Octubre Rebelde: A seguir construyendo organización y autonomía popular.

A cuatro años de la rebelión de octubre. 

por EPP/La Comunidad. 

Hoy nos encontramos, como pueblos en lucha, en una encrucijada de la cual es difícil salir sin que esto signifique grandes sacrificios. Si observamos el panorama internacional, vemos con estupor, cómo las fuerzas oscuras de la rapiña capitalista avanzan regando los pueblos y ciudades con miles de decenas de muertos, mujeres niñxs y ancianxs. Mientras, los pueblos, que bregan por defender la vida, son diezmados y desarticulados con represión y falsas promesas de los gobiernos. 

El genocidio, la muerte alevosa, la matanza indiscriminada, está tocando cruelmente las puertas en Palestina, que resiste, con lo que tiene en sus manos, al sionismo israelí y al amo imperialista oponiéndose a la usurpación de sus territorios y luchando tenazmente por mantenerse, apenas, con vida. Esto se da ante la indolencia, el cinismo y la impunidad mundial de regímenes que se dicen democráticos y por la defensa de los Derechos Humanos. Se da, pese al apoyo y la solidaridad de los pueblos del mundo que no comparten los discursos de sus cínicos gobernantes que avalan la muerte para mantener sus privilegios y sus enclaves militares en el medio oriente, con el falso discurso de la paz y la democracia.

Hace cuatro años atrás, la situación no era muy distinta, solo que ahora los horrores se cometen ante la mirada atónita de los pueblos. Pareciera ser que la felonía y la barbarie avanza sin tapujos de manos de desquiciados gobernantes ultra derechistas y fascistas que, con la complicidad de gobiernos “progres” y “democráticos”, imponen a sangre y fuego sus bestiales planes que cercenan derechos mínimos y multiplican las opresiones de miles de trabajadorxs y pueblos que se defienden ante estos ataques por condiciones mínimas de sobrevivencias. Si hace cuatro años atrás, en varios países del mundo, se abrían esperanzas de poner un alto y cambiar el rumbo hacia
el colapso al que nos empujan los gobiernos de distintos signos y colores, hoy esto pareciera que se esfumara y las posibilidades de construir proyectos y alternativas distintas no está en la hoja de ruta de los políticos y representantes que actúan en nombre de los pueblos y el ímpetu mostrado en Francia y varios países de Nuestraamérica, no fue suficiente para iniciar ese rumbo distinto.

En Chile, a cuatro años del octubre combativo, debemos decir que, a pesar de los costos en vidas que significó levantar la cabeza para decirle al mundo que no queríamos perpetuar el neoliberalismo, los cambios que se pensaban construir no llegaron y, por el contrario, hoy nos encontramos con la más vil entronización de un modelo político, cultural, económico y social avalado y defendido por un gobierno (Boric) que se encaramó por encima de la dignidad de un pueblo que luchaba, para erigirse como el continuador espurio de los aborrecibles treinta años.

Nuestro octubre del 2019 fue la síntesis de muchas luchas que venía incubando el pueblo joven, precario y antipatriarcal que desató toda su furia y creatividad por los territorios, plazas y poblaciones, hastiado de las zonas de sacrificios, extenuado y empobrecido con el trabajo precario y mal pagado, harto de una educación discriminatoria, de mala calidad y entregada al usurero empresariado; cansado del robo de las Isapres y de la pésima atención en salud, angustiado de ver a nuestrxs padres, madres y abuelxs con pensiones de hambre que les alcanza apenas para su subsistencia, violentado de tanta matanza y abuso en el wallmapu; y enrabiados ante tanta corrupción, privilegios e impunidad de la que gozan milicos, policías, políticos y empresarios que se coluden y se hacen millonarios con las platas del Estado. Fue un desate diverso, en que se vio a un pueblo que emprendía el camino de la rebelión y la propuesta, pero que no logra constituir un proyecto de poder alternativo que pudiese haber sido la punta y la reserva para enfrentar de mejor forma lo que se venía.

La rebelión de octubre, es un hito importante en el necesario proceso de que el pueblo vaya madurando en su constitución como actor que pueda detener el curso suicida al que nos empuja el capitalismo que no es apto para la vida.

Si bien, desde el poder, se han encargado de reprimir con muertes y mutilaciones y desviar dicha rebelión a los cauces estériles del voto y la representación sin mandato popular, desarticulando las incipientes asociatividades populares que se organizaban en plazas y poblaciones, no hay que dejar de insistir en que la crisis abierta y las demandas y motivaciones por las que el pueblo se rebeló durante meses, el 2019, están presentes y no será este gobierno ni el que venga capaces de dar soluciones porque no las tienen y no quieren y porque la crisis de representación, el descrédito y desprecio hacia los partidos políticos y la institucionalidad corrupta sigue aumentando.

Las y los trabajadores, las y los jóvenes, las mujeres, las niñeces, los pueblos originarios y las personas LGBQT+ no podemos esperar nada de este Estado capitalista, racista y patriarcal en franca descomposición. Una institucionalidad estatal entregada a las transnacionales rapiñas, a los acuerdos y tratados encargados de saquear y contaminar nuestros territorios. Un estado gendarme de los abusos, de la impunidad y de la represión de los pueblos que salen a dar cara ante tanta injusticia y atropellos a su dignidad y derechos. Por eso, el camino por la vía institucional, del papel constitucional, para resolver la crisis por la que atravesamos como humanidad y la que se evidenció fuertemente hace cuatro años, siempre estuvo y estará condenada al fracaso.

El legado del octubre popular será imborrable si mantenemos la disposición a luchar y a organizarnos en comunidades militantes del pueblo en que seamos capaces de reconstruir la lógica de las Asambleas populares que den cabida a las demandas sentidas de nuestras y nuestros vecinos, mujeres, jóvenes, niñeces, ancianxs, trabajadorxs organizadxs o no. Es en la comunidad donde está el sustento de nuestro poder. Olvidémonos de que tal o cual representante nos hará el trabajo de unirnos por nuestras necesidades comunes. Tendremos que hacerlo entre todas y todos nosotros que vivimos las opresiones, la violencia y la explotación de la clase privilegiada todos los días.

Es fundamental entender que si hace cuatro años no alcanzamos, como pueblo, a levantar una propuesta programática construida en instancias deliberativas populares, pues entonces queda esa lección y tarea por hacer. Es ahí, en el día a día, en que podemos encaminar los pasos hacia el poder alternativo de un pueblo que dé soluciones a nuestras carencias inmediatas y diseñe un proyecto de sociedad inmensa y profundamente distinto del capitalismo y por la vida.

LA REBELIÓN DE OCTUBRE VIVE EN EL CORAZÓN Y EN LA ORGANIZACIÓN DE NUESTRO PUEBLO
A CONSTRUIR EL PODER POPULAR COMUNITARIO.

La Comunidad, 18-19 de octubre de 2023

Fuente: Enviado por colaboradora 18- 10-2023.

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