no piensen que la Iglesia no acepta su cultura y sus valores y que la Iglesia depende de otra potencia extranjera. La comisión presidida por el cardenal Pietro Parolin está haciendo bien este camino amistoso: están haciendo un buen trabajo, también por parte de China, las relaciones están en marcha. Siento un gran respeto por el pueblo chino.
Enseguida, Fausto Gasparroni, de ANSA, insertó el otro tema conflictivo.
-Santidad, sus declaraciones a los jóvenes católicos rusos sobre la gran madre Rusia, la herencia de figuras como Pedro el Grande y Catalina II, han suscitado recientemente un debate. Son declaraciones que -digámoslo así- han irritado mucho a los ucranianos, han tenido también consecuencias en el ámbito diplomático y se han visto en cierto modo como una exaltación del imperialismo ruso y una especie de aval a la política de Putin. ¿Por qué sintió la necesidad de hacer estas afirmaciones las repetiría? También, en aras de la claridad, podría decirnos qué piensa de los imperialismos y, en particular, del imperialismo ruso?
Papa Francisco: -Pongámosla en su sitio: un diálogo con los jóvenes rusos. Y al final del diálogo les di un mensaje, un mensaje que siempre repito: que se hagan cargo de su herencia. Primer punto: que se hagan cargo de su herencia. Lo mismo digo en todas partes. E incluso con esta visión trato de hacer el diálogo entre abuelos y nietos: que los nietos se hagan cargo de la herencia. Esto lo digo en todas partes y este ha sido el mensaje. Un segundo paso, hacer explícita la herencia: dije de hecho la idea de la gran Rusia, porque la herencia rusa es muy buena, es muy hermosa. Piensen en el campo de la literatura, en el campo de la música, hasta un Dostoievski que hoy nos habla de humanismo maduro; ha asumido este humanismo, que se ha desarrollado en el arte y en la literatura. Este sería un segundo plano, desde que hablé de la herencia, ¿no? El tercero, quizás no del todo correcto, pero hablando de la gran Rusia en el sentido quizás no tanto geográfico sino cultural, me acordaba de lo que nos enseñaban en la escuela: Pedro I, Catalina II. Y llegó este tercer elemento, que quizá no sea del todo correcto. No lo sé. Que nos lo digan los historiadores. Pero fue un añadido que se me ocurrió porque lo había estudiado en la escuela. Lo que les dije a los jóvenes rusos es que se hicieran cargo de su propia herencia, que tomaran su propia herencia, lo que significa no comprarla en otra parte. Tomen su propia herencia. Y qué legado ha dado la gran Rusia: la cultura rusa es de una belleza, de una profundidad muy grande; y no debería borrarse por problemas políticos. En Rusia ha habido años oscuros, pero la herencia siempre ha permanecido así, a la mano.
Ahí nomás, fue el nudo.
–Luego usted habla de imperialismo. Y yo no estaba pensando en imperialismo cuando dije eso, estaba hablando de cultura, y la transmisión de la cultura nunca ¿es imperial? ¡Nunca! Siempre es diálogo, y estaba hablando de eso. Es cierto que hay imperialismos que quieren imponer su ideología. Me detendré aquí: cuando la cultura se destila y se convierte en ideología, ése es el veneno. Se utiliza la cultura, pero destilada en ideología. Esto hay que distinguirlo, cuando es la cultura de un pueblo y cuando son las ideologías que luego surgen para algún filósofo, algún político de ese pueblo. Y esto lo digo para todos, incluso para la Iglesia. Muchas veces se ponen ideologías dentro de la Iglesia, que alejan a la Iglesia de la vida que viene de la raíz y va hacia arriba; alejan a la Iglesia de la influencia del Espíritu Santo. Una ideología es incapaz de encarnarse, es sólo una idea. Pero la ideología ocupa su lugar y se convierte en política, suele convertirse en dictadura, se vuelve incapaz de dialogar, de avanzar con las culturas. Y los imperialismos hacen esto. El imperialismo siempre se consolida sobre la base de una ideología. También en la Iglesia hay que distinguir entre doctrina e ideología: la verdadera doctrina nunca es ideológica, nunca; está enraizada en el pueblo santo y fiel de Dios; en cambio la ideología está desvinculada de la realidad, desvinculada del pueblo… No sé si he respondido.
