Chile por abajo: Más de 2 millones de pobres en las listas de espera hospitalaria.

La espera que mata

por Comité de Salud de Maipú.

Para nadie es un misterio que en Chile existe salud para pobres y salud para ricos, y cuando hablamos de la crisis en la salud, precisamente nos referimos a la situación en la cual se encuentra la salud pública, es decir, en la cual nos atendemos las y los pobres del campo y la ciudad. Desde luego son muchos los efectos que sufrimos la clase trabajadora producto de esta crisis del sistema sanitario a nivel nacional, pero quizás una de las más complejas, es la de las listas de espera que existen en el nivel terciario, o sea, en los hospitales de la red pública de salud, la cual nos condena a la muerte lenta.

De acuerdo a cifras oficiales entregadas por el Ministerio de Salud, a fines de febrero del presente año, el número de personas en listas de espera no GES (Garantías Explícitas en Salud) era de 2.508.227, mientras que en garantías GES retrasadas había 77.107. Actualmente, se contabilizaban 390.229 cirugías en espera y 2.601.084 en consultas de especialidad, existiendo un aumento respecto del año anterior (2024) de 56.650 cirugías (16,98%) y 199.524 consultas (8,31%), respectivamente.

Lamentablemente desde el propio Ministerio de Salud, se indicó que, en 2024, fallecieron 36.262 personas mientras estaban en lista de espera para una consulta de especialidad o una intervención quirúrgica, lo que indica un número aproximado de 97 personas que mueren diariamente, cifra macabra pues es parte de la clase trabajadora, pobladores y pobladoras, niños, niñas y adolescentes, adultos mayores que fallecen -a pesar de estar diagnosticados- por el solo hecho de no lograr una atención oportuna y de calidad, por ser pobres.

Es probable, que incluso las cifras sean aún mayores, pues la propia prensa burguesa, ha realizado denuncias sobre la manipulación de las cifras, algunos ejemplos son en el Hospital Dr. Hernán Henríquez Aravena de La Araucanía donde se detectó que pacientes eran eliminados de la lista de espera por la falsa causal de fallecimiento; así también en el Hospital Base de Osorno se investigan denuncias de irregularidades en las listas de espera, incluyendo la priorización de atenciones; en el Hospital Barros Luco Trudeau y Carlos van Buren la Contraloría detectó irregularidades en el registro de pacientes en las listas de espera; en el Hospital Gustavo Fricke se encontraron 15.711 pacientes no ingresados a la lista de espera, esto solo como muestra de que las cifras reales podrían ir claramente en aumento.

Año tras año, es lo mismo, donde se “maquilla” una salud para las estadísticas pero que en realidad no considera las reales necesidades de las personas.

Son muchas las situaciones que llevan a este colapso del sistema sanitario. Por un lado y quizás lo principal es la falta de financiamiento por parte de las autoridades de los gobiernos de turno, esto con el objetivo de producir una mala atención en salud a los sectores populares para lograr así la migración a los sistemas privados de atención, fomentando la mercantilización del derecho a la salud.  Esto además se refleja en la falta de infraestructura hospitalaria adecuada y suficiente, carencia de profesionales y técnicos tanto sanitarios como de las áreas psicosociales, escasez de insumos y material quirúrgico, falta de equipos tecnológicos y sus respectivos mantenimientos, entre otras graves falencias que tiene como efecto la privación a los sectores populares de una salud digna, de calidad y oportuna, que se refleja en las eternas listas de espera que nos condenan a la muerte.

Como Comité de Salud, exigimos un sistema único en salud, administrado por el estado,  centrado en la atención primaria (CESFAM), es decir, en la prevención, socio-educación en salud y en el pueblo organizado como primera estrategia sanitaria, además, desde luego, la inmediata inyección de recursos que permita disminuir al límite máximo posible las listas de espera, considerando la demanda asistencial, tanto quirúrgicas como de espacialidad independiente de ser GES o no GES; el fin de las ISAPRES, pues son estas empresas las que lucran con nuestras enfermedades y la producción estatal de medicamentos e insumos, con el fin de acabar con el mercado de la salud en Chile.

Tenemos la certeza que en el marco del sistema capitalista el problema de la salud para la clase trabajadora no será del todo resuelto, pues significaría que los empresarios de la salud dejaran de recibir sus enormes ganancias y deberían abandonar sus intereses de clase (burgueses), lo cual por supuesto no harán. Sin embargo, también creemos que es sumamente necesario luchar por obtener mejoras para nuestra clase porque no podemos seguir permitiendo que nuestro pueblo muera esperando una atención médica. Y en ese sentido, debemos ser las y los pobres y el conjunto de nuestra clase quienes, desde los diversos territorios, centros productivos y de estudio, luchemos de forma organizada y articulada por una salud digna, de calidad, oportuna y al servicio de la clase trabajadora y el pueblo.

Desde Chile popular,  mayo, 2025.

 

Fuente: Recibido por CT: 28-05-2025


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