El abrazo del mundo que resignificó el mayor centro de tortura del país, el Estadio Nacional.
por Catalina Araya/DiarioUchile.
Este 12 y 13 de octubre se conmemora un nuevo aniversario de «Desde Chile… Un abrazo a la esperanza«. Una multitudinaria instancia organizada en el Estadio Nacional que convocó a artistas como Sting y Sinead O’Connor para decir «nunca más».
Alex Guerra recuerda con precisión el momento en que decidió unirse a las filas de Amnistía Internacional. Eran los años intermedios de la dictadura civil-militar chilena, cuando la crisis económica golpeaba con dureza la economía de los hogares chilenos y las múltiples violaciones a los derechos humanos se convertían en una realidad cada vez más difícil de negar por parte del Estado.
“El golpe fue en 1973. Tenía 13 años en ese momento, pero me tocó ser víctima y testigo de muchas cosas que pasaron a partir del mismo 11 de septiembre“, confidenció Guerra. “Por ejemplo, yo estudiaba a un costado del Estadio Nacional, en un colegio industrial textil. Nunca lo voy a olvidar. Cuando salíamos a recreo, de repente escuchábamos gritos, personas gritando su nombre, balaceras, ráfagas de metralletas. A esa edad uno andaba en otra, no sabías bien qué pasaba, pero no dejabas de preguntarte ‘¿por qué gritan en la muralla del estadio? ¿por qué los camiones militares entran y salen como Pedro por su casa?’”.
Así fue como un día sostuvo una conversación decidora con uno de sus compañeros de curso: “Me dice: ‘Alex, llegan muchas cartas de Amnistía Internacional a mi casa, de varios países, y no sé por qué’. Pensé que era algo raro, que quizá tenía que ver con algún convenio del correo. Pero resultó que su hermano era un detenido desaparecido. Luis Dagoberto San Martín Vergara era estudiante de Ingeniería en la Universidad de Chile y militante del Movimiento de Izquierda Revolucionaria, MIR; fue detenido en la universidad y hasta hoy no se sabe su paradero. Y Amnistía se hizo cargo de ese caso“.

Esa curiosidad inicial terminó sellando una colaboración que se sostiene hasta el día de hoy, y que lo alzan como uno de los voluntarios históricos del asentamiento de la ONG en nuestro país. Así, Guerra terminó siendo parte crucial del staff que hizo posible la realización de “Desde Chile… Un abrazo a la esperanza”, el emblemático concierto que en 1990 congregó a más de 100.000 personas en el mismo recinto que, 17 años antes, vio pasar a miles de presos políticos en apenas dos meses.
Sin embargo, su realización no fue del todo sencilla. De hecho, y ante la resistencia de la dictadura a realizar la convocatoria en territorio chileno, Amnistía tuvo que trasladar a sus voluntarios a Mendoza para, desde allí, elevar un gesto de solidaridad hacia Chile.
“Era en el contexto de una gira internacional de Amnistía. El concierto que terminó siendo en Argentina era la respuesta a una negativa que se nos dio por parte del gobierno de turno, que era la Junta Militar de Pinochet, cuando se le pidió la autorización para hacer el concierto en Chile. Fue entonces que el movimiento vio la posibilidad de hacerlo lo más cercano posible y lo realizamos en Mendoza, que era quizás la ciudad más cercana y apta para llevar a cabo la culminación de una gira y un concierto que ya venía por muchos países”, contextualizó Guerra, quien para entonces ya ocupaba uno de los puestos en la directiva de la organización.
Bruce Springsteen, Peter Gabriel, Sting, Tracy Chapman, Youssou N’Dour y Charly García, junto a bandas chilenas como Los Prisioneros e Inti-Illimani, fueron parte de los músicos que aterrizaron en la cruzada organizada en el país vecino. Nombres que, dos años después, también harían presencia en el Estadio Nacional.