Finalmente, Vincenzo Romeo, de la RAI, facilitó una definición.
-Buenos días Santidad. Usted es el Papa de las periferias y las periferias están sufriendo mucho. Hemos tenido algunos episodios preocupantes de violencia, de degradación … ¿Qué se puede hacer? Visitó las villas miserias en Buenos Aires, así que tiene experiencia en esto. ¿Qué se puede hacer, qué pueden hacer la Iglesia y las instituciones del Estado para superar esta degradación y hacer que las periferias sean realmente parte de un país?
Papa Francisco: -Se debe seguir adelante, ir allí y trabajar allí, como se hizo en Buenos Aires con los curas que trabajan allí: un equipo de curas con un obispo auxiliar a la cabeza y se trabaja allí. Debemos estar abiertos a esto, los gobiernos deben estar abiertos, todos los gobiernos del mundo. Hay periferias que son trágicas. Vuelvo a una periferia escandalosa que se intenta tapar: la de los Rohingya. Los Rohingya sufren, no son cristianos, son musulmanes, pero sufren porque los han convertido en una periferia, los han expulsado. Tenemos que ver los diferentes tipos de periferias y también aprender que la periferia es donde la realidad humana es más evidente y menos sofisticada. Hay malos momentos no quiero idealizar, pero desde allí se percibe mejor. Un filósofo dijo una vez algo que me impactó mucho: “La realidad se comprende mejor desde las periferias”. Hay que hablar con las periferias y los gobiernos tienen que hacer verdadera justicia social, verdadera justicia social, con las distintas periferias sociales y también con las periferias ideológicas ir a hablar, porque muchas veces es alguna periferia ideológica exquisita la que provoca a las periferias sociales. El mundo de las periferias no es fácil. Gracias”.
Luego se refugió en la Domus Sanctae Marthae. Tras descansar y prepararse unos mates, lanzó dos trazos referidos a su tierra natal, donde también se juega el destino del nuevo mundo. Dijo “cuando se viene un salvador sin historia, sospechá”. Acto seguido, recibió al nieto recuperado 133, Miguel “Tano” Santucho, hijo de Cristina Navajas, detenida y desaparecida, y Julio Santucho. La combinación de ambos mensajes no pudo ser más clara. Este periodista supone que la polémica en derredor de la orientación profunda de Jorge Bergoglio hace rato que está resuelta.
EL MODO DE MODI. Por estas horas finaliza la 18 Cumbre del G20. Nueva Delhi es la significativa sede del encuentro. En esta ocasión, no están presentes los jefes de Estado de Rusia y de China, serenos con el éxito en la ampliación del grupo BRICS y el andar de las demás asociaciones multipolares. En la bienvenida, el primer ministro anfitrión, Narendra Modi, emitió una serie de consideraciones de interés, sin perder el tono equilibrado que lo caracteriza:
“El orden mundial pospandémico es muy diferente del mundo anterior. Entre los cambios que se han producido, cabe destacar tres de gran importancia. En primer lugar, cada vez hay más conciencia de que es necesario abandonar una visión del mundo centrada en el PBI para adoptar una visión centrada en el ser humano. En segundo lugar, el mundo está reconociendo la importancia de la resiliencia y la fiabilidad de las cadenas de suministro mundiales. En tercer lugar, existe un llamado colectivo a impulsar el multilateralismo a través de la reforma de las instituciones globales. Nuestra Presidencia del G20 desempeña un papel catalizador en estos cambios”.
