“Estoy a punto de colapsar”: la muerte de un funcionario del municipio de Santiago que destapó acusaciones de maltrato laboral .
por Benjamín Bravo Yusta y Nicolás Cerpa Campos/ The Clinic.
El pasado 8 de enero falleció Juan Martínez, hasta entonces trabajador del aseo de la Municipalidad de Santiago. Antes de suicidarse, Martínez advirtió a su familia y amigos que estaba sufriendo maltrato laboral por parte de un jefe en el municipio. Esa versión es ratificada por algunos de sus compañeros de trabajo, quienes elaboraron una carta acusando que existen más casos. Desde la Municipalidad le dijeron a The Clinic que están esperando que se formalice la denuncia de la familia para iniciar una investigación. La muerte de Juan Martínez se produjo en medio de un debate nacional sobre acoso laboral y de una aguda crisis de salud mental en la población, la que ha sido reconocida por las autoridades.
Dos meses antes de quitarse la vida, Juan Martínez Salinas envió un audio al WhatsApp de su hermana por parte de madre, Nataly Prieto. Era la madrugada del 4 de noviembre de 2024. Desde hace siete años que él trabajaba para la Municipalidad de Santiago limpiando, por las noches, las calles de la comuna. En el audio Juan le dejó ver a su hermana la desesperación que vivía:
“Tengo un problema con un jefe allá en la pega. Hace cualquier rato me anda weando. Y ahora el viejo me trató entero fome. No me dejó trabajar ayer. Tengo ese problema y ya no sé qué hacer. Porque me está sobrepasando. Estoy a punto de colapsar con el viejo. Él está esperando que yo lo trate mal. Y yo no quiero caer en el juego de tratarlo mal, porque ahí puede usar todo en mi contra”, dijo Juan en el mensaje de audio.
Según Nataly, el hostigamiento laboral habría comenzado hace dos años.
La familia de Juan dice que el trabajo era fundamental en su vida: a cargo de su hijo adolescente, de día regaba las plazas de Maipú y por las noches barría las calles de Santiago. Eso hasta el 8 de enero, cuando Juan Martínez Salinas falleció. Se quitó la vida en su casa de Maipú. Tenía 31 años. Su decisión, denuncian la familia y sus colegas de Santiago, tiene relación con el maltrato laboral que sufrió de parte de un superior por más de dos años.
La muerte del “Rucio”, como era conocido por sus cercanos, destapó más acusaciones al interior del municipio. Este medio confirmó con la Asociación de Funcionarios Municipales de Santiago que, al menos, una decena de sus colegas de la Subdirección de Aseo firmaron una carta de denuncia: acusan que hay más casos de maltrato de parte del ya mencionado superior. En el documento, al que este medio accedió, los compañeros del fallecido acusan “maltrato verbal denigrante, irrespetuoso y humillaciones en público”.
En otro audio enviado por Juan Martínez a uno de sus amigos, fechado también en noviembre del año pasado, el entonces funcionario municipal de Santiago insiste en su queja: “Tengo un problema con un coordinador, un jefe de la pega de la noche, ¿Cachai? El weón me busca la quinta pata al gato, de verdad que ya me tiene colapsado. Hace rato ya que me está weando, me está hostigando, no me deja trabajar tranquilo. Weá que hago yo, pa! sapeo, y sino inventa weás”.
Desde la Municipalidad de Santiago le dijeron a The Clinic que “al día de hoy no tenemos ninguna denuncia formal” relativa al acoso que habría sufrido Juan Martínez. Según la versión del municipio, no supieron de la situación en la Subdirección de Aseo hasta después del suicidio de Juan: “Solo tuvimos noticia una vez que la madre del funcionario las hizo saber al municipio de forma verbal en una reunión con Bienestar Social. Hasta el minuto estamos a la espera de los antecedentes que debía aportar la familia del funcionario, para que el municipio pueda iniciar el debido procedimiento”.
Los trabajadores del aseo que funcionan en la unidad ubicada en calle Mapocho, entre Libertad y Esperanza en el centro de Santiago, le dijeron a The Clinic que el supervisor apuntado por el supuesto acoso a Juan Martínez no ha asistido a trabajar. En la municipalidad no entregaron mayores antecedentes: “Es funcionario de planta con 27 años de servicio en el municipio”, fue lo único que mencionaron al respecto.
“En este caso se requiere un sumario”
La madre de Juan Martínez, María Soledad Salinas, se juntó el jueves 23 de enero a las 09:00 con Pedro Carrasco, coordinador de la Unidad de Gestión Vecinal de la Municipalidad de Santiago. En la cita también participó Jovanka Collao, exconcejala de San Bernardo por RN, kinesióloga de profesión e integrante del gabinete del alcalde Mario Desbordes.
