Fin del sionismo
por Pablo Jofré Leal/SegundoPaso ConoSur.
En pleno proceso de exterminio del pueblo palestino, a manos del régimen nacionalsionista israelí, fundamentalmente en la Franja de Gaza, este 30 de marzo convierte en un imperativo el recordar. Conmemorar el Día de la Tierra Palestina y con ello dar muestra de uno de los múltiples ejemplos de asesinatos, usurpación y expolio que la entidad criminal sionista comete contra el pueblo palestino.
Efectivamente, el día 30 de marzo del 1976, tras 28 años del surgimiento a la arena internacional de una entidad que el día 14 de mayo del año 1948 denominaron Israel, fundamentada en mitos, una historia falsificada y la complicidad de aquellos que hasta el día de hoy son activos apoyos financieros, militares, políticos del ente sionista como son Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y Alemania, fundamentalmente. Ese 30 de marzo de 1976 la sociedad palestina, agotada de la violación de sus derechos esenciales, convocó a una huelga general, como protesta ante la decisión de los ocupantes sionistas de confiscar dos mil hectáreas de tierras, 21 mil dunums, pertenecientes a palestinos que habitaban en el norte de la Palestina histórica.
Israel: una sociedad de ladrones
Tierras que, en el proceso de robo permanente llevado a cabo por una “sociedad de ladrones” (1) como los calificó su propio ex primer ministro David Green – conocido como David Ben Gurion – serían utilizadas, tanto para implantar campamentos militares y fundamentalmente usurpar esas tierras para entregarla a colonos extranjeros de creencia judía, ocupantes extremistas en tierras palestinas. La protesta se zanjó con el asesinato de siete jóvenes palestinos de las aldeas de Arraba, Sakhnin y Deir Hanna: crímenes de lesa humanidad, que además en el ejercicio de una acción ilegal – asentar colonos mediante la confiscación de tierras – contravenían todas las disposiciones internacionales, resoluciones de las Naciones Unidas respecto a la absoluta prohibición de trasladar extranjeros a tierras ocupadas, constituyendo aquello un quebrantamiento del título III, sección tercera del Cuarto Convenio de Ginebra.
Esos jóvenes, el año 1976 pero como también lo han hecho miles y miles de hombres y mujeres a lo largo de 76 años, ofrendaron su vida. Y esta realidad enaltece a un pueblo hermoso, pacífico y valiente como el palestino, celoso de su soberanía y dignidad, pues la tierra representa su aliento vital. La tierra es su soplo de vida. Es la relación estrecha con aquello que se considera una madre proveedora, que acoge, ama que, con sus olivos, sus cultivos, los animales que pastan en ellos, representan un vínculo indestructible. Cada año, desde ese 1976, los mártires vuelven a ser recordados, vuelven a pasar por nuestros corazones y como expresión de ese “recordis” ese volver a pasar por el corazón, se planta un olivo como símbolo de esta relación, que hunde sus raíces en la historia milenaria del pueblo palestino con su tierra, hoy saqueada y ofendida por la presencia de extranjeros. Un símbolo que expresa la señal irrenunciable de millones de hombres y mujeres decididos a volver a sus hogares, del que fueron expulsados por los ocupantes sionistas.
Han pasado 48 años desde aquel 30 de marzo de 1976, en que miles de palestinos, enfrentaron al sionismo en defensa de su tierra marcando un hito histórico y que hoy, en este año 2024 y con énfasis desde el 7 de octubre del 2023 cuando la resistencia palestina volvió al alzarse contra el ocupante mediante la Operación Tormenta de Al Aqsa, en pleno fragor de la lucha por su autodeterminación, en defensa de su tierra, sea en la Franja de Gaza como también en Cisjordania sigue manteniendo en alto las banderas de la autodeterminación y defensa sagrada de su tierra, enfrentando con un ejemplo que enorgullece al mismo tiempo que significa una bofetada a la indignidad de aquellos gobiernos europeos, árabes, latinoamericanos, fundamentalmente, que siguen apoyando la política de solución final de los supremacistas de una sociedad nazisionista (2)
Resulta inaceptable que el régimen criminal israelí sigue actuando impunemente, que no acate las resoluciones del Consejo de seguridad de la ONU, que en estos casi 6 meses llevando a cabo una política de solución final contra el pueblo palestino. No es posible seguir aceptando la existencia de una entidad infanticida – que sólo en estos 6 meses ha asesinado a 16 mil niños palestinos en Gaza – condenada internacionalmente como genocida dotado de una ideología, una visión de mundo y una práctica que ha devenido en las criminal y abyecta desde fines de la segunda Guerra Mundial, siga siendo parte de un organizaciones internacionales, que mantenga relaciones sin que acontezca nada que lo obligue a cesar su robo de territorios palestinos, la usurpación, el apartheid, el asesinato permanente de hombres, mujeres y entre ellos miles de menores. Hay que actuar como se hizo en la SGM: combatir al nazismo, juzgar a sus lideres, condenarlos a muerte, a décadas de cárcel, perseguirlos y prohibir una ideología de las características de lo que era el nacionalsocialismo que ha reflotado bajo el nombre de nacionalsionismo. Desde el nacimiento del régimen israelí en mayo de 1948, sus líderes y su sociedad tomaron la posta de conceptos y prácticas de exterminio como lo hizo el Tercer Reich con cientos de miles de europeos de creencia judía, gitanos, personas con discapacidad mental, prisioneros políticos, de guerra y 26 millones de soviéticos (3)