Luego, hizo una referencia cuyo aroma reconocerá el lector de nuestras Fuentes: “Muchos países del Sur Global se encuentran en distintas etapas de desarrollo y la acción climática debe ser un objetivo complementario. Las ambiciones de acción climática deben ir acompañadas de medidas de financiación climática y transferencia de tecnología. Creemos que es necesario abandonar la actitud puramente restrictiva de lo que no se debe hacer y adoptar una actitud más constructiva centrada en lo que puede hacerse para luchar contra el cambio climático. En 2015 lanzamos la Alianza Solar Internacional. Ahora, a través de la Alianza Mundial de Biocombustibles, prestaremos apoyo al mundo para permitir transiciones energéticas en sintonía con los beneficios de una economía circular”.
De allí que, a su entender, “Democratizar la acción por el clima es la mejor manera de dar impulso al movimiento. Del mismo modo que los individuos toman decisiones diarias basadas en su salud a largo plazo, pueden también tomar decisiones en su estilo de vida basadas en el impacto sobre la salud del planeta a largo plazo. Al igual que el Yoga se convirtió en un movimiento masivo global para el bienestar, también hemos logrado impulsar al mundo con Estilos de Vida para un Medio Ambiente Sostenible (LiFE)”. Entonces, metió el punto que no admite el centro occidental: “La tecnología es transformadora, pero también debe propiciar la inclusión. En el pasado, los logros de los avances tecnológicos no han beneficiado por igual a todos los sectores de la sociedad. En los últimos años, la India demostró que se puede aprovechar la tecnología para reducir las inequidades en lugar de aumentarlas”.
Es que para Modi, que la India sea, entre las grandes economías, la de más rápido crecimiento no es casualidad. El líder calificó a sus acciones “sencillas, expansibles y sostenibles” y explicó que esos rasgos “habilitaron a los vulnerables y marginados a liderar nuestra historia de desarrollo”.
Luego, hizo valer la dimensión de su país, lo que implica un mensaje vigoroso en varias direcciones: “Para la India, la Presidencia del G20 no es una mera labor diplomática de alto nivel. Como Madre de la Democracia y modelo de diversidad, abrimos las puertas de esta experiencia al mundo”. Otra filosofía. “Hoy en día, lograr resultados a gran escala es una cualidad que se asocia a la India. La Presidencia del G20 no es una excepción. Se ha convertido en un movimiento impulsado por las personas. Se organizarán más de 200 reuniones en 60 ciudades indias a lo largo y ancho de nuestra nación, que recibirán a casi 100.000 delegados de 125 países al término de nuestro mandato. Ninguna Presidencia ha abarcado nunca una extensión geográfica tan vasta y diversa”.
Y ahí se asentó para sacudir limpiamente las malas conciencias. “Una cosa es que alguien nos hable de la demografía, la democracia, la diversidad y el desarrollo de la India. Otra totalmente distinta es vivirlas en primera persona. Estoy seguro de que todos los delegados del G20 darán fe de ello”. Debe haber pensado capaz que sí. “Nuestra Presidencia del G20 se esfuerza por acortar distancias, desmantelar barreras y sembrar semillas de colaboración que alimenten un mundo en el que la unidad prevalezca sobre la discordia, en el que el destino compartido eclipse el aislamiento. Como presidentes del G20, nos comprometimos a propiciar que la cumbre mundial fuera más amplia, garantizando que se escucharan todas las voces y que todos los países contribuyeran. Estoy seguro de que hemos cumplido nuestra promesa con acciones y resultados”.
Es ostensible que el G20 ha perdido centralidad. Sin embargo, puede estar convirtiéndose en una interesante caja de resonancia de los cambios planetarios. El presidente norteamericano Joseph Biden ratificó en este marco la importancia de redimensionar el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM) para que dejen de perder influencia. Demagógicamente y sin acciones que sustenten su decir, indicó que resulta preciso disponer una mejor financiación para los países en desarrollo. Pocos lo toman en serio, pero tuvo que plantearlo. Es que la agenda está virando.