The Clinic tuvo acceso al audio de esa reunión.
Ahí, María Soledad habló de lo que vivió su hijo y agregó que otros tres trabajadores también habrían sufrido maltrato por parte del supervisor. La reunión era importante. El municipio afirmó a este medio que fue en ese encuentro que se enteraron de las acusaciones de abuso y maltrato laboral que denuncia la familia y colegas de Martínez. “Esto (las acusaciones de maltrato) llegaba siempre hasta ahí. Nunca llegó arriba, nunca hubo un reclamo. Eso es lo que me hicieron entender mi hijo y sus compañeros”, dijo la mujer en la cita.
La madre narró una situación sintomática de la tensión entre Juan y su jefe. Ella, asegura, nunca la olvidó. En una ocasión, cuando Juan la acompañó a realizarse un tratamiento médico altamente delicado, él le pidió a su jefe llegar un poco más tarde al trabajo o tomarse el día libre si conseguía un reemplazo, pero el inspector se negó: “Jefe si no estoy hueveando, estoy aquí con mi mami, si quiere le mando un video ¿Cómo voy a estar hueveando con una cosa así?”, le habría respondido Juan a su jefe, según su madre.
Pedro Carrasco ponderó lo que le relataba la madre del funcionario fallecido. “Lo grave acá es que es un tema que llevó a tomar una decisión tan extrema; aquí debió haber sido un tema bastante brusco y debió durar harto tiempo (…) Yo creo que en este caso evidentemente se requiere un sumario administrativo, de todas maneras. Son hechos muy graves”, indicó el funcionario municipal en la reunión.
La madre de Juan Martínez en la cita también se refirió al temor que dicen sentir los colegas de Juan: “Muchos de sus compañeros me han llamado y me dicen: ‘nosotros igual tenemos un poco de miedo’. Yo los entiendo porque tienen familia, tienen casa. Les digo que no tengan miedo, que denuncien”.
Al final de la cita los profesionales de la municipalidad le dijeron a la familia que para formalizar una investigación administrativa, debían hacer llegar una carta dirigida al alcalde Mario Desbordes (RN) donde incluyeran todos los detalles que manejan sobre los malos tratos en la Subdirección de Aseo. Además les indicaron presentar una denuncia en la Inspección del Trabajo para abrir un proceso por Ley Karin.
La familia del “Rucio” aún no ha estampado formalmente la denuncia. Acusan trámites burocráticos que la han retrasado.
Desde la Asociación de Funcionarios Municipales de Santiago le dijeron a The Clinic que están “analizando y recabando todos los antecedentes necesarios que permitan esclarecer la situación sobre el presunto maltrato laboral cometido por un funcionario en particular. En este tipo de situaciones tan graves, es necesario actuar con la mayor responsabilidad posible, por tanto todas las acciones que hemos realizado en un marco de absoluta discreción, reserva, cautela y mesura”.
Un problema nacional
El suicidio de Juan Martínez ocurrió en medio del debate generado a partir de la promulgación de la Ley Karin, que establece protocolos de prevención del maltrato y acoso laboral. Esa ley está vigente desde el 1 de agosto de 2024 y hasta fines de diciembre se presentaron 5.214 denuncias en el sector público, según informó el Servicio Civil. Esa cifra no incluye a las municipalidades (vea ese informe).
La Ley Karin comenzó a tramitarse en el Congreso luego del suicidio de Karin Salgado, una técnica en enfermería que sufría acoso laboral en un hospital de Chillán.
Después de un recorrido por el centro cívico de Santiago, donde Juan Martínez trabajó durante años limpiando las calles, este medio conversó con otros diez funcionarios municipales que fueron sus compañeros. Aunque ninguno reconoció haber sido víctima de una agresión laboral, la mayoría dijo que escuchó “rumores” sobre malos tratos en el trabajo, mientras que otros tres indicaron que sí existe acoso laboral contra otros funcionarios. Varios dijeron que era “normal” tener roces con las jefaturas.
Algunos dijeron que luego de la muerte de Martínez el municipio llevó psicólogos para generar conversaciones grupales. Uno de los funcionarios mencionó que en esa charla les dijeron que si sufrían maltrato o acoso laboral, debían denunciar ante sus jefaturas. Otros precisaron que eso solo fue para algunos funcionarios “cercanos” a Juan Martínez y que, en general, “hace falta” la presencia de psicólogos.