Vuelvo a levantar en estas páginas la necesidad de rememorar el Día de la Tierra, como lo he sostenido permanentemente. Conmemoración que vuelvo a reflotar, tal como lo he sostenido en diverso medios de comunicación, entre ellos en forma fundamental SegundoPaso ConoSur , como necesidad de recuerdo permanente de la conducta criminal del nacionalsionismo y también como evidencia de la resistencia del pueblo palestino tras 76 años de ocupación y colonización de su tierra ancestral y este 30 de marzo, 48 años desde una de las numerosas masacres que el régimen israelí ha cometido contra una sociedad, que a partir del año 1948 comprobó con estupor como se enquistaba en su tierra un colectivo de extranjeros, fundamentalmente europeos que bajo el marco de una serie de mitos comenzaron a tejer una historia de crímenes, racismo, ocupación y colonialismo (4)
Recordar el 30 de marzo es poner en permanente visibilidad los derechos del pueblo palestino, sacrificados en función de intereses geopolíticos, de este binomio sanguinario como es la del imperialismo estadounidense, el sionismo israelí, secundados por aquellos países europeos que suelen vociferar sobre el respeto a los derechos humanos, pero callan obsequiosamente ante el sionismo. Washington, fundamentalmente, avalando los crímenes de la entidad israelí, en función del papel de portaviones terrestre, que dicho régimen cumple en la región.
Palestina, hoy, más que nunca y con la enseña del martirio de 33 mil de sus hijos e hijas, entre ellos el 75 de estos mujeres y niños reivindica sus derechos usurpados, sueños truncados, el retorno de los refugiados, la autodeterminación, el derecho de libre tránsito por su tierra, el derecho a mantener su cultura y no estar sujeto a un proceso de expolio crónico, que incluso genera que el sionismo robe la música, el vestuario, la comida la historia misma de Palestina, de tal manera de construir un mito, incluso usando la falsificación de la arqueología, que trata de otorgar a esos extranjeros un sentido de pertenencia.
Hoy, esta Palestina se ha develado en todo su esplendor de grandeza como seres humanos dignos y al mismo tiempo prueba la ignominia, la bajeza de una sociedad gobernada por ladrones, criminales, delincuentes, facinerosos como es aquella que han denominado Israel. Un régimen nacionalsionista sin historia, sino que un prontuario criminal. Hoy, 30 de marzo de este año 2024 Palestina está constreñida a dos grandes campos de concentración: la Franja de Gaza y Cisjordania transformadas en guetos gigantescos, con alambradas, cercos, muros, torres de vigilancia, patrullajes militares. Territorios que han derivado en una réplica monumental de aquellos campos de concentración, que el nacionalsocialismo instaló en tierras ocupadas en la Segunda Guerra Mundial.
Panorama, que bien deben conocer muchos alemanes, polacos, franceses, holandeses, entre otros, de creencia judía, que pasaron por campos de concentración y que paradojalmente ha sido puesto en práctica en este Siglo XXI, por aquellos que han hecho de su propio sufrimiento en esa guerra, un modelo a seguir ahora contra el pueblo palestino. Singular, por cierto, pero hasta patológico me atrevo a sostener, en este nacionalsionismo con directrices políticas emanadas desde Tel Aviv, con el aval de Washington, tropas de ocupación y hasta su réplica de las unidades de calavera, tan propias de los campos de exterminio del Tercer Reich. Con sus propias tropas de asalto SS –Soldados Sionistas-
Rememorar los hitos que marcan nuestra historia es fundamental. Más aún cuando esas fechas conmemorativas traen a nuestra mente y nuestros corazones, el sacrificio de miles y miles de hombres y mujeres, que ofrendan su vida por una Palestina autodeterminada. Cada 30 de marzo, Palestina recuerda a sus mártires, reivindica su derecho al retorno. En tierras que han sido por siglos cruce de culturas, pero nunca una de las características mesiánicas, criminales, racista como ha sido el sionismo, que contaba y cuenta con el apoyo de potencias occidentales, que encontraron, en la conformación de la entidad israelí en mayo del año 1948 la mejor opción, para así consolidar su hegemonía en Asia Occidental, que hasta el día de hoy sigue siendo un campo de batalla cruento. 48 años han pasado desde aquella manifestación reivindicativa palestina, con el asesinato de jóvenes, que elevaron su voz de protesta frente al robo israelí. Décadas de reclamos, resoluciones, intifadas y agresiones sionistas contra los territorios ocupados y bloqueados de Cisjordania y Gaza. Y, sin embargo, no existe ley que respete Israel, no existe determinación de la ONU, llamados de organizaciones de derechos humanos, voces de condena que limiten el actuar sediento de sangre del nacionalsionismo.