Su colega Xi Jinping lo dejó esperando. Biden expresó, antes del encuentro, que anhelaba un intercambio directo con el líder chino. No fue posible; el hombre estaba muy ocupado. Tuvo tiempo, como se sabe, para recibir a Henry Kissinger un mes atrás. Claro que la delegación del Norte aprovechó lo poco disponible para señalar ante sus medios que la potencia asiática es reacia al diálogo. Lo curioso es que mientras China viene insistiendo en la cooperación y el diálogo para encarrilar la economía mundial y promover la paz en Ucrania, han sido los Estados Unidos quienes están rechazando todas y cada una de las iniciativas promovidas en ese sentido.
Pero los problemas no concluyen ahí. Puertas adentro de la alianza Atlántica los gobiernos políticos que deben lidiar con el ajuste y la transferencia de recursos exigidos por la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) braman en voz baja. El malestar social se extiende pese al cerrojo informativo y no hay tantas variantes para enfrentar las dificultades. En estas páginas apuntamos la sorprendente caída alemana, después de haberse configurado como la locomotora europea. Vale prestar atención a lo que ocurre, entre otras naciones, en Italia. Antes, las conclusiones de la reunión.
G20. Los miembros del G20, para decepción de Kiev, emitieron un interesante y equilibrado pronunciamiento que llevó al canciller ruso Serguéi Lavrov a estimar que el grupo está transitando una reforma interior. En Nueva Delhi, clamaron por la paz pero evitaron mencionar explícitamente a Rusia en torno a la guerra en Ucrania y coincidieron en un llamado a la cooperación económica. También, plasmaron acuerdos sobre la regulación de la inteligencia artificial (IA) y el cambio climático.
Al hacer referencia a la situación ucraniana, el documento indica que “todos los Estados deben abstenerse de recurrir a la amenaza y el uso de la fuerza para ir contra la integridad territorial y la soberanía o la independencia política de cualquier Estado”. No se insertó crítica alguna sobre Rusia, tampoco fue condenado el conflicto: un verdadero blanco – negro con respecto a la declaración elaborada en Indonesia el año pasado. El planteo difundido pocas horas atrás indica que “hubo diferentes puntos de vista y evaluaciones de la situación”, al desplegarse análisis sobre efectos perjudiciales del conflicto en materia alimentaria y energética. Hubo consenso en realzar el acuerdo para un corredor seguro en el mar Negro destinado a exportar los cereales ucranianos bloqueados por la guerra y los fertilizantes rusos afectados por las sanciones de las potencias occidentales.
Claro, el Gobierno ucraniano criticó la declaración final del G20 por considerar que Rusia logró atemperar la postura sobre su intervención militar. “El G20 no tiene nada de lo que estar orgulloso en la parte sobre la agresión de Rusia contra Ucrania. Evidentemente, nuestra participación habría facilitado que los participantes comprendieran la situación”, apuntó el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores ucraniano, Oleg Nikolenko. “El principio clave de ‘nada sobre Ucrania sin Ucrania’ sigue siendo igual de importante que siempre”, agregó. Una evidencia de los cambios que se siguen suscitando, dentro de los cambios.
En cuanto al cambio climático, los líderes del G20 acordaron triplicar la capacidad mundial de generar energías renovables antes de 2030. En ese sentido, se impusieron favorecer el acceso a los países en desarrollo a una financiación de bajo costo para las tecnologías energéticas limpias y sostenibles. El comunicado exige a los países más ricos que cumplan sus compromisos de ayudar a las naciones vulnerables a adaptarse al cambio climático, e insta a las instituciones financieras multilaterales a establecer metas más ambiciosas de financiamiento.