Gloria Zavala, Doctora en Psicología y académica de Psicología Laboral y de las Organizaciones de la Universidad de Chile, apunta a que el maltrato laboral “tiene que ver con la cultura de la organización. Hay organizaciones que de alguna manera naturalizan ciertas formas entre las personas, principalmente entre las jefaturas y los subordinados. Hay formas de trato dentro de las organizaciones que consideran que ‘así se hacen las cosas’”.
El maltrato laboral, dice Magdalena Garcés, psicóloga laboral y académica de la Escuela de Psicología de la Universidad Católica (UC), nace de una estructura que lo permite. “Lo importante del acoso es que no tiene que ver sólo con las características de la víctima ni del agresor, sino que tiene que ver con una organización del trabajo en la que ellos están insertos (…) Es importante entender que a esa persona (afectada) posiblemente le faltó una red de apoyo”, afirma Garcés.
The Clinic habló con trabajadores cercanos a Juan Martínez, quienes no quisieron revelar sus identidades por temor a represalias laborales. Uno de los entrevistados aseguró que no cree que Martínez se haya suicidado solo por el maltrato laboral que denunciaba, pero que ese sí fue un factor importante en su decisión. “Todo lo que hacía (Juan) estaba mal (para el jefe). Esos son factores que a la larga igual influyen. Pero tampoco lo estamos acusando como ‘por culpa de este weón el Juan se mató’”.
Contactado para este reportaje, el superior denunciado por maltrato laboral no quiso responder preguntas. The Clinic mantendrá en reserva su identidad.
Todo va mal
Juan Martínez Salinas nació en diciembre de 1993. Fue el tercero de cinco hermanos. Él y su familia siempre se mantuvieron en Maipú, su comuna natal. Cuando siendo un adolescente supo que tendría un hijo (el que hoy ya tiene 14 años), Juan trabajó como cuidador de autos junto a su padrastro en los alrededores de la Municipalidad de Santiago. El mismo lugar al que llegó en enero de 2018 a ejercer como recolector de basura.
Los primeros indicios de que Juan se estaba viendo sobrepasado por el maltrato que aseguraba sufrir, dice su hermana Nataly, aparecieron hace cerca de dos años. “(El inspector) lo mandaba a Mapocho a barrer o lo mandaba a barrer todo el Parque O´Higgins. Y eso no le correspondía: mi hermano era de camión, recolector de basura”.
Al menos dos de los compañeros de Juan que fueron consultados por The Clinic respondieron lo mismo cuando se les preguntó por qué Martínez habría recibido maltrato de su superior: se atrevía a hablar, dicen. Cuando Juan veía una injusticia, cuenta su hermana, era el primero en demostrar su descontento.
Y según denuncia la carta que enviaron los colegas de Juan tras su suicidio, eso podía ser común en la Subdirección de Aseo y Limpieza Urbana de la Municipalidad de Santiago. El documento que fue firmado por al menos diez colegas de Martínez dice que el inspector en cuestión “ha mantenido un trato inadecuado con los funcionarios que tiene bajo su mando. Haciendo un mal uso del cargo que se le ha otorgado, el cual conlleva el manejo del recurso humano de la zona, ocasionando un perjuicio en el bienestar de algunos funcionarios y en el ambiente laboral”.
El maltrato que acusaba Martínez no tenía que ver con la administración política del municipio. Él llegó como recolector de basura durante la alcaldía de Felipe Alessandri (RN) pero, según su hermana, el acoso que denunciaba se agudizó en los últimos dos años durante el mandato de Irací Hassler (PC). Todo empeoró, cuenta Nataly Prieto, durante 2024 cuando Juan Martínez obtuvo la tutela completa de su hijo. Ella dice que el jefe de Juan no le creía.
“A mi hermano se le enfermaba su hijo. Llamaba al trabajo porque el niño no podía quedarse solo. Entonces ahí empezaron los problemas: que el niño no estaba enfermo, que mi hermano andaba carreteando”, dice Nataly Prieto sobre las respuestas de la jefatura.
El miedo a denunciar
Los inicios del inspector acusado de maltrato no son muy distintos a los que tuvo Juan en el municipio.
El jefe empezó, según registros de transparencia de la Municipalidad de Santiago, como chofer de camión tolva en mayo de 1998, cuando tenía 27 años. De a poco escaló a cargos medios. En diciembre de 2016 figuraba como auxiliar-inspector de la Dirección de Aseo, con un sueldo cuatro veces mayor al de sus inicios. Según constató The Clinic, actualmente dos de sus hijos trabajan como auxiliares en su misma área de trabajo.