El Día de la Tierra es un símbolo, una fecha que debe difundirse pues, no sólo es un recordatorio para los palestinos que viven en su tierra histórica sujeta a leyes discriminatorias, en territorios ocupados cercados por muros y alambras. En campamentos de refugiados, impedidos de volver. El Día de la Tierra es un llamado de alerta, un emplazamiento a nuestra conciencia, de tal forma de no callar, elevar nuestras voces en alto, denunciar, exigir el fin de tanto crimen, de tanto actuar perverso, tanta muerte, robos y saqueos. Exigir que esta ideología criminal y sus seguidores terminen en el basurero de la historia. Hoy, más que nunca es necesario denunciar. Pasar de las palabras a la acción. Esto implica fortalecer la campaña de Boicot, Desinversión y Sanciones – BDS – contra la entidad sionista. Hoy, más que nunca es necesario exigir a los organismos internacionales que cumplan su papel y dejen de lado la hipocresía y complicidad con el terrorismo israelí. El Eje de la Resistencia debe mostrar un camino aún más claro y contundente de apoyo a la lucha del pueblo palestino.
El Día de la Tierra nos recuerda, que, durante 76 años, Palestina ha tenido que soportar un virus asesino, un patógeno que se ha llevado consigo, decenas de miles de valiosas vidas palestina. El Virus Sión -48 que resulta ser más mortal que todos aquellos virus surgidos en laboratorios o reservorios naturales. El Día de la Tierra nos recuerda, que Palestina sufre una epidemia producto de un virus ponzoñoso, que requiere más que kits de detección o vacunas que minimicen su peligrosidad. Necesita el concurso solidario de gobiernos, sociedades, de hombres y mujeres justos, para destruir definitivamente este pernicioso sionismo, que tanto daño causa a la humanidad.
Nota:
- El historiador israelí Adam Raz publicó un libro que aporta numerosos testimonios y documentos sobre el saqueo de los bienes materiales de los palestinos durante la guerra de 1948, cuando se estableció Israel. Después de consultar más de 30 archivos, Raz presenta un panorama que sigue siendo ocultado por el oficialismo, sus cuerpos académicos y para la población de esa entidad ocupante en general. Las palabras precisas de David que cambió su apellido y origen para generar una historia semítica fueron “casi todos los judíos son ladrones”, el estudio indica que las autoridades judías e israelíes prefirieron no intervenir para evitar el saqueo de los bienes palestinos en el inicio de la Al Nakba que generó la expulsión de 800 mil palestinos de sus tierras para mayor abundamiento Ben Gurión afirmó “Resulta que casi todos los judíos son ladrones… Lo digo de una manera deliberada y sencilla porque desgraciadamente es verdad…los judíos robaron todo lo que hallaron en las casas de los palestinos”. Las palabras de Ben Gurion, recogidas en las minutas de una reunión del comité central de Mapai, la formación que luego se convirtió en el Partido Laborista Israelí, celebrada el 24 de julio de 1948, son dadas a conocer por Adam Raz que da a conocer que se encuentran en los archivos de dicha formación política. “Muchos sectores israelíes –tanto civiles como soldados– estuvieron implicados en saqueo de las propiedades de la población árabe”, dijo Raz al diario Haaretz esta semana. “El saqueo se propagó como un fuego salvaje entre la gente”. Afectó a decenas de miles de casas, almacenes, empresas, equipamientos mecánicos, productos de granjas, ganado y otras cosas. Incluyó pianos, libros, ropa, joyas, muebles, aparatos eléctricos, motores y vehículos, dijo Raz. https://www.publico.es/internacional/saqueo-israeli-propiedades-palestinas-1948-revisitado.html
- Gabirel Ezkurdia en un interesante trabajo titulado “con una mentira suele irse muy lejos” nos da elementos de análisis para dar cuenta de enormes similitudes entre el nazismo y el sionismo tomando como ejemplo no sólo el accionar diario del régimen israelí contra el pueblo palestino sino también las propias declaraciones de políticos sionistas como el caso de Israel Kast quien afirma ante los crímenes de mujeres palestinas y sus hijos que “prefiero que mil madres palestinas lloren a que lo haga una madre judía” si ello no es nazismo puro y duro lo roza en un 99,9%. Afirma Ezkurdia que la ideología sionista como lógica artificiosa de la creencia judía se convertía en un calco de la ideología nacionalsocialista basada en la noción del “blut und Boden” – sangre y suelo – que explica ese apoyo enorme entre el naciente régimen nazi el año 1933 con organizaciones sionista alemanas que en su seno respondían a lógicas de no asimilación https://www.naiz.eus/es/iritzia/articulos/con-una-mentira-suele-irse-muy-lejos-pero
- Similar a esa política planificada por los nazis en la Conferencia de Wannsee en abril del año 1942 cuando dieron el visto bueno burocrático para el exterminio masivo de millones de seres humanos, entre ellos europeos de creencia judía, gitanos, personas con discapacidad mental, prisioneros políticos y de guerra entre otros.
- https://segundopaso.es/news/2319/Palestina-D%C3%ADa-de-la-Tierra
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