El texto también reafirma la postura del bloque sobre regular la Inteligencia Artificial para “maximizar los beneficios y mitigar los riesgos”. “Perseguiremos un enfoque regulador, de gobernanza favorable a la innovación que maximice los beneficios y tenga en cuenta los riesgos asociados”, plasmaron los integrantes en el texto. En sintonía, convocaron a promover una IA “responsable para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible”; esas son las metas que puso la Organización de las Naciones Unidas (ONU) hasta 2030. China, siempre, en busca del amparo institucional a la hora de sugerir iniciativas ríspidas.
YA NO SON HINDÚES, PERO TAMPOCO INDIOS. Una novedad que viene a embrollar el de por sí complejo trabajo del análisis internacional es la decisión india de cambiar su nombre. Todavía los futboleros del mundo sienten incomodidad al escuchar que la mítica Holanda de Johan Cruyff ha pasado a denominarse Países Bajos. También los economistas, habituados a comparar algún presente con la burbuja de los tulipanes. Y los estudiosos de los vaivenes del Sudeste asiático reniegan de llamar Myanmar a la más asequible Birmania. Pero así son las cosas y cada uno se llama como mejor le parece. ¿En línea con la era de la auto percepción? Parece que no; más bien cada nación recurre a su historia para re bautizarse.
El asunto es, más o menos, así. La India alcanzó su independencia del Imperio Británico en 1947. Tras la Segunda Guerra Mundial varias dominaciones coloniales se fueron desmoronando gracias al fuerte empuje de los movimientos nacionales. Uno de los rebeldes fue la India. El problema es que esa palabra la identifica en Occidente. Siempre desaprensivos, los invasores no se preocuparon por averiguar el ser en sí del lugar, y naturalizaron aquello que les pareció adecuado. Si por los ingleses fuera, le seguirían diciendo La joya de la corona. Pero el nombre en hindi (la lengua oficial del país) es Bharat. Ahora, en una acción política que implica una ruptura significativa con el pasado colonial, la República de India llevará con orgullo su marca original. Y si se les ocurre en una de esas enchufan el nombre completo: Bhārat Gaṇarājya (भारत गणराज्य). Y ahí te quiero ver.
Esto nos llevó a conversar con el estudioso Néstor Gorojovsky. Para grata sorpresa de este narrador, involucró aún más elementos a la cuestión. “La India es una China que nunca alcanzó a tener ese status, por varios motivos. Sufre de un problema de nacionalidades que la larga dominación británica no hizo sino agravar (qué raro)”. Luego, se puso dramático. “El caso más grave es el de Bangladesh. La nacionalidad bengalí se reparte entre Bangladesh y el Estado bharatí (hagámonos a la costumbre, y la desinencia es con “í”) de Bengala Occidental”.
Cómo es eso. “Hasta la Independencia, estaban mezclados musulmanes e hinduístas, con una particularidad: dentro de un océano campesino, los musulmanes eran los trabajadores y los hinduístas eran el empresariado, todos bajo el control del Reino Unido. Hinduístas de Bengala eran los integrantes de la gran familia de burguesía nacional de la India, los Tata, los tipos que hicieron las primeras acerías de ese país y construyeron la ciudad modelo de Asansol”. Para hacerse entender señaló “muy al estilo del barrrio Villa Dálmine en Campana, concebido como pequeña ciudad vinculada a la fábrica de Techint”.
Mirá vos. “Eran los más importantes financistas y partidarios ricos de Ghandi. Los laburantes eran más bien musulmanes, reclutados entre el campesinado. Cuando se da la partición, los bengalíes se dividieron también en términos de clases: Bengala Occidental, rica y burguesa y Bengala Oriental, pobre y proletaria. Insisto, siempre hablo de matices en un entorno ante todo campesino y superpoblado”. Entonces … “Los ingleses se garantizaron por décadas que el componente laburante de Bengala Oriental estuviera bajo una mano dura al crear el Pakistán, dividido por más de mil kilómetros de territorio hindú, bajo la pesada dominación de los musulmanes ortodoxos del Pakistán Occidental”.