El inspector que era el jefe de Juan Martínez ha pasado la mitad de su vida trabajando en la Municipalidad de Santiago. Actualmente es trabajador de planta. Una situación privilegiada frente a la de los funcionarios a contrata —quienes deben renovar sus contratos año a año—, como Juan Martínez. La diferencia de poder y estatus pesa a la hora de presentar denuncias.
Para Juan, lo de pedir ayuda era difícil. Una cosa era mostrar descontento. La otra —muy distinta— era denunciar a un jefe. En el mismo audio que le mandó a su hermana en la madrugada del 4 de noviembre del año pasado, le dijo que estaba evaluando la posibilidad de hacer una denuncia.
“Conversé con un inspector y le dije lo que estaba pasando. Me dijo: ´Martínez, la solución que te puedo dar es que vayai a Bienestar y expliques el caso, que esta persona te está hostigando. A ver si pueden hacer algo definitivo con él, porque no es justo que te ande weando por nada, que te haga la vida imposible´. Entonces ese problema tengo”.
Al final, dice su hermana, Juan decidió no denunciar. Tenía miedo de perder el trabajo. Ese mismo mes —noviembre— fue trasladado de forma esporádica a la limpieza nocturna del Barrio Meiggs, aunque The Clinic confirmó que ciertos días a la semana volvía a la zona liderada por el inspector acusado de maltrato. Juan, según comentan sus compañeros, no era el único con temor a denunciar.
“Hay más compañeros que se sienten en la misma posición, hostigados. Tienen miedo de que les pueda pasar algo, que los despidan o cambien de turno. No es la idea trabajar así”, comenta un compañero de Juan.
Funcionarios de la Subdirección de Aseo le dijeron a The Clinic que el extrabajador del municipio le respondía a su jefe cuando lo retaba. Uno de los funcionarios dijo que el maltrato iba y venía. Que Juan también podía elevar el tono.
En noviembre de 2024 el “Rucio” siguió dando señales de la mala relación con su jefe. Ese mes le envió un audio de WhatsApp a su pareja: le decía, aquejado, que el inspector lo retó por llegar once minutos tarde. El audio incluye gruesos insultos contra su entonces jefe.
Un mes después Juan se quitó la vida. Sus cercanos reconocen que tenía otros problemas —consumo de drogas, compatibilizar dos trabajos durante el día y la noche, y la tuición de su hijo adolescente— pero aseguran que los malos tratos que recibía en el trabajo fueron un factor decisivo.
“Yo sé que mi hermano estaba sufriendo. Sé que colapsó con eso. Por el tema del hijo, que se hizo cargo del niño, más porque tenía que pagar arriendo. Y usted sabe que todo esto es plata, ¿me entiende? Y más aún es un problema que en un trabajo a él lo hayan estado hostigando”, asegura Nataly Prieto.
“Nosotros estamos abandonados”
Magdalena Garcés, psicóloga de la UC, explica que se requiere una intervención urgente en el grupo de trabajo que compartió con Juan: “Hay que hacer una intervención a nivel grupal y organizacional porque no solo hay que recomponer las confianzas, sino que también quienes estuvieron allí deben poder procesar el tema y establecer estrategias preventivas a tiempo para que este tipo de eventos no se vuelvan a repetir en el futuro”.
Garcés asegura que los problemas de acoso laboral no se terminan despidiendo a quien comete los actos, sino que es un problema mayor del funcionamiento de la organización: “Muchas veces me pasa con empresas que dicen ‘está solucionado el problema del acoso, echamos al acosador’. Pero el gran tema es que el problema posiblemente va a seguir porque los riesgos psicosociales y el acoso tienen que ver con un funcionamiento de la organización”.
La muerte de Juan Martínez generó estupor entre sus compañeros en Santiago. Enojo también. Cuando The Clinic visitó la unidad desde donde los camiones del aseo de la municipalidad reparten a los funcionarios que limpiarán las calles del centro, un lienzo blanco colgaba de una reja: “Con dolor y tristeza te despedimos a ti, tus amigos y compañeros, Juan Martínez por siempre. Q.E.P.D.”.
Uno de sus colegas dijo: “Nosotros estamos sumamente abandonados. Ahora que murió el Juan llevaron a un psicólogo, pero eso deberían haberlo hecho mucho antes. ¿Por qué esperaron que un compañero se matara para esto?”.
Fuente: https://www.theclinic.cl/2025/01/28/estoy-a-punto-de-colapsar-la-muerte-de-un-funcionario-del-municipio-de-santiago-que-destapo-acusaciones-de-maltrato-laboral/
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