Un homenaje a las víctimas
Aunque su realización terminó por enmarcarse en la gira internacional que por entonces llevaba a cabo Amnistía Internacional, lo cierto es que se trataba de una idea que venía fraguándose desde antes. En esa primera instancia, el músico de los Inti, Jorge Coulón, fue uno de los gestores desde este lado de la cordillera.
“Para mí tiene un significado que tengo muy presente en la memoria. El concierto de Mendoza se hizo porque estábamos pensando con Peter Gabriel en hacer uno en la frontera con Chile. Incluso teníamos avanzadas varias hipótesis de lugares, y cuando estábamos en eso apareció la gira de Amnistía. Se hizo un frente con Peter, Sting y otra gente, y propusimos que se hiciera una etapa en Mendoza. Desde ese tiempo, a comienzos del 87, que estuve relacionado con este concierto”, confesó el artista.
Por eso, definió lo sucedido como “una cosa soñada por mucho tiempo. Y hubo que hacer dos días porque la demanda era tremenda, también por los artistas que participaron. Todo fue una cuestión súper emotiva e importante”, añadió Coulón, quien destacó el compromiso del mundo cultural internacional en la causa por el retorno a la democracia en nuestro país.
“Lo de Chile —no solamente el 73 con el golpe militar, sino toda la dictadura— fue una herida abierta en la conciencia del mundo entero. Había una gran atención a todo lo que pasaba en Chile. Y en ese tiempo había una militancia muy fuerte en la cuestión de los derechos humanos. Existía mucho contacto y militancia en la causa de los DD. HH., muy profundamente, y que afortunadamente, pero desgraciadamente también, está volviendo con la situación de Palestina actualmente”, contextualizó.

Memoria que se condice con los recuerdos de Guerra. “Que Sting invitara a bailar a una de las chiquillas de la agrupación la Cueca Sola no estaba programado en ninguna parte; nadie sabía que Sting bailaría con la Violeta. Tampoco sabíamos que Peter Gabriel llamaría a Verónica de Negri para homenajear a su hijo Rodrigo en pleno concierto. Son detalles que para la gente quizás no pesan, pero para nosotros simbolizaban lo que representaba ese encuentro”, dijo el ex presidente de la sección chilena de Amnistía.
En eso, el caso de la cantante Sinead O’Connor resulta ejemplar. Tras compartir sobre el escenario con las mujeres de las agrupaciones de familiares de detenidos desaparecidos y ejecutados políticos, la irlandesa emitió unas sentidas declaraciones sobre lo que significó aquella experiencia para su vida.
“Nunca había visto mujeres con tanto valor como las de aquí“, expresó con una voz quebrada a los micrófonos de TVN, canal que emitió en vivo las dos jornadas musicales. “Creo que uno de los resultados (de este concierto) es que transmite esperanza a la gente. Les muestra que hay esperanza y que hay apoyo. Pero también hay otra faceta, y es que le muestra a gente como yo, a mis amigas y a todas las que me acompañan, que tenemos tanto que aprender. Que tenemos vidas tan fáciles, con tanta suerte… Que tenemos a nuestros hijos con nosotras, a nuestros maridos, novios o hermanos con nosotras, y no nos damos cuenta de que hay personas que están siendo asesinadas”.
“Nos han enseñado tanto… Realmente nos han hecho humildes. Antes tenía miedo de plantar cara o de arriesgarme por las cosas, y ya nunca más volveré a tener miedo de hacerlo. No me importan los problemas que pudiera tener”, cerró O’Connor.

Algo que se cuadra con otro de los detalles que fueron destacados por Guerra: “Además de los cantantes y voluntarios dentro del estadio, había víctimas con nombre y apellido. Estaba Carmen Gloria Quintana y la madre de Rodrigo Rojas de Negri. Ella era directora de Amnistía en la sección norteamericana y una de las gestoras del concierto del 90 en Chile. Carmen Gloria y Verónica eran testimonio vivo de lo que había sido la dictadura militar. Fue impresionante verlas junto a las mujeres de las agrupaciones de detenidos desaparecidos, ejecutados políticos y sobrevivientes de tortura dentro del estadio”.
“Nadie lo supo porque en la tele casi no fue mostrado, pero asistieron muchas personas sobrevivientes de tortura en el estadio. Fue un acto simbólico cargado de emoción”, describió el ex director ejecutivo de Amnistía en Chile. Esto, en palabras que igualmente fueron relevadas por el abogado y actual representante de la ONG en nuestro país, Rodrigo Bustos.
“Para Amnistía Internacional Chile y la ciudadanía en general, el concierto supuso un hito histórico en favor de la justicia y los derechos humanos donde miles de personas pudieron volver a reunirse, cantar, bailar y abrazarse sin temor tras años de una dictadura salvaje“, afirmó Bustos.
Por todo lo anterior es que expresó que su invitación, “35 años después y en un mundo donde los autoritarismos y los discursos antiderechos avanzan con potencia”, es a que “el registro de la memoria active aquel llamado a abrazar la esperanza y a no dejar de exigir el respeto de los derechos humanos para todas las personas“.
Concierto Amnistía Internacional Chile 1990 Obertura
Fuente: https://radio.uchile.cl/2025/10/12/a-35-anos-del-concierto-de-amnistia-internacional-el-abrazo-del-mundo-que-resignifico-el-mayor-centro-de-tortura-del-pais/
Descubre más desde Correo de los Trabajadores
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.
Be the first to comment