Nadie da puntada sin hilo. “Cuando Bangladesh se libera, la India (Bharat) le ayuda en la esperanza secreta de integrar las dos Bengalas bajo su comando”. Como se sabe, nada que ver. “Pero eso no pudo ser, entre otras cosas porque los bengalíes orientales no olvidaban que sus explotadores habían sido eso, sus explotadores. Así quedó la cosa: una nacionalidad dividida en dos Estados: uno integrado a Bharat, el otro no”.
EL MODO DE MELONI. La presidente del Consejo de Ministros, Giorgia Meloni, dispuso la semana pasada un impuesto del 40% que aplicará a los “márgenes injustos” de los bancos y que gravará las tasas de ganancias extraordinarias de las instituciones, a las que acusó de cobrar intereses en sus operaciones que luego no reflejan en los pagos a los depositantes. “El consejo de ministros ha aprobado varias medidas, la más importante es la tributación de los márgenes injustos de los bancos”, dijo Meloni al destacar la medida anunciada por sorpresa a última hora del lunes, que pondrá ese gravamen a las entidades que hayan ganado en 2023 un 6% más que el año anterior, o que hayan tenido ganancias más allá del 3% en 2022 en relación a 2021.
“Vivimos una fase complicada y la respuesta del Banco Central Europeo fue intervenir con una política de tipos de interés muy decidida. Así aumentan los precios, el costo del dinero y las hipotecas, los préstamos existentes y conduce a una contracción de la economía. Para nosotros es fundamental que el sistema bancario se comporte correctamente”, enfatizó Meloni a través de un mensaje en redes sociales, algo que realiza habitualmente en modo boletín de gestión. “Estamos registrando ganancias récord de muchas instituciones bancarias, por eso hemos intervenido con la imposición del 40% sobre la diferencia injusta en el margen de interés, o mejor dicho, la diferencia entre la cantidad de interés pasivo y activo de los bancos”, argumentó la premier, en su cargo desde 2022.
Según la conductora de Fratelli d’Italia, el contexto de la decisión criticada por las instituciones financieras es que “ha habido un aumento en las tasas pasivas que los bancos han aplicado a sus clientes, similar a la que, sin embargo, deberían aumentar las tasas activas que reconocen los bancos a quienes depositan en el banco”. “Sin embargo, esto no ha sucedido, generando así ganancias récord para muchas instituciones bancarias”, denunció. Vale recordar que en pleno conflicto ucraniano, y mientras las complicaciones económicas se extendían a troche y moche, los bancos de la eurozona registraron un fuerte incremento de sus ganancias debido a la suba de tasas de interés por parte del Banco Central Europeo (BCE).
Poco antes, ya había fundamentado su postura. Vale conocerla, para observar que las críticas que restringen sus rasgos a los de una “populista de ultraderecha” resultan, al menos, incompletas. “Desde hace años, nos han contado que una globalización sin reglas y el triunfo de la economía financiera sobre la economía real aportaría más democracia donde hay autocracias y más riquezas a nuestras democracias. Estaban equivocados. O nos mintieron. Porque hoy nos dimos cuenta de cuán alto es el precio que estamos pagando por haber permitido en los últimos años la deslocalización de nuestras empresas, la prolongación de las cadenas de valor y el desplazamiento de la riqueza de nuestras naciones”.
En esa dirección enfatizó “Nos vienen diciendo desde hace años que no hay alternativa a la ideología ecológica que nos hará vivir mejor en un mundo más limpio. Ellos están equivocados. O nos mienten. Dado que hoy estamos conscientes de que nuestra dependencia energética es dramática y de que la idea de una transición completa a la electricidad sin tener el control de las materias primas necesarias solo nos hará depender de China aun más de lo que dependemos de Rusia. Y China será aún más rica sin preocuparse por nuestras normas medioambientales. Y por fin, no tendremos un mundo más limpio, sino una Europa más pobre. Porque seguir la ideología de Greta Thunberg nos llevará a perder miles de empresas y millones de puestos de trabajo en toda Europa. Pero esto no le interesa a la izquierda porque hoy somos los únicos que quedamos para defender el trabajo”.
Como se percibe, Meloni no aspira a que la evalúen una líder multipolar. Está atrapada por el atlantismo y de ese modo, pese a comprender la esencia de los problemas, carece de las herramientas para superarlos. Esto la lleva a señalar datos certeros, sin atinar a construir una salida. Este párrafo es bien interesante al respecto: “Sabemos que la realidad es el peor enemigo de la ideología, pero cuidado, la ideología dominante de lo políticamente correcto no es una utopía perseguida por soñadores de buena fe. Es el intento de dar una alta motivación a intereses siniestros: destruir la identidad, la centralidad de las personas, los logros de nuestra civilización, para engordar las grandes multinacionales de lo indistinto, de lo sintético, de la riqueza que tienen unos pocos en la piel de muchos”. Pese a los desajustes del subtexto, hay que reconocer que, en circunstancias semejantes, su pataleo es más intenso que el del canciller germano Olaf Sholz. ¿Es más fuerte que el del presidente francés Emmanuel Macrón? Para pensar.
CAMBIOS PROFUNDOS, SENDERO SINUOSO. Hasta aquí, tres ejemplos distintos que evidencian una realidad confluyente. El Vaticano, India, Italia. Es demasiado perceptible que, si se consideran las matrices de cada uno de los jefes que lideran los estados en cuestión, hallaremos distancias en verdad abismales. De allí que las búsquedas, los tanteos hacia un devenir más equilibrado resulten también diferentes. Pero en todos los mencionados late la admisión de una nueva situación, de un panorama de quiebre para la hegemonía del bloque financiero que regentea la OTAN y que fuerza el emerger de decisiones que, en mayor o menor medida, reverberan como contraste a través de la autodefensa o la construcción.
Este periodista sincera que escogió esa tríada para que el lector pueda absorber la dimensión de las transformaciones. En ediciones venideras retomaremos el andar de los gigantes, al este y al oeste. Pero en este caso, con anclaje en las noticias de los días recientes, fue posible conjugar referencias que explican ese volumen a través de instancias habitualmente ubicadas a la zaga de los Estados Unidos, la Unión Europea en conjunto, la República Popular China, la Federación de Rusia. Los cambios ya sacuden territorios con distintas historias y concepciones, con liderazgos muy dispares; pero el sentido profundo de esos cambios los reúne en un futuro que puede ser común.
Las Fuentes que está leyendo fueron realizadas en una semana nociva para la salud de quien redacta. Nada grave, claro, aunque bastante molesto. Difícil evocar el frío intenso que azotó Buenos Aires pocos días atrás, cuando el viento helado se desplazó entre los edificios ubicados en la zona ribereña. Empero, ese forzado adentrarse favoreció el abordaje del panorama mundial sin las pulsiones inmediatas del alocado frenesí nacional. Está claro que, de todos modos, el mismo atraviesa el trasfondo del artículo. Vale la precisión: jamás se dijo en esta secuencia que el sendero sería recto y sencillo. Lo atractivo del período global en curso, junto al volumen de las transformaciones, radica en lo imprevisible del corto plazo.
Un proverbio hindú, indio o bharatí sostiene que Creer que un enemigo débil no puede dañarnos es creer que una chispa no puede causar un incendio.
El mismo origen posee el título de esta nota; fue grato abrevar en esa sapiencia. Nos recuerda, además, que Los ríos hondos corren en silencio, mientras los arroyos, son ruidosos.
(*) Editor de InfoNativa. Vicepresidente de la Federación de Diarios y Comunicadores de la República Argentina (FADICCRA). Ex Director de la Revista Oveja Negra. Militante peronista. Abogado. Fuentes Seguras. Radio Gráfica
Fuente. https://radiografica.org.ar/2023/10/14/apuntes-para-octubre/
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